Collector cruise en el Ryndam: ¡Embarcamos!👌⛵✔ – Los viajes de Luciabox

El embarque fue perfecto y rápido, y antes de las doce de la mañana no solo estábamos a bordo, sino que desde el minuto cero pudimos acceder a nuestro camarote, cosa que he visto en pocas navieras y que es un detalle de calidad que hace de Holland un producto especial.

Habíamos reservado un camarote interior «pelotero,» en la popa del barco y en la cubierta más baja, pero resultó ser un camarote super acogedor, super cómodo, y salvo el inconveniente de que detrás de esa cortina no había ninguna ventana, nos hizo disfrutar de una maravillosa estancia durante las 18 noches que estuvimos a bordo.

Además, la mayorista en España, ante mis «quejas» por no haber podido conseguir un upgrade tras la bajada de precios a última hora, había decidido obsequiarme con algunos detalles que me esperaban en el camarote esa mañana.

Comimos temprano, en el buffet, que para ser día de embarque no estaba nada masificado y después, pudimos deshacer el equipaje, que fue llevado al interior de nuestro camarote al poco tiempo de embarcar.

Por el medio, y tras una visita al spa para conocer las instalaciones, alguna fue «agraciada» con un masaje cervical que la dejó como nueva

Tras ello, simulacro y salida de Dover, que nos ofreció una maravillosa vista de sus acantilados desde la cubierta

Y tras pasar la tarde sin hacer nada llegó el momento de ir a nuestra primera cena.

Solo deciros que ya os iré poniendo fotos para que cenemos virtualmente, pero de aquel crucero vine con un montón de kilos de más

La calidad y variedad de la gastronomía fue una de las cosas que más me sorprendió en nuestro primer crucero en Holland América.

Estos son los platos que degustamos esa primera noche

Ese día nos acostamos pronto, ya que al día siguiente nos esperaba un ajetreado día de navegación

Por cierto, en Holland todavía se estilan los bombones en la cama por la noche, y los muñequitos de toalla, cosas que han ido desapareciendo poco a poco en el resto de las navieras