Isaac Assa, fundador de la “Israel-Latin American Network (ILAN), es probablemente una de las personas que más duro ha trabajado en los últimos tiempos para establecer puentes entre el estado judío y Latinoamérica. Nacido en México, sus raíces familiares proceden de Siria. Su abuelo, Isaac Assa, era rabino de Damasco, donde nació su padre en 1933.
Tras proclamarse la independencia del estado de Israel en mayo de 1948, hubo un terrible atentado en la sinagoga de el-Mnasha, donde “masacraron a 70 personas de la comunidad”. Los Assa huyeron rumbo al recién fundado estado judío, donde su padre, con tan solo 15 años, se alistó al ejército israelí y luchó en la guerra de independencia. En 1956, un amigo lo invitó a conocer México, donde llegó en calidad de turista, pero finalmente se enamoró del lugar y se quedó.
“Mi padre me repetía que vivía en México y, gracias a Dios tenía casa, coche, y caminaba con la frente en alto. Me recordaba que nuestro orgullo se debe a la existencia del estado de Israel. Sin un estado propio, seguiríamos escondidos”, cuenta Isaac Assa en una extensa entrevista a Aurora. Y agrega: “Siempre nos inculcó a mí y a mis hermanos el compromiso que tenemos por apoyar a México, el país que nos recibió, y a Israel”.
¿Cómo es la vida comunitaria de los judíos en México?
Hoy hay unos 42.000 judíos, entre sefardíes y askenazíes, tenemos varias comunidades. La más grande es la ortodoxa, pero también está la conservadora y una reformista que es más pequeña. La comunidad judeo-mexicana es muy unida, muy progresista y muy sionista. Algo que la caracteriza es que el nivel de asimilación es muy bajo.
Por otro lado, es una comunidad donde probablemente más del 95% de los niños van a escuelas judías; también hay yeshivot. Así, de alguna manera se arma esta comunidad que es en todo momento afín a sus valores.
¿Hubo un evento en su vida que le empujó a fundar ILAN?
Hace aproximadamente 10 años tuve la fortuna de conocer a un hombre, que así como mi padre, me marcó camino. Un hombre que además hizo una diferencia en el mundo: el presidente Shimon Peres, con quien tuve oportunidad de hacer gran amistad.
Peres nos enseñó que con la tecnología e innovación israelí podíamos cambiar la vida de muchos seres humanos en el mundo. De ahí es como realmente nace toda la inspiración para crear ILAN. Hasta entonces siempre habíamos hecho aportaciones económicas a Israel y a organizaciones de la comunidad, entre ellas WIZO, a Keren Hayesod y hospitales, por mencionar algunas.
Sin embargo, nunca habíamos hecho algo tan importante como tomar una iniciativa de realmente poner en marcha un proyecto que no estuviera basado simplemente en un apoyo económico. Todas nuestras labores buscan poder ayudar no solo a Israel, sino también a otras personas de otros pueblos y países para que crezcamos juntos.
¿Cuáles son los primeros recuerdos guarda sobre Israel?
Mi padre nos llevaba desde que era bebé, siempre buscaba el momento para llevarnos y no recuerdo un año de mi vida sin estar en Israel. Siempre recuerdo su sonrisa cuando aterrizábamos en Israel, diciendo “ya estamos en casa”. Tengo más familia en Israel que en México pues años después de que los abuelos salieron de Damasco, se establecieron en Israel, así que la mayoría de la familia estaba allá.
Mi padre siempre nos transmitió que no era un viaje a cualquier lugar como Miami o de visita… llegar a Israel para nosotros tenía un sentido muy especial de pertenencia y de verdaderamente estar en casa. Nos mostraba con orgullo los desarrollos del país, siempre con una visión totalmente optimista.
Uno ve las cosas de acuerdo a la manera en la que las enfoca, y él siempre fue un optimista. Decía que el mundo le pertenecía a los optimistas, porque los pesimistas son solo espectadores.
¿Qué diferencia a ILAN de otras organizaciones que trabajan a favor de Israel?
México cuenta con una comunidad compacta que solo mira hacia dentro, y en la que nunca se hablaba de temas referentes a Israel; yo crecí en una comunidad que solo miraba por el progreso propio de la comunidad.
Tuve la oportunidad de vivir en EE.UU. con mi esposa y cuatro hijos, la quinta nació allá. La comunidad (de EE.UU.) no tenía nada que ver con la de México. Ahí siempre habían eventos pro-Israel, eventos para ayudar a soldados, hospitales, y tantas cosas que me di cuenta que el apoyo y la conexión de la comunidad norteamericana con Israel es mucho mayor.
Ahí fue la primera vez que fui a AIPAC (cabildeo judío), y vi que algo así nunca había funcionado en Latinoamérica. El trabajo que se hace en AIPAC es tan importante y proIsrael que incluso llega a influir en la política nacional. Eso abrió mi visión hacia las acciones que podemos tomar para ayudar a Israel, mismas que van mucho más allá de dar donativos monetarios; podemos promover las relaciones gubernamentales.
Imaginamos que se trata de una tarea laboriosa.
Al regresar a México hablé con gente de la comunidad para tener una posición más activa. Cuando las comunidades judeo-mexicanas nacieron en 1900, Israel todavía no existía y se encontraban en tiempos de guerra, en México hubo mucha controversia y miedo. Es por eso que decidieron, justificadamente, mantenerse al margen del asunto para proteger sus vidas y a sus familias.
Pero los tiempos han cambiado, hoy Israel es una nación potente y respetada que tiene gran aportación en lo que crea y tenemos que hacer algo. En cooperación con los líderes comunitarios, el comité central y las comunidades judías tenemos hoy juntos una postura cada vez más activa y proIsrael en México.
