Ricardo Alberto Barreda le vio el rostro a la muerte a sus 85 años. Pero no es la primera vez que el odontólogo platense tiene trato con la parca: el 15 de noviembre de 1992, agarró una escopeta y mató a su esposa Gladys Margarita Mac Donald (57), a sus hijas Celina (26) y Adriana (24) y a su suegra Elena Arreche (86).
“Conchita”, como se supone que le decían en su casa y como pasó a ser conocido en la cultura popular, se convirtió pronto en un extraño símbolo del machismo y la violencia doméstica. Tal es así que tras ser condenado a cadena perpetua, el hombre que era odontólogo empezó a estudiar derecho. Y muchos recuerdan que cuando ingresaba a la facultad había hombres que lo aplaudían.
De patética apariencia, Barreda siempre expresó un desprecio banal por lo que había hecho.
El año pasado su salud empeoró. Problemas de pulmón se juntaron con el Alzheimer. Finalmente falleció este 25 de mayo.
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