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Ni crecimiento, ni desarrollo

PERAS Y MANZANAS

 

VALERIA MOY

04.02.2020/02:49

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La cifra oportuna de crecimiento del PIB que presentó el INEGI la semana pasada nos muestra que la economía mexicana decreció durante el año pasado en términos reales. Aunque relativamente pequeño, el retroceso se une a una breve lista de disminuciones anuales en el producto en los últimos 25 años, 1995, 2001, 2009 y ahora 2019. El presidente, fiel a su discurso habitual, tiene otros datos. No solo tiene otros datos, sino que además no cree en los que existen. En su discurso mañanero, el presidente desdeñó la cifra de crecimiento por considerar que se trata de un indicador neoliberal que poco le importa, porque para él lo verdaderamente relevante es el desarrollo.

Con muchas consideraciones, debo decir que de cierta forma, coincido con el presidente. El PIB es un indicador de producción, no mide, ni está diseñado para medir, desarrollo. De hecho, su creador, Simon Kuznets, así lo aclaró al presentarlo al congreso estadounidense hace casi un siglo, al señalar que “el bienestar de una nación apenas puede ser inferido de una medida de ingreso nacional como el Producto Interno Bruto”. Aún con sus limitantes, el PIB nos ha permitido observar los cambios en los países y en los estados, y quizás no sea sorpresa descubrir que existe una relación entre el crecimiento económico y el desarrollo. Sin duda el primero no explica el 100% del segundo, pero sin crecimiento difícilmente se dará el desarrollo.

A diferencia del PIB, el término “desarrollo” no cuenta con una definición comúnmente aceptada y por ende no puede ser medido. Él indicador más utilizado en este sentido es el Índice de Desarrollo Humano, que considera tres variables siendo una de ellas el crecimiento económico per cápita. Con las cifras de los últimos 25 años, excluyendo todavía 2019, el PIB agregado creció en promedio anual 2.3%, lo que daría un estimado de crecimiento per cápita menor al 0.5%. Con los datos de 2019, el promedio anual empeora.

El Índice de Progreso Social intenta medir el progreso con variables como escolaridad, medio ambiente, seguridad y oportunidades para la población. Es, desde mi perspectiva, el indicador más cercano al desarrollo que existe hoy. El Índice de Progreso Social lo calcula México, ¿Cómo Vamos? A nivel estatal, siguiendo la metodología del índice global. Los tres estados que tienen mayor progreso son Nuevo León, Querétaro y Aguascalientes. Los que tienen menor desarrollo son Chiapas, Oaxaca y Guerrero. Los mejores (o peores) indicadores responden a condiciones específicas del estado y el IPS marca los problemas con mucha claridad, pero también podemos encontrar una correlación mayor al 75% entre el PIB per cápita de cada estado y el índice de progreso social que le corresponde. El estado de desarrollo del país nos deja ver que aún estamos en una etapa en la que para lograr desarrollo, hay que crecer.

Independientemente de la retórica o el ruido de las mañaneras, el presidente también sabe que crecer es importante. Puede ser que diga otra cosa, pero no importa, la realidad de los datos está ahí. Él sabe que con un menor crecimiento no tendrá recursos para sus programas sociales, así que aunque ese sea el propósito, el crecimiento le es relevante. Tan lo es que nombra a Alfonso Romo como jefe de su gabinete económico con el mandato no de generar mayor bienestar, sino de lograr crecimiento económico. Romo no logrará los cambios necesarios, pero por lo menos sabe que sin crecimiento, no habrá desarrollo.

@ValeriaMoy

Fuente:https://www.milenio.com/opinion/valeria-moy/peras-manzanas/ni-crecimiento-ni-desarrollo

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