EL PROYECTO DE ARTE QUEER DE ALEXIS MINKIEWICZ INTENTA, DE LA MANO DEL ESTADO, TRANSFORMAR LA ENDOGAMIA GAY PROSTIBULARIA DEL MUNDO DEL ARTE EN UNA REFORMULACIÓN BLANCA Y RACISTA DEL EXTERMINIO DE LOS AFRO-ARGENTINOS.   | loveartnotpeople

El artista Alexis Minkiewicz nunca fue, seamos honestos, tomado en serio por mí en este blog, en principio, por el modo en el que presentó su acceso al cenáculo del mundo del arte vernáculo. Dicho acceso fue lisa y llanamente, prostibulario. Como amante del coleccionista y operador cultural, Esteban Tedesco, su lugar adquirió privilegio por el modo en el que su apariencia personal era objetualizada por los operadores (la mayoria de ellos, con altas dosis de homofobia internalizada… a pesar de ser gays). Sin embargo, en la confusión del mundo del arte argentino, esta hipersexualización prostibularia mediante la cual el acomodo sexual intentó ser traducido, como por arte de magia, como arte queer de la decada del 2010. Lejos de queer, los modos de intervención fueron patriarcales y homonormativos de acuerdo a los criterios de homosocialidad endogamica y clasica existentes en la historia del arte desde Jacques Louis David y sus discipulos, por ejemplo. La diferencia es que el privilegio ‘ateniense’, por llamarlo de alguna manera, no fue pasado a Minkiewicz en el proceso de su entrenamiento artistico sino en las tertulias de sus potenciales benefactores y compradores. Eso es, lisa y llanamente, el mercado del carnes propio de la distribucion gay del trabajo sexual neoliberal.

Sin embargo, el tema que Minkiewicz eligió para su proyecto artístico no es moco de pavo en un país que continúa intentando plantear los términos de su relación con los modos de recordar un pasado traumático no solamente de treinta mil desaparecidos sino de una historia de construcción nacional basada en el exterminio del otro. Podría decirse, entonces, que Minkiewicz es un muy atrevido Jano de dos cabezas que por un lado intenta transformar a su arte en un instrumento visual puesto al servicio de esos debates nacionales mientras que por el otro no pierde oportunidad de autoobjetualizarse para insertarse en el mercado a traves de la erotizacion de su propio cuerpo en un contexto sexualmente estéril como el mundo del arte contemporaneo argentino. Así, mientras que por un lado, Minkiewicz trabajaba en ‘Un retrato para Maria Remedios del Valle’, una argentina de origen africano que llegó al rango de capitana del ejercito comandado por Belgrano; no dudaba en posar como modelo de calzoncillos con Lopez Seoane bajo el mediocre lente de Santiago Albanell. En cualquier caso y en buena hora, los esfuerzos en materia de investigación de los procesos de la memoria a traves ya no de su propia monumentalizacion (en tanto art star) sino de los monumentos con los que esa memoria se evoca, parecen haber rendido sus frutos. O no?

Un equipo conformado por Minkiewicz, la escultora Gisela Kraisman y la activista Louis Yupanqui acaba de ganar un concurso cuyo premio es la nada sexy suma de cien mil pesos para su ejecución (!!!) con lo que uno tiene que creer que lo que se está premiando es la idea que, sin ir más lejos, consiste en el diseño de la pieza (pensada de manera ‘conjunta’) a partir de una composicion de escaneos en tres dimensiones del cuerpo de Yupanki, una joven trans de la comunidad afro local insertada para ilustrar el cuerpo ‘perdido’ de nuetra Juana de Arco negra, del Valle. Esto es presentado al modo de la estetica monumental del siglo XIX y lo contemporáneo del caso vendría a ser que ‘la escultura puede materializarse mediante unos pocos archivos de libre descarga allí donde haya una impresora 3D, del tamaño que se la elija’. Con las distancias del caso, esta logica postmoderna del pastiche ya fue hecha por Robert Colescott en su ‘George Washington cruzando el Delaware’ de 1975 de una manera mucho mas subversiva aunque, hoy, resultaría problematica retrograda. Pensar este ‘homenaje’ en estos terminos de sustitiución, desplazamiento y pastiche postmoderno solo puede ser premiado desde el Estado, agente de de-queerizacion por excelencia.

