Aguascalientes

Estados Unidos: Tras crisis sanitaria, crece migración | El Informador

Juanito Aceves era ayudante de cocina en un restaurante de mariscos en Zapopan, pero migró a Estados Unidos para mejorar la calidad de vida de su familia. “Me pagaban siete mil pesos al mes… lo más importante eran las propinas, pero se repartían entre todos. Pasé días muy malos. Y como tengo tres hijos y esposa, pues mejor me fui a California con un conocido. Me la jugué”.

Juanito migró a principios de 2021. No resistió los efectos de la crisis sanitaria. Tras el relajamiento por el confinamiento por el COVID-19, aumentó la migración mexicana no documentada hacia Estados Unidos (EU). 

En 2021 se promediaron 59 mil encuentros mensuales con la autoridad migratoria, la cifra aumentó a 72 mil durante el año pasado, revela el estudio “México. Anuario de Migración y Remesas 2022”, elaborado por el Consejo Nacional de Población.

También hay cambios en los sectores económicos en los que laboran los migrantes: hace dos décadas trabajaban principalmente en los sectores del comercio y manufacturas, pero ahora se concentran en la construcción, la hostelería y el esparcimiento.

A nivel nacional, Jalisco se ubica en la posición número 14 en el Índice de Intensidad Migratoria México-Estados Unidos; sin embargo, seis de los siete Estados con los que colinda están en los primeros lugares: Zacatecas, Michoacán, Nayarit, Guanajuato, San Luis Potosí y Aguascalientes, respectivamente, según el Inegi.

Agustín Escobar, investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social de Occidente, explica que entre 2008 y 2020 la migración de mexicanos bajó de forma drástica, pero desde 2021 a la fecha resurgió. “Particularmente al salir de la pandemia, porque en 2021 se registró una escasez de fuerza de trabajo en Estados Unidos”.

Dijo que además creció la transmigración, es decir, las personas de otros países que pasan por México para llegar a EU. “Hay un nuevo relajamiento de algunos puntos de entrada ilegal. Agricultores de San Quintín me reportan que sus trabajadores se están yendo sin visa a Estados Unidos sin ningún problema”.

Sobre una menor emigración de jaliscienses, detalló que se debe a un crecimiento económico, y que el Estado sigue liderando en remesas por la gente que se fue en años.

Durante el año pasado, uno de cada tres migrantes detenidos en Estados Unidos era de origen mexicano. XINHUA/Archivo

“Acá pasaba hambres… allá pudo tener una casa propia”

Nació en los sesenta, en el tradicional barrio de San Juan Bosco. De algún modo, su camino la llevó muy chica a Zapopan y ha hecho vida como burócrata que, al filo de la jubilación, tiene dos hijos profesionistas y una casa que acabará de pagar sin problema. Pero la historia tiene sus detalles. Y el pasado pesa cuando, entre ocho hermanos, dos de ellos viven en los Estados Unidos porque, debido a cuestiones económicas, debieron partir “para buscar su sueño americano”, recuerda Anselma García Gómez.

Primero, a comienzos de los ochenta, su hermana -casada y con un hijo recién nacido-, “como era usual entonces, sólo trabajaba mi cuñado, los sueldos eran bajos y ella cuidaba al bebé. Él tuvo la oportunidad de que uno de sus hermanos que vivía en Estados Unidos lo invitó a trabajar, se fue y en seis meses regresó por mi hermana y su hijo. Allá tuvieron ayuda para que le cuidaran la criatura y los dos trabajaron”.

A fines de los años noventa, a su hermano más joven lo llevó su padre a Tijuana “para trabajar, pero allá le hicieron una invitación y cruzó con visa de turista para empezar a trabajar del otro lado. También estaba casado, aunque apenas pasaba de los 20 años. Iba y venía de Estados Unidos, hasta que decidió quedarse allá”.

Pero no todo es tan sencillo, su hermana “tardó 15 años en regresar al país”, indica Anselma, “y es que era ilegal, no fue sino hasta que hubo una amnistía que pudo conseguir sus papeles de residente”. Tras un proceso de tres años, pudo volver, “y ahora viene cada año… ya tiene la ciudadanía. Y su hijo mayor es veterano de la guerra de Irak”.

