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AMLO es “arropado” en la tierra del priismo mexiquense – El Sol de Toluca

En la tierra reconocida como la cuna del priismo mexiquense, Andrés Manuel López Obrador, visitó por primera vez Atlacomulco tras ganar la presidencia de la república en 2018 .

Ataviado con sombrero, un collar de flores en el cuello, chaleco de lana y una faja bordada en la cintura, el presidente recibió el bastón de mando.

La unidad deportiva municipal de esa demarcación albergó a cientos de asistentes, en su mayoría indígenas, algunos mostraron pancartas escritas en lengua materna que daban la bienvenida al mandatario nacional.

Otras lo invitaban a visitar Santa Ana Nichi, comunidad mazahua ubicada en San Felipe del Progreso, en donde se encuentra el centro ceremonial de la “ciudad de siervos”, que es el significado en español del término mazahua en nahua y una más pedía continuidad a los trabajadores del extinto Seguro Popular.

Minutos antes de las 16:00 horas, las notas del mariachi y de la banda sonaron al mismo tiempo, así le dieron la bienvenida a López Obrador, quien estuvo acompañado del gobernador del Estado de México, Alfredo Del Mazo Maza y de la delegada federal en la entidad de los programas del Bienestar, Delfina Gómez Álvarez. Además de un staff que recibía al por mayor peticiones escritas que firmaba el titular del ejecutivo mexicano.

En el pasillo central de la unidad, el presidente de México estrechó las manos de quienes las extendieron a su andar, detrás decenas de teléfonos móviles captaron el sonreír de López Obrador.

En el presidium, lo esperaban los jefes supremos de las cinco etnias mexiquenses en donde se llevó a cabo el ritual indígena con el característico olor emanado del copal y la invocación a los cuatro puntos cardinales.

El sitio se pintó de varias tonalidades pero destacaba la vestimenta indígena, sombreros y en algunas sillas el tono vino que identificaba a los funcionarios, servidores de la nación y representantes populares del partido político Morena.

En el terruño de su antecesor, Enrique Peña Nieto, López Obrador refrendó su compromiso con los pueblos originarios y con la población en general a poco más de un año de mandato.

Al igual que el 22 de enero de 2019 y que en el resto de sus actos masivos, el presidente de la República cerró con el himno nacional, esta vez en lengua materna a cargo de un coral de niñas.

En la tierra reconocida como la cuna del priismo mexiquense, Andrés Manuel López Obrador, visitó por primera vez Atlacomulco tras ganar la presidencia de la república en 2018 .

Ataviado con sombrero, un collar de flores en el cuello, chaleco de lana y una faja bordada en la cintura, el presidente recibió el bastón de mando.

La unidad deportiva municipal de esa demarcación albergó a cientos de asistentes, en su mayoría indígenas, algunos mostraron pancartas escritas en lengua materna que daban la bienvenida al mandatario nacional.

Otras lo invitaban a visitar Santa Ana Nichi, comunidad mazahua ubicada en San Felipe del Progreso, en donde se encuentra el centro ceremonial de la “ciudad de siervos”, que es el significado en español del término mazahua en nahua y una más pedía continuidad a los trabajadores del extinto Seguro Popular.

Minutos antes de las 16:00 horas, las notas del mariachi y de la banda sonaron al mismo tiempo, así le dieron la bienvenida a López Obrador, quien estuvo acompañado del gobernador del Estado de México, Alfredo Del Mazo Maza y de la delegada federal en la entidad de los programas del Bienestar, Delfina Gómez Álvarez. Además de un staff que recibía al por mayor peticiones escritas que firmaba el titular del ejecutivo mexicano.

En el pasillo central de la unidad, el presidente de México estrechó las manos de quienes las extendieron a su andar, detrás decenas de teléfonos móviles captaron el sonreír de López Obrador.

En el presidium, lo esperaban los jefes supremos de las cinco etnias mexiquenses en donde se llevó a cabo el ritual indígena con el característico olor emanado del copal y la invocación a los cuatro puntos cardinales.

El sitio se pintó de varias tonalidades pero destacaba la vestimenta indígena, sombreros y en algunas sillas el tono vino que identificaba a los funcionarios, servidores de la nación y representantes populares del partido político Morena.

En el terruño de su antecesor, Enrique Peña Nieto, López Obrador refrendó su compromiso con los pueblos originarios y con la población en general a poco más de un año de mandato.

Al igual que el 22 de enero de 2019 y que en el resto de sus actos masivos, el presidente de la República cerró con el himno nacional, esta vez en lengua materna a cargo de un coral de niñas.

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