No es morir cuando se muere,
solo de mundo se cambia;
mundo que espera encontrar
cuando al “cielo” llega el alma.
Mas cuando a ese “cielo” llega
está la puerta cerrada.
¿Acaso no es este el Reino?,
se pregunta atribulada.
Llamo a las puertas del cielo
¿Cuál es el precio a pagar
y que las puertas se abran?
Una voz de dulce tono
salió de una nube blanca.
-Para entrar en este reino
ha de estar muy limpia el alma;
debe haber amado mucho
aunque no haya sido amada.
comprensión y tolerancia,
Así se abrirán las puertas
de ese reino al que tú llamas.
Si no pagas ese precio,
Pero si ese precio pagas,
cuando llegues a la puerta
ya no tendrás que llamar,
pues la encontrarás abierta,
y entrarás en este Reino;
ya no tendrás que buscar,
habrás encontrado, alma,
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