Él se considera influencer. Camilo Ochoa en su perfil de Instagram como Camiloytóxica con 13 mil 500 seguidores, disfraza su verdadera identidad de Carlos Ochoa Delgado, nacido en Mazatlán, Sinaloa.
El expresidiario por formar parte de un grupo delictivo, a sus 39 años presume en sus publicaciones ser una persona altruista, al regalar despensas a personas de bajos recursos.
Ochoa Delgado, compró una camioneta Porsche que presume en redes sociales, además de lucirse constantemente con fajos de billetes.
Pero Carlos Ochoa Delgado tiene un oscuro pasado; fue detenido el 20 de febrero del 2015 en Mazatlán por portación de arma de uso exclusivo del Ejército por lo que pasó varios años tras las rejas. Quienes lo conocen señalan a Carlos Ochoa como un gatillero más de una célula delictiva bajo el mando de Jorge Buenrostro Haro alias “El Artillado”.
En sus redes vende la historia del delincuente que según vivió un infierno “Secuestrado a los 20 años de edad por el grupo criminal de Los Zetas, pasó de ser el hijo de “en medio” de una familia acomodada de Sinaloa, a convertirse en criminal. Narcotraficante antes de los 25 años, en 2015 fue arrestado y pasó siete años en prisión donde, por increíble que parezca encontró un nuevo significado para su vida”.
Ochoa, actualmente se promueve como un benefactor de la sociedad con espíritu aspiracional.
Pero ante tanta benevolencia, su pasado lo persigue. Cuenta con una demanda por pensión alimenticia para uno de sus hijos.
A pesar de mostrar pertenencias valuadas en millones de pesos, ropa de marca de alta gama y fajos de dinero, el supuesto empresario con franquicias de venta de pollo, no cuenta con algún negocio a su nombre por lo que sus ingresos no son reportados ante el Servicio de Administración Tributaria. En consulta con fuentes de la Unidad de Inteligencia Financiera, no ha sido indagado por presuntas actividades de lavado de dinero, aunque ya sus prácticas encendieron las alertas de las autoridades.
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