Educación

Pablo Riera, maestro de líderes, de alma aventurera e inagotable sonrisa

Pablo Riera Táboas cumpliría el próximo mes de mayo 52 años vividos intensamente. Su vitalidad y su entusiasmo hacen que la noticia de su fallecimiento fuera acogida ayer con incredulidad, en un primer momento, y con un gran shock, seguido de mucho dolor entre sus personas más allegadas; y que cayera como un jarro de agua gélida sobre todos los que le conocían.

Sus colegas más íntimos no daban crédito a la información que comenzó a saltar de móvil en móvil desde primera hora de la tarde. Pablo Riera había perdido la vida víctima de una dolencia cardíaca fulminante cuando se encontraba esquiando en Japón, el destino soñado de quienes como él buscan nuevos retos y la mejor nieve del mundo para practicar este deporte que era una de sus pasiones.

Pablo Riera era un vigués de raigambre y tuvo la suerte de conocer desde muy joven las dificultades que entraña el mundo de los negocios, viviendo muy de cerca los últimos años de las emblemáticas Galerías Asefal, el negocio familiar.

Alguna vez contó a sus amigos que ahí fue donde hizo su primer máster de empresa. Licenciado en Económicas y Empresariales, máster internacional en Consultoría y Coaching por Oxford, entre otros, Riera era presidente del grupo P & A, empresa dedicada a la consultoría y la formación empresarial que compartía con su hermano Diego; además, era socio estratégico de Zenger Folkman, Louis Allen Worldwide y Carew Internacional.

Experto en estrategia, management, liderazgo y desarrollo de personas, contagió su entusiasmo y su espíritu de equipo durante los últimos 25 años a miles de alumnos a los que impartió clases magistrales, desde profesionales de la automoción a grandes grupos como el Santander o Inditex, pero también fuera de España, en donde por motivos de trabajo llegaba a pasar casi seis de los doce meses del año. Fue en uno de eses viajes de regreso de San Francisco en donde su cabeza imaginó y luego dio forma a la Fundación Galifornia, su gran proyecto de mecenazgo empresarial y cultural para el desarrollo y progreso de la franja atlántica Galicia y Portugal, que empezaba a consolidarse, y del que la ruta motera guiada por Pablo Riera se había convertido en su bandera.

Sobrino, casi hijo, de Javier Riera, el exdirector de Citroën, Pablo Riera estaba casado con Arancha Pietro y tenía dos hijos, Catalina, de 11 años, y Pablo, de 9. La familia unida lloraba ayer su pérdida, a la espera de la repatriación del cuerpo en los próximos días.

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