El dilema de viajar y no saber de qué vivir suele ser una traba para el que desea traspasar las fronteras. Juan sintió el deseo interno de emigrar del país a pesar de estar cómodo en la Argentina. Al pasar los días y los meses, la idea comenzó a tomar forma bajo el sueño de conocer el mundo. A mediados de 2021, un avión lo depositó a él y a su pareja Justina en España, más precisamente en la zona de Málaga, una ciudad portuaria ubicada en la Costa del Sol. Al analizar las variantes para ingresar al mercado laboral y tener de qué vivir, Juan desechó dar sus primeros pasos en el rubro gastronómico, una de las industrias más habituales para los recién llegados. Curiosamente, era un ámbito que conocía y que, por estas tierras, lo ayudó a subsistir en con un emprendimiento de alimentos pre-cocidos para caterings. Sin embargo, ahora quería algo diferente.
Con una idea base en mente, Juan entendió que la punta del ovillo estaba en generar contenido en las redes sociales con un servicio personalizado, que se ajuste a las necesidades de las personas e incluya a las mascotas, una de sus pasiones. “Mi intención era armar una distribuidora de productos naturales para mascotas: acá en España hay una movida de alimentos disecados como oreja de cerdo y tráquea de vaca. A raíz de eso se me ocurrió armar un TikTok para subir videos sobre la temática y detecté que hay varios clientes –entre ellos españoles e ingleses- que viajan mucho y no saben con quién dejar su mascota”, le señaló el protagonista de la historia a LA NACION.
En esa misma línea, fundamentó su decisión, que hoy en día le permite sacar un rédito económico suficiente para poder vivir en España y ejercer su oficio en Marbella, una de las partes más codiciadas en la orilla del Mediterráneo: “Por esta zona hay un problema de usurpación importante, es por eso que me fui adentrando en círculos de gente conocida en los barrios y ahí empecé a tener mis primeros clientes”.
El Housesitting empezó a ganar terreno en Estados Unidos, Reino Unido y Australia. En España aún está en proceso de evaluación. A pesar de ello, Juan observó una rendija a explorar y mediante su TikTok comenzó a ganar popularidad y, sobre todo, confianza en sus clientes quienes le dejan la llave de su casa y confían en su trabajo.
“Me instalo en las casas y básicamente me encargo de pasear a sus mascotas, darles de comer y si tienen plantas, regarlas. Si además el perro en cuestión tiene alguna conducta, que su dueño quiera que la trabaje (adiestramiento), también lo hago”, afirmó Juan, quien percibe 60 euros por día, más los costos de traslado a la zona, que abarca un radio de cobertura de hasta 100 kilómetros.
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Su trabajo comenzó a ganar reconocimiento y las propias plataformas virtuales lo acompañaron a tener una reputación en su nicho. Actualmente, mediante mensajes en su cuenta de TikTok, recibe propuestas para continuar con su trabajo en Barcelona, Madrid y en otros países como Estonia y Alemania. “Tengo un calendario de fechas y mis clientes me reservan con antelación. Hay algunos que me requieren por 20 días y otros por una semana”, comentó.
Al adoptar una casa ajena como un segundo hogar, empezó a entender las verdades necesidades de los clientes. Una de ellas, dentro de una serie de ítems más importantes, es la limpieza: “Es una consulta recurrente de las personas; yo dejo la casa la dejo tal cual como a mí me la dejaron. Una vez que llega el dueño, le entrego las llaves y sigo mi camino”.
Cómo es vivir en Málaga, una ciudad codiciada en la Ruta del Sol
La ciudad portuaria de Málaga se erige como uno de los puntos más destacados al visitar España. Dentro de su extensa capacidad hotelera y sus grandilocuentes playas, los habitantes disfrutan de un bienestar que se aleja de las grandes urbes.
En términos económicos, para los turistas o bien, para los que quieran establecer un punto de partida, tiene una cotización un poco más elevada a comparación de Barcelona o Madrid, los puntos de referencia más reconocidos mundialmente.
“Un sueldo básico acá es de 1000 euros y para alquilar un departamento de dos ambientes tenés que pensar en un monto, aproximado, de 700 euros”, comentó Juan, quien encontró un ritmo de vida y próximamente, seguirá su camino por otras partes del continente.
Respecto a la alimentación, Juan aseguró que el ingenio también es parte del combo para no despilfarrar: “Si vas al supermercado, y sabes comprar, comes bien por 3 euros. Después el típico menú en un bar está entre 10 y 15 euros. Ahora, si querés comer algo un poquito más elaborado con una carta en un restaurante, ronda los 20 a 25 euros”.
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