Acuerdo comercial y crecimiento

El acuerdo comercial anunciado con Estados Unidos, un tratado preliminar en principio, como lo llamó la oficina de representante para el comercio, Robert Lighthizer, es positivo por varias razones: Primero, representa un avance en la búsqueda de la renovación del acuerdo comercial. El presidente Donald Trump se niega a llamarlo un nuevo Nafta e insiste en que tenga otro nombre, además, porque solo es un acuerdo entre México y EU.

Segundo, el hecho de que exista un acuerdo, aunque tenga los calificativos de “en principio” y “preliminar”, es positivo porque confirma que habrá un entendimiento y permite eliminar las dudas y la incertidumbre sobre la existencia del mismo. Esto es especialmente importante para que las inversiones que se habían si no cancelado, sí suspendido, puedan programarse de nuevo y permitir realizar programas y planes de producción y expansión para muchas empresas.

Aún sin conocer a fondo los detalles, el simple anuncio debe dar certeza a la inversión y tal vez esta es la razón más importante de haber informado un acuerdo, aunque tenga los calificativos de “preliminar” y “en principio”.

Por las características mencionadas en los comunicados de la oficina del representante estadunidense, se entiende que algunos de los principales obstáculos fueron resueltos, en particular, la cláusula de caducidad del acuerdo, que ahora se plantea como una revisión a los 16 años. Canadá no está incluido en el acuerdo bilateral, pero tal parece que se incorporará pronto y veremos qué opina sobre este acuerdo en principio. Había razones para pensar que sería un proceso de dos pasos: primero México y luego Canadá.

El que se tenga la certeza de la existencia de un tratado, mejor o peor que el que teníamos, será un elemento importante para el inicio de la próxima administración y, sin duda, para el crecimiento del primer año de gobierno.

El crecimiento del PIB para el año próximo tendrá este elemento a favor, que es un factor importante para contrarrestar la típica caída en un primer año de gobierno. Prácticamente en todos los primeros años de una nueva administración hay una caída en la tasa de crecimiento del PIB. Esto sucede típicamente por la falta de definición de programas en los diversos sectores y, por lo tanto, por un menor gasto ejercido, lo que detiene la actividad económica. En algunos sexenios incluso fue negativa debido a las circunstancias heredadas de la administración anterior.

En este caso, el nuevo gobierno se encuentra con límites financieros serios, ya que la administración saliente llegó al límite de deuda que podía tolerar el país, y con grandes retos en los campos de salud e infraestructura. El espacio fiscal es mínimo. Si no tuviéramos la certeza de un acuerdo comercial con EU, el crecimiento se encontraría ante condiciones aún más adversas.

Uno de los elementos adicionales, tal vez de los más importantes que aporta esta certeza y la existencia de un acuerdo, y que indudablemente aportarán al crecimiento, es el reforzamiento del estado de derecho que se desprende de todos los diversos acuerdos de este nuevo tratado; si en algo se distingue en casi todos los campos, es en la insistencia en los derechos de propiedad, en propiedad intelectual y en general en reglas de juego más definidas y más fuertes.

*Doctor en Economía y ex director del CEESP

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http://milenio.com/opinion/luis-foncerrada-pascal/columna-luis-foncerrada-pascal/acuerdo-comercial-y-crecimiento

Ciudadano por México

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