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Enrique Antía: “El alcohol cero atenta contra las reuniones familiares, donde tomás una copa”

Esta semana en Posdata, el ciclo de conversaciones a cargo del periodista argentino Oscar González Oro para El Observador, Antía respondió sobre su carrera política y si tiene a un sucesor en mente así como lo que tiene pendiente en su gestión al frente de Maldonado. 

Este es un resumen de esa conversación, en la que también habló sobre su postura al respecto de la tolerancia cero con el alcohol y cómo un viaje por la costa argentina fue la inspiración para decidir “lo que no había que hacer” al gestionar la costa fernandina.

Me voy a transformar en argentino y preguntarte algo que preguntan los argentinos. ¿Por qué tantos radares?
Bueno, porque uno de los problemas grandes que nosotros veíamos que se nos venía era el tema del tránsito. Y teníamos que trabajar para prevenir. Si tú ves los radares estos, a 80 metros, 70 metros, 100 metros tienes un aviso. Y te dice gracias, en verde, si vas a la velocidad adecuada, si te pasas te aparece en rojo cosa que vos tengas tiempo de bajar la velocidad. Es prevención. Y nosotros lo tomamos como una inversión bien importante, porque además en un destino turístico, la gente no conoce y puede cometer muchas imprudencias. Y al bajar la velocidad tienes tiempo de reaccionar. Y además hay muchas motos. Hay 100.000 motos, más todos los autos que vienen, porque hay problemas de transporte colectivo y el trabajador va en moto porque gana tiempo y llega a todos lados. Eso más otros 120.000 vehículos, más lo que viene en verano, porque acá vienen 400.000 personas adicionales en verano y traen un par de coches y vienen nerviosos. Acá hicimos además de las rotondas, un trabajo muy grande de infraestructura con varias rotondas, varias sendas rebasables para que la gente que sale de la playa pueda caminar.

Había apuestas entre mis amigos sobre si terminabas el puente de La Barra o no antes de la temporada. ¿Cómo lo terminaste tan rápido?
Te lo pongo como popularmente se dice: a puro huevo. Pero de verdad fue una tarea magnífica de todo un equipo. Se logró un resultado extraordinario donde además no había antecedentes, porque ese puente era el segundo, el original está derechito ahí. Y este que era el segundo falló increíblemente, nadie puede pensar que un puente a los 27 años iba a fallar, y se nos venía la temporada arriba y los tiempos volaban, se trabajó a veces de noche, a veces sábado y domingo y en 22 días lo logramos. El día que se hizo el lanzamiento de la temporada turística, al mismo momento que estábamos lanzando la temporada se estaba abriendo el puente. El puente bajó un metro treinta y llegó un momento que la panza tocaba el agua. Y si eso hubiera coincidido con una creciente hubiera sido desastroso. Por suerte de ese metro treinta ya recuperamos casi 90 centímetros en esa etapa que fue ponerle las muletas, los apoyos. Pasa que entre la velocidad y el repecho del puente las cargas se concentraban en el eje trasero y eso generaba un efecto demoledor.

¿Qué pasó con el San Rafael?
El hotel estaba en ruinas. Estaba muy deteriorada la infraestructura, se había llovido todo durante años y no aceptaba reparación ninguna. Era inalcanzable la reparación en costos y segundo era insegura, entonces Cipriani presenta un proyecto de recuperación 100% del hotel. A todos los proyectos que presentó se les exigía primero hacer de vuelta el hotel con el plano original, y como lo que estaba, estaba derrumbado, era una cueva de ratas y estaba en malas condiciones, apostamos al futuro, manteniendo aquella imagen del Hotel San Rafael que era una característica, un icono de Punta del Este. Y tenía que recuperarlo en las mismas condiciones, con el mismo tipo de ladrillo, el mismo tipo de pizarra, el mismo tipo de piedra y eso es lo que está en el proyecto, primero el hotel. Cualquier cosa que haga ahí tiene que estar primero condicionada a hacer el hotel y el casino. El proyecto original era muy costoso porque obligaba a hacer una obra en un solo momento, sin poder darle etapas a la obra y era inviable. Obligaba a una inversión inicial inmensa, y lo agarró la pandemia. Yo creo y apuesto a la buena fe de que lo va a hacer, porque aparte nadie invierte como ha invertido hasta ahora US$ 57 millones y lo va a dejar tirado como baldío. Le va a sacar algún resultado, alguna punta le va a buscar. 

Hasta ahora la temporada viene bien, ¿esperabas esta temporada?
Comparando inicio de temporada con inicio de temporada, es infinitamente mejor y no estaba previsto, tanta cantidad no. Mejor que el año pasado sí, pero tanta cantidad no. Yo tengo que ser prudente en esto porque hay mucha expectativa en la gente, mucha ansiedad por el trabajo, para recuperar espacios perdidos, entonces hay que ser muy cuidadoso y muy respetuoso de este momento y no tirar cuentas al aire cuando realmente para muchas para muchas familias, una temporada buena es enderezar el barco. 

