AMLOMETRO Política y gobierno

Eslabón débil

 

 

Carlos Elizondo Mayer-Serra

en REFORMA

22 Dic. 2019

 

En un proceso complejo, basta un paso mal diseñado o ejecutado para que nada funcione. Sucede hasta en las mejores organizaciones.

El avión 737 MAX de Boeing se desplomó dos veces por un sistema de control automático diseñado para compensar la fuerza adicional de los nuevos motores respecto a un diseño que es muy parecido al del viejo 737. Este eslabón fallido tiene hoy al avión sin volar y a Boeing en la crisis más profunda de su historia. El lema que la empresa presumía a los visitantes en su planta, “If it’s not Boeing, I’m not going!” (¡Si no es Boeing, no voy!), hoy parece una broma de mal gusto.

Para enfrentar una tarea compleja se requiere claridad en cada uno de los pasos. Lo increíble de tantas de las políticas implementadas por AMLO a lo largo de su primer año de gobierno es que han tenido no uno, sino muchos eslabones débiles. El más reciente lo vimos en la renegociación del T-MEC, en la que el gobierno no parecía tener muy claro qué había firmado.

Esto es inevitable cuando un gobierno se rodea de gente sin experiencia ni competencias y cuando se proclama que “no tiene mucha ciencia gobernar”. Lo importante es “echar mano de instituciones y de servidores públicos honestos, porque eso es lo principal: 99 por ciento es honestidad, 1 por ciento es capacidad”. Claramente no está siendo suficiente la capacidad del gobierno. Recientemente, AMLO dijo que se requiere sólo 90 por ciento de honestidad y el resto de capacidad. ¿Empezará a ser consciente de las carencias de su equipo?

Ni AMLO ni su gobierno atienden cada uno de los eslabones de sus tareas. AMLO había estado en tareas en las que esto no era crítico. Se puede hacer una campaña electoral exitosa incluso si varios eslabones no funcionan a la perfección, siempre y cuando el contendiente sea peor. Eso sucedió en la campaña del 2018.

Se puede ser Jefe de Gobierno de la ciudad más grande del país sin tener a los mejores funcionarios, porque un segundo piso mal diseñado funciona, aunque tenga embudos donde se atora el tráfico. La mediocridad permite repartir dinero. Aunque a muchos no les llegue el recurso, ello no impide que sí lo reciba la gran masa de beneficiarios.

En el gobierno federal esto es distinto. Los errores se notan. Más cuando se quiere hacer todo a la vez y de prisa, desde la Guardia Nacional hasta un aeropuerto, pasando por dos trenes y una refinería.

En temas complejos, no atender cada detalle lleva al fracaso. Basta que un eslabón del sistema no funcione para que un aeropuerto no se pueda utilizar. El aeropuerto Willy Brandt, en Berlín, debía inaugurarse el 30 de octubre de 2011. No ha sucedido, entre otras cosas, porque las cintas para el movimiento de equipaje eran pocas y pequeñas.

Para el próximo año propongo la siguiente apuesta. Santa Lucía no estará listo el 21 de marzo de 2022, como ha sido prometido por AMLO. Podrá despegar un avión. Hoy ya lo puede hacer. Aunque militar, ya es un aeropuerto. No lo hará de forma continua, ampliando la capacidad de operaciones aeroportuarias de la Ciudad de México. Se encontrarán tantos eslabones débiles que lo más probable es que no se logren avances importantes en la obra.

En artículos anteriores aposté (y gané) que no estaría a tiempo el tren México-Toluca (http://bit.ly/2NWYyxq). Ese tren también era una ocurrencia. Terminó como lo hacen los procesos complejos mal analizados: hoy no hay más que unas columnas que estorban en varias zonas la fluidez de la autopista México-Toluca, sobre todo en la libre.

Entre más va avanzando un gobierno, más se van notando los eslabones no atendidos en su momento. Ojalá que, en sus vacaciones, AMLO tenga tiempo para reflexionar sobre cuáles de las acciones de su primer año pueden acabar funcionando bien y cuáles deben ser replanteadas o canceladas.

Fuente: https://www.reforma.com/eslabon-debil-2019-12-22/op170818?pc=102

 
 
@carloselizondom

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