Por Javier Arreola y Juan Pablo Rodríguez*
Anteriormente se abordó en este espacio la importancia de la Inteligencia Artificial (IA), tecnología que se puede convertir en la innovación más transformadora y revolucionaria de la historia de la humanidad. Específicamente, se analizó cómo Estados Unidos y China están librando una verdadera guerra por el liderazgo en este espacio, a través de sus respectivas Estrategias Nacionales de Inteligencia Artificial. Además, Estonia, Japón, Israel, Canadá y Singapur están activas en el tema.
Lo anterior lleva a la pregunta, ¿puede un país como México ser uno de los triunfadores de la revolución de Inteligencia Artificial? Y, ¿qué acciones debe tomar para hacerlo?
México: ¿líder hispanohablante en IA?
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La cantidad de datos que se generen, procesen y utilicen para mejorar los algoritmos es una de las métricas clave que definirán quién se posicionará como ganador en materia de IA. En este sentido, México es una mina de datos de bajo rendimiento, ya que recolecta pocos —en comparación con su potencial y su tamaño de población— y los explota aún menos.
La etapa actual de la IA —que durará como máximo los próximo 5 años— demanda muchos insumos para poder alcanzar resultados apenas satisfactorios, similarmente a cuando, durante la Revolución Industrial, una máquina estaba en sus primeras pruebas y requería grandes cantidades de combustible para lograr un avance de trabajo relativamente pequeño.
A nivel geográfico, México está en una situación frontera, debido a su intensa relación con EU y a su poco desarrollo tecnológico. Por un lado, de acuerdo con la firma PwC, la IA cambiará las reglas del juego al crecer el PIB mundial en 15.7 billones de dólares —más que la economía de China e India combinadas— de aquí al 2030, principalmente por incremento en la productividad y por efectos de consumo.
De ellos, China incrementará por IA su PIB por 7.0 billones de dólares, seguida de Norte América —comandada por EU— con 3.7 billones de dólares, mientras que América Latina será la región con menor impacto, con 0.5 billones de dólares. Así, la mayor parte del valor será creado por EU, pero ello no implica que nuestro país también pueda captar una parte relevante.
Interesantemente, el idioma es una de las variables que pueden ofrecer cierta ventaja al país. Con 437 millones de parlantes, el español es el segundo idioma nativo más hablado del mundo, por detrás del chino mandarín con 1,284 millones, y por encima del inglés, con 372 millones. A este respecto, México es el país con mayor número de personas que hablan español, lo cual, aunado a su ascendencia sobre otros países hispanohablantes, pueden favorecer que asuma un liderazgo en la recolección, comunicación y uso de los datos.
Por el otro lado, México ha tenido un magro desarrollo en materia de IA, por lo que tendría que implementar una estrategia híbrida a la brevedad, donde habría que ponerse al día con los avances estadounidenses a través de transferencia tecnológica para al poco tiempo, desarrollar capacidades propias y trabajar intensamente con los países latinoamericanos para ejercer un rol de integrador.
Entre los inconvenientes que México tiene de cara a la generación de datos es la dividida penetración tecnológica, altamente dependiente de las condiciones de pobreza, el bajo grado de bancarización de su población y lo accidentado que pudieran llegar a ser partes de su territorio.
Entre las ventajas que México tiene son su mercado abierto y el tamaño de su población —la onceava más grande del mundo— en conjunción con su comportamiento digital. La combinación de estos factores lo convierte en el país iberoamericano con mayor número de motores generadores de datos.
¿Qué se necesita en materia de Datos?
El éxito de una estrategia de escala nacional centrada en datos tiene que derivar en impulsar la generación de datos de los sectores público, privado y académico. Además, debe cubrir los frentes de generación y accesibilidad de datos, los cuales son impulsados por avances en el número de empresas de IA, las patentes que otorgan y el trabajo complementario entre los diferentes sectores sociales.
Como parte de una primera etapa para el desarrollo nacional de la IA, México debe considerar la implementación coordinada de las siguientes acciones:
Al revisar el estado actual de la captación de datos en México, resulta evidente la heterogeneidad para la presentación y el manejo de datos a través de empresas e instituciones. Un recurso tiene valor en la medida en la que se puede explotar. Por eso es necesario que la segunda etapa consista en un gran esfuerzo por crear una plataforma que facilite a empresas, universidades, instituciones e individuos el procesamiento, así como la digestión, acceso y explotación de los datos.
Oportunidad en el mediano plazo para México
En una segunda etapa, será relevante dar el mejor uso posible a los datos para obtener las ventajas que promete la IA. En este sentido, algunas de las acciones que se deben coordinar son:
A diferencia de muchas ideas preconcebidas, el tamaño de mercado no será el factor crucial para esta etapa del desarrollo de la Inteligencia Artificial, sino de la potencia de los algoritmos. Dichos algoritmos, que al principio necesitaron muchos datos, se irán refinando a través de iteraciones, por lo que los datos acumulados ya serán parte del motor de IA, sin necesidad de haber dominado un mercado nacional.
Conclusiones
La implementación de los algoritmos se puede llevar a cabo a través de diversas estrategias, pero México puede aprovechar su factor humano y utilizar una combinación de soft power y una buena experiencia de usuario.
En un primer momento, México puede apostar por hacerse de una buena tecnología e invitar a otros países hispanohablantes a utilizarla. Esto permitirá acceder a un mercado tres veces más grande que el concentrado en México. Pero también, garantizar una buena experiencia de usuario va a permitir que la implementación de sistemas basados en IA sea sostenible en el mediano y largo plazo.
El factor que va a garantizar el éxito de una estrategia de Inteligencia Artificial en el largo plazo es la utilidad de los resultados que arrojen los algoritmos, complementada con una buena experiencia para los usuarios que los utilicen. Esto se debe a que el factor clave para que se acelere la IA está dado por la retroalimentación que reciban los mismos algoritmos.
En síntesis, la carrera acaba de empezar, México está a tiempo y en una posición privilegiada para volverse un jugador clave en la revolución de Inteligencia Artificial. El país debe tomar ventaja de las fortalezas geográficas y demográficas para despegar y triunfar en este nuevo capítulo de la humanidad. ¿Aprovecharemos esta gran oportunidad?
*Emprendedor e ingeniero en negocios del ITAM con especialización en ciencia de datos.
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