Su hermano se casó también antes de migrar y pasó a California ya con mujer y un hijo, “pero mi hermano es todavía indocumentado”, indica la empleada pública, “y no ha venido a casa en más de 20 años. Nosotros hemos ido y lo hemos visitado, pero él ya no puede (por lo de siempre, un problema con los papeles)”.

Fallecido su padre y con una madre de edad avanzada e impedida para volar, la nostalgia se incrementa si piensa en su hermano. Hoy por hoy, viajar por tierra  no es opción, “porque todos conocemos los riesgos, hay mucho peligro en las carreteras (sobre todo cuando uno viene de regreso)”.

Aunque siempre hay consuelo al extrañar a sus seres queridos, su hermana vive mejor. “Acá pasaba hambres, vivió de arrimada con la suegra. Y allá pudo tener una casa propia, un buen trabajo. Encontró su camino, pues”.

La metrópoli tiene el menor índice de migrantes a Estados Unidos

De acuerdo con el Índice de intensidad migratoria, las demarcaciones de la Zona Metropolitana de Guadalajara son las que tienen menos habitantes que han migrado a Estados Unidos, ya que se ubican en las últimas del Estado.

Por ejemplo, Zapopan ocupa el lugar 115 de 125, después le siguen Sayula, Tonalá, Valle de Guadalupe, Bolaños, El Salto, Zapotlán El Grande, Guadalajara, Ixtlahuacán de los Membrillos, San Pedro Tlaquepaque y Tlajomulco.

Mientras que los municipios con más alto grado son Cuautla, Ojuelos,  Tizapán,  Huejuquilla,  Pihuamo, Jesús María, Atenguillo, Huejúcar, Teocaltiche y San Martín Hidalgo.    

El Índice de intensidad migratoria México-Estados-Unidos es una medida sintética que informa integralmente sobre el fenómeno migratorio entre ambos países. Y con este carácter se constituyó en instrumento “puntual” del conocimiento de la dinámica de la migración internacional. 

Debido a su propia construcción, permitió identificar Entidades y municipios según su vínculo con la migración internacional, partiendo de la premisa de que las remesas proceden de Estados Unidos.

El pueblo de San José de los Guajes, en el municipio jalisciense de Juchitlán, es una localidad pequeña, pero tiene su plaza de toros y un templo digno de ser visitado. Ahí nació Dora García Santana, quien ha trabajado en el rancho de la familia, fue ayudante de veterinario y ha sido bibliotecaria por años y ahora vive al Norte de la Zona Metropolitana de Guadalajara en un departamento donde ha criado a sus dos hijos (que son ya mayores de edad).

Pero en una familia donde preside su padre, músico de oficio y hombre de campo, con siete hermanos, Dora ha pasado al lado de su familia toda clase de dificultades económicas y las necesidades que de ahí surgen. Dos de sus hermanos mayores, en este sentido, persiguieron también “una mejor vida” en los Estados Unidos.

Cuenta que sus hermanos “solían ir y venir al otro lado, pero como suele pasar, perdieron sus documentos y no han podido venir en 26 años”. 

Esto no ha impedido que su familia los visite; en concreto, Dora fue allá hace casi 20 años, “porque yo tenía visa de turista entonces. Ellos se quedaron a trabajar allá, y de hecho uno de ellos está por resolver su estancia legal. Aunque ambos -José Juan, el mayor, y Julio- están casados y con hijos”.

Si bien 26 años se dicen fácil, para una familia donde el apoyo es importante, el que estén lejos “ha sido complicado. Desde que se fueron, sólo los he visitado yo, y mi papá también, pues estuvo yendo a verlos durante un tiempo”.

Antes del problema con sus documentos, los hermanos de Dora visitaban con frecuencia el pueblo, “venían en sus camionetas, pero en aquellos años el país era otro y viajar por carretera era mucho más seguro”.

A pesar de la añoranza, “somos muy unidos como familia”, indica García Santana, “y no hemos dejado de estar en comunicación. Ellos continúan ayudando a mi papá con dinero cada vez que se puede. Eso sí, cuando hablamos siempre dicen extrañar a la familia, sobre todo durante las fiestas navideñas”.

TELÓN DE FONDO

Más de 15 mil jaliscienses se van por la violencia

Un total de 15 mil 877 jaliscienses migraron del Estado por cuestiones relacionadas a la “inseguridad delictiva o violencia” entre marzo de 2015 y marzo de 2020, de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020 del Inegi.

