Educación

Hastiada por la presión de tener novio, arrendó un vestido y se casó con ella misma. Luce satisfecha

Lulu Jemimah tiene 32 años y recientemente fue aceptada en Oxford para realizar su magíster, pero a sus padres eso no les basta. “Mi papá escribió el discurso que leería en mi boda cuando cumplí 16. Todos los años para mi cumpleaños mi mamá rezaba porque consiguiera un buen esposo”, cuenta ella.

Uno pensaría que con la nueva ola feminista la gente entendería que hay cosas que deben ser dejadas de lado, especialmente tradiciones religiosas que de alguna manera denigran o hacen sentir a la mujer como un objeto de deseo, una pertenencia del hombre. Una de esas costumbres es el matrimonio (para algunos).

Lulu Jemimah tiene 32 años y nació en Uganda. Estudia en Oxford para convertirse en académica, su única y verdadera pasión en la vida: “Estoy comprometida con mi meta pero mi familia siempre me preguntaba cuándo planeaba casarme -algo muy importante en Uganda- y de ahí que cuándo tendría hijos y comenzaría una familia propia. Mi papá escribió el discurso que leería en mi boda cuando cumplí 16 años. Todos los años para mi cumpleaños mi mamá rezaba porque consiguiera un buen esposo”, le contó a Daily Mail.

Sin embargo las metas de ella son otras y el compromiso con un hombre no es algo en lo que esté particularmente interesada o en búsqueda de. Así que decidió que la manera de dejar tranquilos a sus padres era casarse. Consigo misma.

Lulu arrendó un vestido de novia y envió invitaciones por mail a todos sus seres queridos y cercanos. El evento se realizó en el bar Quepasa en Uganda cuando viajó hasta allá durante el verano, no le costó más de $3 dólares (el taxi al bar), su amigo diseñador hizo las invitaciones y su hermano cocinó el pastel.

El 2013 se licenció en “Media y comunicación digital” en la Universidad Macquarie en Australia y actualmente se encuentra en Oxford haciendo su magíster en escritura. “No podía creer que me habían elegido, aún no lo creo”, dice. Pensó que por fin sus padres se enfocarían en sus logros, pero insistían en que debía comprometerse lo antes posible.

Lulu Jemimah

“Mi amiga Karin me recordó que hay mucho por lo que debo celebrar este año, como entrar a Oxford, y bromeó con que debería llegar en un vestido de novia. Habíamos hablado de la presión que sentíamos respecto a eso y le encantó mi idea, ella me consiguió el vestido”.

En cuanto al novio, simplemente le dijo a todos que “sería una sorpresa”.

Lulu Jemimah
Lulu Jemimah

La mayoría de sus amigos sabía que éste no existía, pero no así su familia. “El matrimonio es una expresión de amor y compromiso, sin embargo para muchos en casa, sigue siendo considerado como la estabilidad financiera para la mujer”.

Sus padres no llegaron al gran día, pero sí fueron donde ella a explicarle cómo se sintieron.

“Se sentía confundida y un poco herida, pero me dijo que el sólo hecho de que me pusiera un vestido demostraba que estaba lista para casarme. Mi padre sigue diciendo que no sabe qué decir”.

Lulu Jemimah

Como sabrán, legalmente es imposible casarse a uno mismo pero lo que importa es lo que esta boda representaba.

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