¿Tenés un sucesor en la cabeza? 
No. Yo fui intendente en el primer gobierno en el cual hubo elecciones internas separadas de la nacional, entonces ahí había statu quo que tenía tres candidatos a intendente, cada uno con un candidato a presidente. A mí no me quería nadie, el grupo nuestro era un grupo de Maldonado y fuimos a la interna y ganamos. Y a partir de ahí ganamos la intendencia. Entonces si nos sirvió en un momento para estar presentes en esto, yo tengo que ser coherente con mi pensamiento. Entonces le vamos a dar un gran valor a la interna partidaria, ahí se ven los pingos y quién tiene el mayor apoyo popular y a partir de ahí vamos a encolumnarnos.

¿En tu vida qué es ser el intendente de Maldonado?
Nunca lo pensé, pero es tan lindo hacer cosas por tu comunidad, es maravilloso. Viendo lo lindo y viendo los errores y las cosas feas. Salimos a caminar casi todos los días, por lo menos cinco veces por semana y vamos viendo donde hay un bache, donde hay un agujero, donde hay un cordón roto donde hay que hacer tal o cual cosa, que se hizo bien. Y no hay nada más lindo que ver desarrollarse barrios donde antes había un asentamiento. O donde había un médano destruido y hoy hay una costa recuperada. Nosotros tiramos abajo 15 paradores en la costa para defender el médano y hoy son médanos, reconstruidos.

Esa es otra pregunta de los argentinos: ¿por qué yo bajo a la playa y no tengo servicios, quién me de un trago, una gaseosa, una reposera?
Ahí tenemos también alguna limitante, somos bastante restrictivos en los servicios, porque no queremos que se transforme la playa en comercio, comercio y comercio. Te confieso algo, antes de asumir, con mi señora y los chiquilines agarramos el auto y dije “vamos a recorrer la costa argentina para ver lo que no tenemos que hacer”. Hicimos una recorrida por todos los balnearios, de Necochea al norte. Y veíamos hormigón, paradores, y dije “esto no”.  Y hoy hay algunos chiringuitos bien berretas, pero son los que la gente más busca. Un servicio. 

¿Qué te introduce en el mundo de la política? ¿Quién era tu referente?
Mi militancia siempre fue por el Partido Nacional, de chiquilín, en la época que salíamos a poner carteles con engrudo. Mis padres siempre fueron militantes,  y la referencia nuestra era Wilson Ferreira, un gran líder, que generó una esperanza de un país posible, y ahí nos formamos una cantidad de jóvenes.

¿Cómo ves la tolerancia cero con el alcohol?
Yo tengo mi diferencia ahí. Porque esa medida fue tomada en un momento donde estaba el Frente Amplio en el gobierno, yo estaba en la Comisión de Transporte del Senado, entonces conozco bien la discusión. Tabaré Vázquez había tenido éxito con el tema del tabaco y querían prohibir todo. Y la verdad es que el cero atenta contra aquellas reuniones familiares, donde tomás una copa o una cervecita. Antes era 0,3, y ese margen te permite medirte. Agarrabas la práctica, sabías que tomando algo no te daba, ahora si es cero y tomás un sorbo marchaste, entonces decís “bueno, me tomo la botella”. Ya que marcho, marcho con todo. Entonces no educa, yo creo que el camino debería ser diferente, con un 0,3 de tolerancia, primero una advertencia, y después si, te bajo la caña. Y con eso se lograría una mejor evolución de toda la comunidad. Lo probamos acá en un momento, lo hacíamos en Maldonado pero lo hacíamos con detención de 10, 20 o 30 minutos en el tráfico. Y nos fue re bien con eso.

¿Qué te falta hacer?
Hay muchas cosas para hacer, porque esto tiene una dinámica pero vamos a dejar muy encaminado todo, si Dios quiere. El equipo la tiene clara, yo trabajo con equipo y todo lo discutimos y hay un programa. Uno de los resultados de este gobierno nuestro es que venimos con un programa desde hace años y hay una planificación estratégica también de más años todavía. Y hoy te diría que nos vamos a ir del gobierno dejando toda la infraestructura vial del departamento armada, dejando toda la infraestructura de salud pública, de saneamiento, mejorada. Tenemos una estructura social fuerte. En energía vamos a quedar para los próximos 50 años. Entonces bueno, hay que trabajar en la capacitación de nuestra gente porque ahí es donde el Uruguay en los últimos años ha patinado y no nos corresponde la educación, pero en forma de respaldo a nuestra gente, porque yo tengo que ayudar a nuestra gente. Maldonado es un punto de migración interna muy fuerte y si yo no preparo a la gente nuestra vienen los de cualquier lado del país y se quedan con los mejores puestos de trabajo.  

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