Arte & entretenimiento

La melancolía regresa al Museo Nacional de Escultura en modo digital.

Era el verano de 2015 cuando el Museo Nacional de Escultura (Valladolid) abría las puertas a la melancolía con una exposición dedicada exclusivamente a la “enfermedad sagrada”. El tema, jamás tratado como objeto expositivo en nuestro país pese a haber sido España una de las cunas intelectuales del mismo, se desarrolló a través de diferentes núcleos argumentales que abordaban tanto las artes plásticas como la medicina, la filosofía, la botánica, la astrología, la música o los tratados morales.

El museo recrea en modo digital Tiempos de Melancolía, la muestra que, tras exhibirse con tremendo éxito en Valladolid, viajó al Museo de Bellas Artes de Valencia y CaixaForum de Palma de Mallorca. Y lo hace reproduciendo de manera íntegra una puesta en escena saturniana, en tonos gris plomo y vitrinas fabricadas en chapa de acero como una alegoría de la “pesadez de la tierra”, motivo recurrente de los melancólicos y su visión creativa. Sobre este decorado se sitúan más de setenta piezas de los grandes maestros del Siglo de Oro: Ribera, El Greco, Durero, Berruguete, Velázquez, Huarte de San Juan, Brueghel, Murillo, Juan de Juanes, Alonso Cano, Pereda, Rubens.

La retrospectiva digital recupera el hilo argumental del mito de la melancolía estructurándose de manera temática en función de las diferentes acepciones e interpretaciones del término: el punto de vista médico y psicológico, la importancia en el arte, su interpretación cristiana, sus conexiones con la filosofía barroca y la visión sobre el tiempo y la nada que culmina en la vanitas.

El origen de este mito cultural occidental, a caballo entre el desencanto y la genialidad, la tristeza y la clarividencia, la desazón y la creación artística, se remonta a Hipócrates y su teoría de los humores. El erudito y médico griego desarrolla allá por el 400 a.C. una tesis que relaciona los cuatro efluvios humanos — sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra— con el cosmos, la enfermedad física y determinadas dolencias del espíritu. Siendo esta última la causa de emociones tan intensas como oscura. A partir de entonces, pensadores y filósofos —de Aristóteles a Freud y Walter Benjamin— van construyendo sus teorías sobre la melancolía mientras tratan de explicar las perturbaciones del carácter y la tristeza asociada a un motivo somático.

Tiempos de melancolía. Creación y desengaño en la España del Siglo de Oro es el fruto de una exhaustiva investigación en torno a este concepto de enorme transcendencia en la creación artística de todos los tiempos, especialmente vinculado a la España barroca. La muestra analiza cómo entra la tristeza hispana en el imaginario occidental, floreciendo al tiempo una euforia artística extraordinaria en todos los campos, como una especie de compensación.

Y es que es justo durante este extenso periodo histórico cuando la idea melancólica adquiere en nuestro país unas dimensiones extraordinarias. Quizá condicionada por la crudeza de las luchas religiosas, las ambiciones imperialistas, las epidemias y hambrunas o la exacerbación de la intolerancia predispusieron a las sociedades europeas de los siglos XVI y XVII a sucumbir ante el fatalismo y la resignación. Los artistas de la época, por su lucidez imaginativa, su inspiración poética, su exacerbada sensibilidad para relacionar objetos dispares, fueron particularmente proclives al sufrimiento, a dejarse llevar por los vaivenes tanto de la euforia como de la impotencia a la hora de alcanzar sus ideales estéticos.

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