Tabasco

El sur existe porque resiste – SinEmbargo MX

 

Opacada por el debate tóxico entre los que respaldan y rechazan el proyecto de la Cuarta Transformación, y oculta por el alud de notas intrascendentes sobre la carrera de las corcholatas morenistas que compiten por la sucesión presidencial, pasó casi desapercibida una iniciativa política de la mayor relevancia. Se trata de la caravana El Sur Resiste que se llevó a cabo durante 10 días por siete estados del sureste de México.

La caravana El Sur Resiste fue convocada por decenas de organizaciones del sureste y por el Congreso Nacional Indígena (CNI). El propósito de esta iniciativa era visibilizar los daños, afectaciones, despojos y represión que están dejando en sus territorios los grandes megaproyectos que se están impulsando en el actual gobierno, pero que vienen de lejos y se inscriben en un proyecto de reordenamiento territorial de gran envergadura, como señaló en entrevista para Radio UdeG, Carlos González de la comisión de Coordinación del CNI (https://bit.ly/3W1lBtv).

Los megaproyectos a los que se refieren son el Tren Maya, el Corredor Interoceánico y el Proyecto Integral Morelos, como conjunto integrado de reordenamiento territorial en la Península de Yucatán y los estados de Chiapas y Tabasco.

A partir del 25 de abril, la caravana El Sur Resiste partió de Pijijiapan, Chiapas, para hacer un recorrido por pueblos y comunidades que padecen las afectaciones de estos megaproyectos. Pasaron así por Oaxaca, Veracruz, Campeche, Quintana Roo, Tabasco, Yucatán y cerraron el domingo 7 de mayo en San Cristóbal de las Casas con el encuentro internacional “Capitalismo corporativo mundial, patriarcado planetario, autonomías en rebeldía” al que asistieron representantes de pueblos originarios de México y personas de 22 países de América Latina y Europa.

Como señalaron en la convocatoria de la caravana lanzada desde fines del año pasado, el propósito de este recorrido fue no sólo visibilizar y denunciar las afectaciones a sus formas de reproducción de la vida que los megaproyectos ya les están acarreando, además de visibilizar y enlazar las resistencias que ocurren a lo largo y ancho del sureste.

Uno de los propósitos tanto de la caravana como del encuentro internacional, fue poner en una perspectiva más amplia el conjunto de megaproyectos que el Estado mexicano está impulsando de la mano de los militares y con el respaldo del gran capital internacional. Ana Esther Ceceña de la UNAM señaló que el proyecto de reordenamiento territorial del Sureste mexicano ocurre en el contexto de la disputa por la hegemonía mundial entre Estados Unidos y China, y cómo los dirigentes del país del norte pretenden unificar América del Norte en torno a sus intereses. En este contexto surgen varios de los megaproyectos, como señalaron en el pronunciamiento final del encuentro internacional.

“En este reacomodo mundial, el Sureste mexicano y el Istmo de Tehuantepec, juegan un papel estratégico en los intereses de las corporaciones mundiales para unir por tierra en tan sólo 200 kilómetros el océano Pacífico con el Atlántico y facilitar el transporte de mercancías,  hidrocarburos y otros recursos del subsuelo”.

No solo el Tren Maya, y la modernización de dos puertos y el la línea del tren interoceánico. “La construcción de ese tren, viene acompañada de la instalación de 21 estaciones y zonas de desarrollo turístico, parques eólicos y fotovoltaicos, termoeléctricas, cerveceras, granjas de cerdos, cultivos de palma, soja y otros monocultivos, así como grandes desarrollos inmobiliarios, complejos hoteleros, centros comerciales, casinos, restaurantes y todo lo necesario para las grandes masas de turistas que se espera arriben a la península, provocando el despojo, el extractivismo voraz y la destrucción de las formas de vida de los pueblos mayas”, señalaron en el pronunciamiento final (https://bit.ly/4590WrR).

Pero a pesar de que el Estado empuja estos megaproyectos con todos sus recursos, incluyendo la participación de las fuerzas armadas, desde los pueblos y comunidades emprenden luchas y movilizaciones para oponerse a ellos. Como señalaron en el pronunciamiento emitido tras el encuentro internacional: “Reconocimos que aún en medio de toda la destrucción de los capitalistas son muchos los logros que vamos cosechando: Lo primero y más importante es que después de 500 años de intento de exterminarnos aquí seguimos, la organización desde lo comunitario contra el despojo, de igual manera las tierras recuperadas en diferentes pueblos, la lucha de las mujeres por el reconocimiento y ejercicio de sus derechos, la lucha por el agua, la liberación de presos políticos, la reubicación de las estaciones del tren en Mérida y Campeche, el establecimiento de zonas libres de proyectos extractivos, la conservación de las lenguas y las fiestas tradicionales y la construcción de autonomías”.

Por eso es tan importante visibilizar y enunciar estas resistencias porque está en juego la vida de 20 millones de personas de estos siete estados del sureste con proyectos que prometen llevarles desarrollo y progreso diseñados desde los escritorios y no consultados con las comunidades que ya padecen y van a padecer alteraciones sustanciales en sus modos de reproducción de la vida. Pero ante los riesgos que conllevan estos megaproyectos, su proyecto de lucha es la resistencia, pues como señalaron en el encuentro final en San Cristóbal de las Casas, “existen porque resisten”.

Rubén Martín
Periodista desde 1991. Fundador del diario Siglo 21 de Guadalajara y colaborador de media docena de diarios locales y nacionales. Su columna Antipolítica se publica en el diario El Informador. Conduce el programa Cosa Pública 2.0 en Radio Universidad de Guadalajara. Es doctor en Ciencias Sociales.
Twitter: @rmartinmar
Correo: [email protected]
en Sinembargo al Aire

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