Jalisco se encuentra en sexto lugar a nivel nacional en los Estados con más desplazamientos por este tipo. Los primeros lugares, en este orden, son Estado de México, Ciudad de México, Querétaro, Yucatán, Hidalgo y Jalisco.

Mientras que la Entidad con menor migración por violencia es Zacatecas. 

A nivel nacional, el principal motivo de migración en el Estado y el país es “reunirse con la familia”. Las otras causas más frecuentes son “cambio u oferta de trabajo”, “buscar trabajo”, “se casó o unió” y por “estudiar”.

Por género, son más las mujeres que deciden migrar de Jalisco por cuestiones relacionadas a la violencia. Y por rango de edad se mudan principalmente personas de 30 a 34 años. 

Patricia Noemí Vargas, presidenta de la Sociedad Mexicana de Demografía e investigadora de la Universidad de Guadalajara, remarcó que en este censo ya se notan fenómenos que anteriormente no incidían tanto en la sociedad, como la violencia como causa de movilización entre la población, al igual que las movilizaciones relacionadas al medio ambiente.

GUÍA

El principal corredor migratorio del mundo

Aunque en 1990 era el sexto lugar a nivel mundial, México es el segundo país de origen de la población migrante, con 11.1 millones de personas, solamente detrás de India, de acuerdo con el Anuario de Migración y Remesas, realizado por el Consejo Nacional de Población y Fundación BBVA. 

Además, a nivel mundial, el corredor de México, como país de origen, y Estados Unidos, como destino, se situó como el principal. “En 2020, el corredor de México a Estados Unidos fue el más importante con 3.9% de la migración mundial”, indica el estudio.

De acuerdo con el análisis, en el contexto de la pandemia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó la protección de la vida de las personas como política global. “En el caso particular de la migración, las afectaciones incluyeron la postergación de los desplazamientos planeados, el cierre de fronteras de los países de origen, tránsito y destino, así como la interrupción o ralentización de trámites migratorios”.

Las previsiones del Banco Mundial con relación a la contracción en el flujo de remesas en el contexto de la pandemia no se cumplieron en varias regiones y países. “En lo que a México respecta, las remesas crecieron 27% entre 2020 y 2021, pasando de 40 mil 605 a 51 mil 586 millones de dólares, lo que evidenciaría el mayor crecimiento observado en los últimos 15 años en las remesas, a pesar de los efectos de la pandemia por el COVID-19 en los flujos migratorios”.

La oleada migratoria avanza cada vez más al norte de EU

Javier Guillén sólo pensaba en llegar a Estados Unidos cuando tuvo que soportar una travesía de tres meses desde Venezuela, atravesando las selvas centroamericanas y pasando cuatro días aferrado al techo del tren conocido como “La Bestia” para esquivar a la policía y a los secuestradores.

Pero cuando la semana pasada Guillén llegó finalmente a la ciudad fronteriza texana de El Paso, el hombre de 32 años se decidió por un nuevo destino, casi mil 100 kilómetros adicionales al norte de la frontera: la ciudad de Denver, que le representó apenas un viaje en autobús relativamente barato.

“Es el lugar más fácil, el más cercano a Texas, y aquí hay personas que ayudan a los migrantes”, explicó Guillén antes de dirigirse a uno de varios refugios que la ciudad creó a duras penas.

Durante el último mes, cerca de cuatro mil inmigrantes, casi todos venezolanos, llegaron sin previo aviso a la gélida ciudad de Denver, sin un lugar donde quedarse y, a veces, vistiendo sólo camisetas y sandalias. La oleada de migrantes tomó por sorpresa a las autoridades de la ciudad, que ya lidiaban con una serie de tormentas invernales, temperaturas a mínimos históricos y atascos de tránsito en los alrededores.

Cuando apelaron al Estado para que abriera refugios nuevos, el gobernador de Colorado, Jared Polis, un demócrata que había asignado cuatro millones de dólares para ayudar a cuidar a los migrantes, hizo arreglos para que los que así lo quisieran, pudieran seguir viajando en autobús aún más al norte, a Chicago y Nueva York.

