Tamaulipas

Desmantelan campamento migrante en Matamoros, Tamaulipas – Noticias, Deportes, Gossip, Columnas | El Sol de México

El campamento migrante de Matamoros, que llegó a albergar a 2 mil 500 personas que soñaban con llegar a Estados Unidos cerró este viernes sus puertas.

Este asentamiento, ubicado a un costado del Río Bravo y menos de un kilómetro de Texas, fue abierto en el año 2019 por los migrantes centroamericanos que quedaron varados debido a la dura política migratoria de Donald Trump.

La Directora General de Coordinación de Política de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Ximena Escobedo, anunció el cierre de la Ciudad Migrante.

“Hoy se procesó el último caso activo de MPP en el campamento de Matamoros”, anuncio en redes sociales.

“El campamento está ya cerrado. El gobierno de México seguirá trabajando con el gob estadounidense, ACNUR Y OIM en otros puntos fronterizos en favor de la población que continúa bajo dicho protocolo”, agregó vía Twitter.

Las personas que quedaron inscritas en el Protocolo de Protección a Migrantes (MPP por sus siglas en inglés) comenzaron a cruzar hacia Estados Unidos el pasado jueves 25 de febrero, previo a resultar negativos a pruebas Covid-19.

Personal del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) coordinaron los traslados de los centroamericanos que continuarán su proceso de asilo humanitario en tierra estadounidense.

Foto: EFE

Aunque extraoficialmente en el lugar aún están unas 60 personas en espera de que se defina su situación jurídica.

Foto: EFE

El desmantelamiento del campamento de la fronteriza ciudad mexicana de Matamoros simboliza el fin de la brutal política migratoria del expresidente estadounidense Donald Trump, mientras decenas de personas llegan de nuevo a la localidad buscando cumplir el sueño americano.

Lo que en el 2019 “floreció” como un campamento, a orillas del río Bravo, bajo condiciones inadecuadas, quedó reducido a pilas de casas de campaña y toneladas de desechos que se calcula sean removidos en una semana.

En el campamento se llegaron a contabilizar más de dos mil habitantes, pero con el paso del tiempo y el endurecimiento del Protocolo de Protección a Migrantes (MPP en inglés), muchas las familias abandonaron el lugar, mientras que otras, cansadas de las precarias condiciones, alquilaron casas en Matamoros y el número se redujo a 700 migrantes.

Tras 8 días del comienzo del cruce de familias a Estados Unidos, proceso en el que se dio prioridad a los del campamento, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) reportó al viernes un total de 731 aspirantes a asilo que ya están reunidos con sus familias en territorio estadounidense.

Una preocupación más

La reapertura de la frontera México-Estados Unidos a los solicitantes de asilo ha propiciado la llegada de grupos a la zona del Puente Nuevo para esperar una oportunidad, mientras niños y adultos ya duermen a la intemperie en colchonetas.

“Es preocupante, porque muchos grupos están llegando de todas partes a apostarse en las inmediaciones con el propósito de cruzar a Estados Unidos. No es posible”, expresó el representante de la Casa del Migrante, Juan Antonio Sierra Vargas.

Foto: EFE

El Grupo Beta -agentes que orientan y asisten a migrantes- sostuvo una reunión con los migrantes que permanecen en el exterior de un edificio oficial sin uso, ubicado cerca de la aduana del cruce fronterizo, pero las familias no se retiraron del lugar.

La misma historia

Medio centenar de ciudadanos de Honduras, El Salvador y Nicaragua viven hacinados en un espacio y enfrentan la dificultad que hace dos años vivieron los adscritos al MPP cuando fueron retornados de Estados Unidos.

Foto: EFE

“No hay albergues y nos hemos quedado aquí. No tenemos comida”, expuso César Moncada, de origen hondureño.

Algunos activistas ya han comenzado a actuar, como el Resource Center Matamoros, para habilitar un refugio y atender la demanda que ha estallado en las últimas semanas.

“El campamento lo están desmantelando, no lo van a abrir y no tenemos posibilidad de entrar ahí”, dijo el migrante que llegó acompañado de su esposa y dos hijos.