En el proyecto exhuda el optimismo que permite entender el favor del Estado. En primer lugar, la impresión 3D aparece como una promesa democratizante que no es tal si se tiene en cuenta que lo que hace a un monumento relevante es su materializacion ‘oficial’ en un lugar público por decisión de la comunidad. Como archivo de descarga, es una imagen mas en un oceanos infinito de imagenes de consumno privado. El verdadero desplazamiento aquí es del espacio publico al olvido (por saturacion de imagenes) del espacio privado o mejor dicho, privatizado ya que hay que tener computadora e impresora 3D lo que reduce la ‘democracia’ a una ‘oligarquía’ un tanto asfixiante. En segundo lugar, la decisión de inyectar el cuerpo de la trans afroargentina viva al de la ex capitana del ejército de Belgrano plantea un tipo analogo de optimismo del homenaje esencializante al suponer que la virtud de subalternidad de la trans (que, a decir, verdad, hoy es muy mainstream) garantiza, de por sí, el respeto del cuerpo olvidado de la negra erradicada de la historia no sólo por negra sino por negra argentina. Lo tercero tiene que ver con el caracter de pastiche postmoderno (muy 1990s) de todo el ejercicio como si la memoria pudiera alcanzar el necesario luto y evadir la iterada melancolia a traves de la mancomunión de opiniones diversas en un sintesis bienintencioanda. Hay una analogia entre el pastiche del cuerpo trans contemporáneo, el monumento afrancesado del siglo XIX y la imágen glorificada de del Valle, por un lado, y la sintesis virtuosa proyectada a futuro de una identidad nacional sublimada e higienizada que, finalmente, puede hacer el luto de sus desaparecidos negros. Lamento decir que todo esto es ridículamente optimista y tal vez sea esa la razon por la que la oficialidad al mas alto nivel del Estado encarnado en el Ministerio de Cultura ha decidido bendecirlo. Dicho de otro modo, si bien esto es presentado como un ejemplo mas de una politica estatal queer, es patriarca, blanca y elitista.

Digo esto porque: en primer lugar, reemplazar el blanco por el negro no es otra cosa que un juego de posiciones. Sin ir mas lejos, en Estados Unidos tuvieron un presidente negro que no dudo en salvar al circuito financiero y perpetuar el regimen de dominacion del global recontrahiperblanco al que Minkiewicz quiere acceder vía sus amigos en posiciones estratégicas. Ese juego de desplazamientos que hace Minkiewicz y el modo en el que interviene la tradicional estética de los monumentos del siglo XIX no abre debates sino que los cierra y este es un grave problema de un proyecto tan elitista. Es como si mediante este reconocimiento estatal, se plantearea una amnistía cultural en la que los negros pasan a ser parte de la comunidad. Sin ir mas lejos, la mejor amiga de mi mejor amiga artista se fue de la argentina con sus dos hijos adoptivos negros por no tolerar el agobiante racismo internalizado imperante. Con esto quiero decir que este proyecto en sí mismo es una intervención racista.

Hay algo de la historia de del Valle que el monumento parece replicar de la peor manera posible y es el modo en el que tras pelear ‘por la Patria’ fue olvidada, con su familia muerta en el frente de batalla, empobrecida y mendigando por las calles de Buenos Aires es autoritativamente reconocida por Viamonte quien le da una pensión. Es la ‘suerte’ y ‘bendición’ de ese reconocimiento del ‘blanco’ lo que está puesto en juego en la monumentalización del grupo de ‘queers contemporaneos’ con Minkiewicz. El monumento aca no es a la negra olvidada sino al cenaculo que, como Viamonte en su momento, se detiene para reconocerla y así, lava sus culpas. Hay algo de eso en la utilizacion oportunista del trans colocado siempre como ‘asistente o colaborador’ como en el caso de Louis Yupanqui aunque tambien podemos mencionar el caso de la asesora trans de Fede Baeza; especies de Sanchos que acompañan a estos Quijotes blancos y patriarcales. Esta premiación es muy liviana en su aproximacion critica y toca temas delicados en un país en el que hubieron muchos y buenos ejercicios de ‘apertura’ lúdica de los procesos de la memoria a traves del arte que no buscan cerrarlos con latiguillos o con retoricismos visuales sino repensando los procesos de manera autenticamente queer. J A T

EL LANPODCAST DE ESTA SEMANA ES PARA EL ARTE DEL GRABADO

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Ciudadano Mexicano

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