“El débil comportamiento de la economía en el segundo trimestre de 2019 [0,1%] refleja en gran medida la situación de la inversión pública, contraída en 89% a mayo recién pasado, y se refleja en la Inversión fija bruta, que se redujo 2,4% en términos reales durante abril”, dice el análisis titulado “no recesión, sí desaceleración”.
Los analistas de la principal casa de estudios del país estiman que, después de una contracción de 0,2% en el primer trimestre (enero-marzo), el muy magro dato oficial del Producto Interno Bruto (PIB) del segundo trimestre “es resultado de que en el primer semestre el gasto público se contrajo 4,5%”.
El documento académico emitido horas después del dato oficial de crecimiento, que logró salvar la “recesión técnica” que representan dos trimestres de contracción económica consecutivos, apunta que se estancaron las actividades secundarias, es decir industriales, en las que predominan las manufacturas de exportación, y se derrumbaron las actividades primarias.
“Las actividades secundarias no mostraron variación durante el trimestre abril-junio; las terciarias [comercio y servicios] son las que impulsan el PIB al crecer 0,2%, mientras que las primarias (agrícolas, pesa y minería) cayeron 3,4% menos”, comentan los expertos.
El Lacen “proyecta que el PIB en 2019 será de 1,0%”.
Esa previsión es la misma de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), anunciada este 31 de julio.
El pronóstico es la mitad de la apuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador, que insistió en conferencia de prensa que el resultado final de 2019 será de 2,0%.
Los aprietos para el equipo económico del presidente son mayores, si se considera que su promesa muy difundida es que el país logrará crecer a tasas de 4,0% anual en su mandato.
Para este año 2019, el Fondo Monetario Internacional también bajó la expectativa de crecimiento de 1,6 a 0,9%, pero para 2020 lo ubica en 1,9%.
La explicación está en que “si el Gobierno ejerce el gasto programado en infraestructura pública, la inversión, gasto y consumo, además de las exportaciones, principalmente manufactureras, estarían provocando para 2020 un crecimiento en el PIB de 111%”, es decir más del doble (de 1% a 2%), comentan los economistas.
El coordinador general del Lacen, Ignacio Martínez, comentó a Sputnik que el escenario podría presentarse con una imagen: “diría de manera metafórica que México no dio un paso al abismo; y pensando en la gente, diría que para el consumidor la disyuntiva es aumentar sus ingresos o disminuir sus gastos, así está el Gobierno”.
“Pensando en los empresarios están a la espera de que el Gobierno pueda brindarles seguridad física, fiscal y jurídica, para acompañar con inversión privada a la inversión pública, que está centrada en un puñado de megaproyectos, como los trenes Maya [península de Yucatán] y el interoceánico del istmo de Tehuantepec; y la nueva refinería de Dos Bocas [Veracruz]”, dijo el responsable del Lacen.
Los elementos económicos dominantes durante el segundo semestre de 2019 los encabezan la aprobación del nuevo Tratado comercial México EEUU y Canadá (T-MEC) , que ya fue aprobado por el Senado mexicano y publicado en el Diario Oficial, a la espera de sus dos socios, que brindaría un nuevo marco jurídico para el vital sector exportador.
Si el Capitolio de Washington y el Parlamento de Ottawa lo aprueban en unos dos meses, “atraería inversión que, junto con la certidumbre jurídica, impactaría en un medio punto porcentual en el crecimiento de la economía en octubre”, dice el documento.
Las otras dos herramientas del equipo de López Obrador para estimular la economía son: el plan de ingresos fiscales para 2020, que el Senado debe aprobar a más tardar el 31 de octubre; y el gasto público del año siguiente, que la Cámara de Diputados debe autorizar el 15 de noviembre.
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