Y siempre contó con la inspiración de Peres como punto de partida.
Con todo esto en mente, hace 5 años me invitaron a estar con el propio Peres en Nueva York. Estábamos comiendo en el restaurante Milos, y me dijo que pronto iba a terminar su mandato: “70 años de servicio al estado, y a partir de ese momento quiero empezar mi trabajo”, me explicó.
Como político no siempre puedes hacer lo que quieres y ahora que se retiraba de política, pretendía hacer lo que quería libremente. “Quiero cambiar el mundo”, dijo. Quería hacer un cambio a través de llevar la innovación de Israel a otros países, para hacer tikun olam. Peres nunca fue religioso, aunque su abuelo era rabino en Polonia, él no era practicante en lo más mínimo. Las palabras “tikun olam” me movieron, y fue así que me pregunté cómo podíamos profundizarlo en toda la región de América Latina.
¿Cuáles fueron sus primeros pasos diplomáticos para establecer ILAN?
Hace dos años vino Netanyahu a México, Peres ya había fallecido. Yo le pedí a Miri Regev, ministra de cultura, que quería reunirme con el primer ministro para plantearle la creación de una organización que se pensó tomando AIPAC como base para fundarla en Latinoamérica y así fortalecer los vínculos de hermandad entre la región e Israel.
Me reuní con Yoav Horovitz, su jefe de gabinete, y en el desayuno le conté la gran oportunidad que había para crear estos vínculos. También le hable sobre la importancia del mundo latino para Israel y por el poder de los 57 millones de latinos que representan un 17% de la población en EE.UU.
El 19 de septiembre de 2017 hubo un gran terremoto en México. Poco después, Netanyahu decidió mandar ayuda desde Israel; siendo el país más lejos geográficamente, fue el primer país en brindar apoyo. Llegó un avión con especialistas en rescate e ingenieros de estructuras para poder hacer sus labores en favor de los mexicanos. Esto fue algo impactante; fue la primera muestra que vi de tikun olam.
Este hecho tuvo un gran impacto en la prensa durante todos los días, lo que nos dio una pauta todavía más grande, no hace falta esperar a un terremoto para poder contribuir. Poco después fui a Israel, me encontré con Netanyahu y otros altos representantes. También tuve más reuniones con gente de la comunidad, quienes tuvieron mucha visión de cómo se podía formar ILAN. Unos meses después, me invitaron al congreso anual de AIPAC.
Su ángulo está puesto en Latinoamérica. ¿Cómo se ejerce la labor en la esfera política latina en pro de Israel?
A diferencia de AIPAC en donde la labor es 100% pro-Israel, en ILAN todo lo que hacemos genera un beneficio mutuo para los países latinos. Incluso, hay interés de gente que no es parte de la comunidad judía.
Lanzamos ILAN en octubre de 2018 haciendo una primera misión en Israel. Llevamos el proyecto para su lanzamiento a la oficina del primer ministro. Un mes después, en noviembre, montamos un evento en mi casa con una recepción linda en donde invité a Chemi Peres (hijo del presidente Shimon Peres), al embajador Jonathan Peled, al jefe de oficina de presidencia Alfonso Romo, políticos y empresarios no judíos, además estuvieron involucrados representantes del mundo comunitario. Tuvimos muchas reuniones con secretarios de estado presentando la organización y ofreciendo nuestro apoyo.
Durante su corta existencia, ¿han desarrollado algún proyecto sobre el terreno?
El nuevo gobierno mexicano a través de la Secretaría de Bienestar lanzó el programa “Sembrando Vida”. Con este se pretende sembrar un millón de hectáreas de árboles frutales y maderas, así como maíz y frijol. Uno de sus objetivos es dar empleo a millones de personas. Además busca que México se convierta en un país más independiente en cuanto a cuestiones alimenticias; la dieta de los mexicanos se compone básicamente de maíz y frijol, y la mitad de estos productos se importan desde fuera.
Hace algunas semanas tuvimos una misión con los integrantes del proyecto “Sembrando Vida” en Israel, donde se identificaron todas las áreas de oportunidad en las que México tiene un gran interés. Los participantes regresaron impactados, para ellos fue una iluminación. Se detectaron cosas específicas en las que podemos concretar la cooperación con ellos.
Le mostramos a la delegación cómo Israel ha logrado reforestar su país. Actualmente, es el único país del mundo que empezó este siglo con más árboles que el siglo pasado. Es líder en tecnología agrícola y además es el número uno en uso de agua, ya que se reutiliza el 96%. También han logrado que sus cultivos produzcan más y mejores alimentos.
La semana pasada tuvimos una reunión con el nuevo embajador de Israel en México, Zvi Tal, con la Secretaria de Bienestar María Luisa Albores González y el Subsecretario Javier May donde se acordó la firma de un Memorándum de Entendimiento entre los gobiernos para poder poner en práctica esta cooperación por el bienestar de ambos pueblos.
También, estamos involucrados en misiones con la Ciudad de Mexico y otros estados en asuntos de movilidad y seguridad. Aunque apenas estamos comenzando, este fue un primer año lleno de mucho entusiasmo, muchos proyectos y muy buena recepción por parte de las autoridades.
ILAN también está interesado en temas de educación y ciberseguridad, que tienen mucha importancia en Israel. Nuestra principal meta es extendernos a más países de América Latina.
CON INFORMACIÓN Y FOTOS DE ILAN, Isarel LatinAmericaNetwork, Aurora y Diariojudio.com
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