El alcalde de Nueva York, Eric Adams, también demócrata, ya había advertido que su ciudad estaba siendo abrumada por la oleada de migrantes y se quejó de los nuevos traslados desde Denver.

La situación ilustra cómo los números récord de personas que cruzan la frontera con México se están reflejando hacia el Norte, en ciudades como Denver, Nueva York y Washington, que desde hace mucho tiempo han sido destinos para los migrantes, pero no de autobuses llenos de ellos que aparecen a la vez, directamente desde la frontera y sin recursos.

Latinoamericanos arriesgan su vida por un largo trayecto para llegar a Estados Unidos, en busca nuevas oportunidades. AFP/Archivo

Llegan con la esperanza de ayuda de las autoridades

Amelia Iraheta, una empleada de salud pública de la ciudad, fue reasignada para trabajar con los migrantes. Afirma que un hombre dijo que llegó caminando desde la frontera y con un pie roto. Una mujer que llegó descalza a Denver, todavía tenía los pies cubiertos de espinas de cactus después de caminar por el desierto fronterizo. La mayoría vestía sólo la ropa que llevaba puesta, lamentablemente insuficiente para las temperaturas bajo cero en la ciudad.

“Al llegar a Denver en pleno invierno, las condiciones no eran exactamente lo que creo que esperaban”, agrega Iraheta.

La mayoría no tenía la intención de quedarse mucho tiempo. La ciudad y el Estado dicen que alrededor del 70% de los más de tres mil 800 migrantes que llegaron a Denver desde que comenzaron a monitorear la crisis el 9 de diciembre planeaban irse a otro lugar al final. Más de mil 600, reporta la ciudad, ya se han ido de la ciudad por su propia cuenta.

La oficina del gobernador Jared Polis, de Colorado, dijo que no estaba disponible para una entrevista. “La prioridad del Estado es garantizar que las personas reciban los recursos que necesitan y puedan llegar al destino final deseado, que es lo opuesto a las acciones que han tomado otros Estados para enviar personas a lugares a los que probablemente no tenían intención de ir”, explicó el portavoz Conor Cahill en un comunicado.

DATOS DE LA ONU

Venezuela es un emisor masivo de migrantes desde 2022

Unos 7.1 millones de venezolanos (20% del total)  viven actualmente como migrantes o refugiados en distintas partes del mundo.

LA VOZ DEL EXPERTO

Las ciudades enfrentan nuevas dificultades

Julia Gelatt, analista del Migration Policy Institute en Washington.

Las metrópolis del norte “están probando ahora lo que han estado enfrentando las ciudades fronterizas”, explica Julia Gelatt, analista principal de políticas del Migration Policy Institute en Washington. 

“El hecho de que las personas se presenten en grupos, necesitadas de servicios básicos, es realmente nuevo para las ciudades del Norte” de la Unión Americana.

En algunos casos, los gobernadores republicanos, principalmente el gobernador de Texas, Greg Abbott, han tratado de transmitir ese mensaje trasladando migrantes directamente desde la frontera a Nueva York o incluso a los alrededores de la residencia de la vicepresidenta Kamala Harris en la capital del país. El año pasado, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, también envió a algunos a la isla turística de Martha’s Vineyard, en Massachusetts.

La analista considera que hay una combinación de condiciones difíciles desde el punto de vista económico y político que ha mantenido el flujo de migrantes venezolanos y que algunas personas que pueden haberse quedado hasta ahora allí esperando la salida del gobierno de Nicolás Maduro, pueden haber pensado que ahora era el momento de irse.

Venezuela salió en diciembre de 2021 de un largo periodo con hiperinflación, pero sigue siendo uno de los países del mundo con mayor inflación.

Los venezolanos buscan refugio  ante sus problemas

No está muy claro cómo fue que Denver se convirtió en un nuevo destino para los venezolanos que huyen del caos económico y político de su país. Los defensores de los migrantes ya habían detectado un pequeño número de personas que llegaban desde la frontera a principios de 2022 y advirtieron que la ruta se estaba volviendo cada vez más popular.

Entonces, el otoño pasado, muchos viajaron a la frontera entre Estados Unidos y México con la esperanza de que el gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, pusiera fin a una regulación pandémica que permitía al país devolver automáticamente a México a los solicitantes de asilo. 