El campamento migrante de Matamoros, que llegó a albergar a 2 mil 500 personas que soñaban con llegar a Estados Unidos cerró este viernes sus puertas.

Este asentamiento, ubicado a un costado del Río Bravo y menos de un kilómetro de Texas, fue abierto en el año 2019 por los migrantes centroamericanos que quedaron varados debido a la dura política migratoria de Donald Trump.

La Directora General de Coordinación de Política de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Ximena Escobedo, anunció el cierre de la Ciudad Migrante.

“Hoy se procesó el último caso activo de MPP en el campamento de Matamoros”, anuncio en redes sociales.

“El campamento está ya cerrado. El gobierno de México seguirá trabajando con el gob estadounidense, ACNUR Y OIM en otros puntos fronterizos en favor de la población que continúa bajo dicho protocolo”, agregó vía Twitter.

Las personas que quedaron inscritas en el Protocolo de Protección a Migrantes (MPP por sus siglas en inglés) comenzaron a cruzar hacia Estados Unidos el pasado jueves 25 de febrero, previo a resultar negativos a pruebas Covid-19.

Personal del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) coordinaron los traslados de los centroamericanos que continuarán su proceso de asilo humanitario en tierra estadounidense.

Foto: EFE

Aunque extraoficialmente en el lugar aún están unas 60 personas en espera de que se defina su situación jurídica.

Foto: EFE

El desmantelamiento del campamento de la fronteriza ciudad mexicana de Matamoros simboliza el fin de la brutal política migratoria del expresidente estadounidense Donald Trump, mientras decenas de personas llegan de nuevo a la localidad buscando cumplir el sueño americano.

Lo que en el 2019 “floreció” como un campamento, a orillas del río Bravo, bajo condiciones inadecuadas, quedó reducido a pilas de casas de campaña y toneladas de desechos que se calcula sean removidos en una semana.

En el campamento se llegaron a contabilizar más de dos mil habitantes, pero con el paso del tiempo y el endurecimiento del Protocolo de Protección a Migrantes (MPP en inglés), muchas las familias abandonaron el lugar, mientras que otras, cansadas de las precarias condiciones, alquilaron casas en Matamoros y el número se redujo a 700 migrantes.

Tras 8 días del comienzo del cruce de familias a Estados Unidos, proceso en el que se dio prioridad a los del campamento, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) reportó al viernes un total de 731 aspirantes a asilo que ya están reunidos con sus familias en territorio estadounidense.

Una preocupación más

La reapertura de la frontera México-Estados Unidos a los solicitantes de asilo ha propiciado la llegada de grupos a la zona del Puente Nuevo para esperar una oportunidad, mientras niños y adultos ya duermen a la intemperie en colchonetas.

“Es preocupante, porque muchos grupos están llegando de todas partes a apostarse en las inmediaciones con el propósito de cruzar a Estados Unidos. No es posible”, expresó el representante de la Casa del Migrante, Juan Antonio Sierra Vargas.

Foto: EFE

El Grupo Beta -agentes que orientan y asisten a migrantes- sostuvo una reunión con los migrantes que permanecen en el exterior de un edificio oficial sin uso, ubicado cerca de la aduana del cruce fronterizo, pero las familias no se retiraron del lugar.

La misma historia

Medio centenar de ciudadanos de Honduras, El Salvador y Nicaragua viven hacinados en un espacio y enfrentan la dificultad que hace dos años vivieron los adscritos al MPP cuando fueron retornados de Estados Unidos.

Foto: EFE

“No hay albergues y nos hemos quedado aquí. No tenemos comida”, expuso César Moncada, de origen hondureño.

Algunos activistas ya han comenzado a actuar, como el Resource Center Matamoros, para habilitar un refugio y atender la demanda que ha estallado en las últimas semanas.

“El campamento lo están desmantelando, no lo van a abrir y no tenemos posibilidad de entrar ahí”, dijo el migrante que llegó acompañado de su esposa y dos hijos.

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