Aurelia Maricela Santiago Hernández se encontraba en su trabajo, en la tienda Coppel de Oaxaca, cuando observó que un hombre mayor miraba con curiosidad los zapatos que estaban en los exhibidores. El hombre preguntó si vendían zapatos usados y como le contestaron que no, se fue de la tienda.
Cuando se enteró de lo que pasó, Aurelia Maricela decidió que ella le compraría los zapatos, por lo que corrió rápidamente detrás del adulto mayor y se percató que su calzado estaba viejo, maltratado y casi inservible. Aurelia Maricela le dijo: “usted tendrá zapatos nuevos”. Al ver la decisión de su compañera otros se sumaron para apoyarle y que el abuelito tuviera lo que necesitaba.
Lo que sucedió cuando el hombre volvió a la zapatería fue un acto muy noble, que dejó sorprendidas a varias personas que se encontraban ahí.
Aurelia Maricela (conocida en redes sociales como Michelle Hada) le mostró al señor varios zapatos y eligieron juntos unos que le gustaron. Conmovido por el gesto de la joven y los empleados de la zapatería, el hombre casi lloró de felicidad y les agradeció mucho ¡Por fin tenía zapatos nuevos! “
Un acto de bondad y desinterés es lo que sucedió en una tienda departamental en la que un abuelo en situación de calle ingresó preguntando si le podían regalar unos zapatos. La solicitud de ayuda fue recibida por una vendedora departamental quien uso su propio dinero para comprarle unos zapatos nuevos. Un acto desinteresado que nos hace creer que aún hay gente buena en el mundo.
“Pudo haber sido mi papá… yo le voy a regalar al señor unos zapatos” le dijo a un compañero de trabajo.
Un acto de amabilidad puede cambiar la vida de la persona que lo recibe y de la que lo aporta. Si el mundo fuera más empático podríamos tener maravillosas historias que contar a diario.
En el caso de Aurelia Maricela fue un paso más allá de su trabajo y entendió que un ser humano le pedía ayuda, al realizar un acto de buena fe otros de sus compañeros se sumaron a ello. La buena vibra pasa de persona a persona.
Por eso es tan importante la empatía, ponerse en el lugar del otro, y si está en nuestras manos hacer algo por los demás. La vida después se encargará de recompensarnos, aunque no esperemos nada a cambio.
Ahora más que nunca el mundo necesita personas que estén dispuestas a ayudar a los demás cuando lo necesiten. Personas solidarias, desinteresadas y de buen corazón.
Si sabes de otras historias similares a la de Aurelia Maricela y sus compañeros de trabajo, compártelas, necesitamos hacer virales estos actos bondadosos para inspirar a otros a hacer lo mismo y así convertirnos en una mejor sociedad, más humana y sensible a la circunstancias de los demás.
Sin duda una historia que nos llena de fe y orgullo al saber que aún existen personas listas para ayudar a otros.
Ahora que ya lo sabes, es momento de salir, descubrir el mundo y compartir este conocimiento con otros.
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