En cambio, en octubre, Biden sumó a los venezolanos a las nacionalidades incluidas por la prohibición. Los cruces venezolanos se redujeron en la frontera, pero luego algo cambió en Denver.

Cualquiera que haya sido el detonador, la cantidad de inmigrantes que llegaron a la ciudad se disparó drásticamente en diciembre, a veces a 200 por día, justo cuando caía una helada invernal y se extendían las temperaturas mínimas récord. Las tormentas trastornaron las carreteras fuera de la ciudad, cancelando los viajes programados por autobús a destinos en el Este del país, dejando varados a muchos en una ciudad que ya luchaba por albergar a las personas sin hogar.

En respuesta, Denver convirtió tres centros recreativos en refugios de emergencia para migrantes y pagó cuartos en hoteles para las familias con niños, asignando 3 millones de dólares para hacer frente a la oleada de recién llegados. Reasignó trabajadores para procesarlos, asignarlos a albergues y ayudarlos a subir a los autobuses interurbanos. Los residentes donaron montones de ropa de invierno.

“Las ciudades y los Estados están mal equipados para lidiar con esto”, declaró en una entrevista el alcalde de Denver, Michael Hancock. “Ya sea que estén en la frontera o en Denver, Colorado, las ciudades no están preparadas para esto”, reiteró.

El problema que enfrentan los venezolanos en la Unión Americana no es sino una fiel fotografía de la situación mundial que afronta la migración a nivel global. Entre 1980 y 1990 se identificó que el número de personas migrantes pasó de 102 a 153 millones, este incremento en volumen es comparable al estimado entre 2000 y 2010, años en los que la población migrante varió 47.8 millones al pasar de 173.2 a 221 millones de personas. “Sin embargo, entre 2010 y 2020, su aumento fue de 59.6 millones para situar en 280.6 millones el volumen de la población migrante mundial”.

En 2020, los principales países de destino de la población migrante son Estados Unidos, con 50.6 millones de personas, seguido por Alemania (15.8 millones de ciudadanos) y Arabia Saudita (13.5 millones de habitantes).

Los recién llegados buscan cualquier oportunidad para trabajar. AP/Archivo

Aseguran que van por voluntad

Jennifer Piper, del American Friends Service Committee, una organización que ha trabajado con la ciudad y varios grupos sin fines de lucro para ayudar a los migrantes, inspeccionó uno de los autobuses antes de que partiera de Denver. Relató que todos los pasajeros coincidieron en que estaban en él voluntariamente y que casi todos tenían amigos o familiares en Nueva York o Chicago con quienes quedarse.

“Estos son adultos en control de su propio destino”, añadió Piper. “La realidad es que tarde o temprano iban a estar en los autobuses de Greyhound”.

La ciudad ha establecido un límite de 14 días para las estadías en los refugios de emergencia y está negociando con otras agencias y organizaciones sin fines de lucro sobre la apertura de instalaciones a más largo plazo. No está claro todavía cómo afectará el flujo hacia Denver la nueva política de migración de Biden, que abrió 30 mil cupos mensuales adicionales para solicitantes de asilo de Venezuela y otras tres naciones latinoamericanas.

“En realidad creo que esto no es algo pasajero”, declaró Piper. “Ahora Denver está en esa ruta y no creo que esto cambie al menos en los próximos cinco o seis meses”.

Puede durar más. Alexander Pérez, de 23 años, realizó el mismo viaje intimidante de varios meses por tierra a través de Colombia, Centroamérica y México como muchos otros venezolanos. Eso incluyó un tramo particularmente brutal del istmo selvático hacia Panamá conocido como el Tapón del Darién, desprovisto de carreteras y plagado de merodeadores armados y peligros naturales letales.

En el camino siguió pensando en reunirse con un primo en Nueva York. Después de una semana en El Paso, tomó un autobús a Denver con la intención de continuar hacia el noreste, pero después de encontrarse con una bienvenida cálida y, al final, una habitación de hotel, comenzó a reconsiderar su itinerario. Concluyó que necesitaba hacer algo de dinero antes de continuar.

“A veces Dios te lleva a ciertos lugares”, afirma Pérez a la salida de un supermercado, observando montones de nieve sucia.

Tal vez, reflexionó Pérez, él podría quedarse un tiempo y ganar algo de dinero retirando nieve.

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