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De Silicon Valley a la supremacía digital: el ascenso de Nvidia y la urgencia de México por acelerar su infraestructura de IA

Francisco C. De la Torre 

 Ciudad de México — Abril 12 de 2025

Jensen Huang, el carismático fundador y director general de Nvidia, no es solo un ejecutivo tecnológico: es el general moderno de Silicon Valley. En The Nvidia Way, Tae Kim lo retrata como un líder incansable con una visión única: que el futuro de la computación no está en los procesadores tradicionales (CPU), sino en el poder del procesamiento paralelo de las GPU—los chips gráficos que hoy son el corazón palpitante de la revolución de la inteligencia artificial.

Nvidia, antes conocida por fabricar tarjetas gráficas para videojuegos, es ahora la empresa de $3 billones de dólares que domina la era de la IA. Sus chips están presentes en todo, desde ChatGPT hasta cirugías robóticas y vehículos autónomos. Huang, con su inconfundible chaqueta de cuero, llevó a Nvidia a través de crisis casi fatales y mercados escépticos, apostando siempre al futuro. Fue esa persistencia—y una filosofía de operar como si cada mes fuera el último—lo que le permitió superar a gigantes como Intel y transformar para siempre el paradigma de la computación.

Pero mientras Nvidia se convierte en la superpotencia indiscutible de la IA, el resto del mundo lucha por alcanzarla. Y un país notablemente rezagado es México.


La brecha paralela

El ascenso de Nvidia, documentado en The Nvidia Way, no es solo una historia de éxito empresarial—es una hoja de ruta para la transformación tecnológica. Muestra cómo la visión de largo plazo, el valor ingenieril y las inversiones estratégicas en infraestructura de IA pueden construir industrias de billones de dólares.

En contraste, el ecosistema digital de México sigue crónicamente subinvertido. Mientras países como China, EE.UU. y varias economías europeas implementan estrategias nacionales de IA—desde clusters de computación cuántica hasta centros de datos con GPUs—México aún no ha colocado su primera piedra digital.

Menos del 0.03% del presupuesto público mexicano se destina a investigación en IA. No existen centros de cómputo de alto desempeño propios, el desarrollo de chips es prácticamente inexistente, y el acceso a plataformas de Nvidia como CUDA o DGX es limitado y altamente dependiente de proveedores externos.


Una prioridad estratégica para México

Las implicaciones son profundas. En la era de la IA, los países sin infraestructura propia corren el riesgo de convertirse en colonias del imperio algorítmico. Las decisiones en salud, educación, finanzas, defensa o agricultura serán cada vez más tomadas por modelos entrenados fuera del país. La nube ya no es solo una tecnología: es el nuevo colonizador.

Y sin embargo, México tiene ventajas competitivas únicas:

  • Proximidad a EE.UU. y al ecosistema de innovación de Texas y California.

  • Un bono demográfico con jóvenes bien preparados.

  • Talento en ingeniería y creatividad digital.

Lo que falta es voluntad política y una visión de Estado. Las oportunidades están claras:

  • Inversión público-privada en infraestructura de IA, incluyendo centros de datos con GPUs de alto rendimiento.

  • Creación de una “Ciudad de la IA” en Monterrey, Guadalajara o Torreón que combine investigación, emprendimiento y capacitación.

  • Incentivos para atraer manufactura de chips, incluyendo a socios estratégicos de Nvidia.

  • Reforma curricular nacional en IA, fusionando STEM con ética, automatización y ciencia de datos.

  • Fondo soberano de IA, al estilo de Singapur o Abu Dhabi, para financiar soluciones nacionales en salud, seguridad, educación y justicia.


Lecciones de Jensen Huang

The Nvidia Way deja claro que las revoluciones no esperan el consenso. Huang construyó Nvidia no jugando a lo seguro, sino apostando cuando nadie más lo hacía. Invirtió en CUDA —el software que potencia sus chips— años antes de que la IA fuera moda. Rechazó el camino fácil de los videojuegos y persiguió el cómputo científico cuando los inversionistas le pedían lo contrario.

México necesita un liderazgo similar. Necesita dejar de administrar el presente y empezar a diseñar el futuro. Requiere romper la burocracia, invertir en tecnología estratégica y fomentar una nueva generación de líderes con la audacia de Huang.


La ventana se está cerrando

En 2013, Huang envió un correo a toda la empresa diciendo: “Ya no estamos en el negocio de los gráficos. Estamos en el negocio de la inteligencia artificial.”
Una década después, esa apuesta se confirmó como una de las decisiones más acertadas en la historia de la tecnología.

Hoy México debe hacer su propio giro. La IA no es solo un sector: es el nuevo sistema operativo del mundo. Quienes no lo desarrollen, no solo quedarán atrás—podrían quedar fuera.


Francisco C. De la Torre es escritor, estratega y cofundador de AIMWorld.AI. Colabora regularmente en temas de innovación, inteligencia artificial y desarrollo económico y social  en América Latina.

Ciudadano por México

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