Un segundo caso. No será el último. Un paciente en Londres cumplió ya 19 meses sin necesidad de tomar retrovirales; el virus del VIH no ha dado rastros en su organismo, luego de que se sometió a un trasplante de células madre. El primer caso data de hace más de diez años. Le llamaron “el paciente Berlín” (su ciudad de origen), mientras se realizó la prueba. Cuando los resultados fueron los esperados, el mundo conoció a Timothy Brown, la identidad de ese primer paciente que marcó un hito en la investigación que busca erradicar el virus que, al parecer, hasta hoy, no tenía cura. El tratamiento consiste en la extracción de células madre de donantes portadores de una mutación que inhibe a un receptor del virus. Éste se trasplanta a la médula ósea del paciente. En España hay otro grupo de personas en proceso. Si los resultados para éstas también es el obtenido en los primeros dos casos, estaremos hablando de “la noticia” médica de los últimos cien años. Y nada de esto sería posible si no fuera por miles de investigadores que aportan conocimiento gracias al fomento científico y tecnológico que generan estos “milagros” en la ciencia. Porque, antes de llegar a estos casos de éxito que mencionamos, se realizaron otros intentos y, sin ellos, no se habrían corregido procesos. Es la maravilla de los estudios científicos.
Y todos ellos se aplauden. Se celebran. Y, lo más importante, todos se deben incentivar. Y eso es responsabilidad de los gobiernos de cada país. Porque de ellos depende el presupuesto que reciben las instituciones de educación y también de estos recursos salen las becas, las oportunidades para jóvenes promesas que querrían generar conocimiento en favor de sus comunidades, pero que muchas veces tienen que emigrar porque no encuentran en su país la vía correcta para canalizar todo su potencial. Genios, talento, ganas, proyectos… todo esto existe en miles de personas que buscan una oportunidad para desarrollar sus ideas. En México y en cualquier otro país.
A María Salguero, por ejemplo, le bastó su empatía para generar, sin ayuda de nadie, el mapa de feminicidios que hoy es herramienta periodística y de investigación. A través de reportes informativos, lleva casi cuatro años documentando los casos que a las autoridades les cuesta registrar y reconocer como agresiones por cuestión de género. Incluso, ahora Salguero es capaz de clasificar feminicidios cometidos por el crimen organizado y transfeminicidios. Y todo lo ha hecho sola, sólo con ayuda de Google.
Otro ejemplo, hace unas semanas, la científica mexicana Eva Ramón Gallegos informó que, junto a su equipo, nueve jóvenes investigadores del IPN, lograron eliminar por completo el virus del papiloma humano en 29 mujeres de la Ciudad de México. Lo hicieron a través de una terapia fotodinámica. Ya antes habían hecho un primer intento en 420 mujeres de Oaxaca y Veracruz, con resultados, si no óptimos, sí alentadores. Finalmente, consiguieron la que es hoy una puerta para contrarrestar la primera causa de cáncer cervicouterino en nuestro país.
Ahí, en esos resultados es que radica la importancia de la promoción en la investigación científica y tecnológica. A la fecha, no hay aún ningún avance del Plan Nacional para la Innovación prometido por López Obrador; el Conacyt sólo ha sido nota por sus equivocados nombramientos. No hay señales claras de nada. Por el contrario, los pacientes de alta especialidad, como lo son quienes se atienden para controlar el desarrollo del VIH, están muy lejos de los avances que narramos al inicio de este texto, están más bien en incertidumbre porque aún no saben si tras la eliminación del Seguro Popular, otras de las promesas de campaña, seguirán teniendo acceso a sus tratamientos. Lo mismo organizaciones que atienden la prevención del virus, quienes desde febrero esperan por la convocatoria de Censida, que debió publicarse en febrero. Ojalá que el rubro científico no corra la misma suerte que las estancias infantiles, cuya permanencia también fue una de las cien promesas que AMLO leyó tras su toma de protesta. Apostarle a la ciencia es apostarle al futuro.