Salud y Comida

Preocupante pronóstico sobre la comida y la energía: vienen dos años más de elevados precios

Las perspectivas son claras y preocupantes: los estragos causados por la guerra de Rusia en Ucrania en los precios de los alimentos y la energía se van a extender hasta 2024, advirtió el Banco Mundial, señalando que las alzas experimentadas en los alimentos han sido más marcadas que las observadas en la crisis del 2008.

«La guerra en Ucrania ha causado una gran conmoción en los mercados de productos básicos, alterando los patrones mundiales de comercio, producción y consumo, de forma tal que los precios se mantendrán en niveles históricamente altos hasta fines de 2024», dijo el organismo en su más reciente informe sobre Perspectivas de los mercados de productos básicos, publicado el 26 de abril.

Debe saber que el comportamiento de los precios internacionales suele tener un impacto paralelo en los precios en Nicaragua, lo que refleja la necesidad de prepararse para afrontar otros dos años más de precios elevados.

El aumento de los precios de la energía en los últimos dos años, que incluye el petróleo, ha sido el más pronunciado desde la crisis petrolera de 1973, situación que también ha arrastrado consigo la producción de fertilizante, en cuyo proceso el uso de gas natural es fundamental.

Indermit Gill, vicepresidente de Crecimiento Equitativo, Finanzas e Instituciones del Banco Mundial, dijo: «En conjunto, esto representa la mayor crisis de productos básicos que hemos experimentado desde la década de 1970. Como ocurrió entonces, la crisis se ve agravada por el aumento de las restricciones al comercio de alimentos, combustibles y fertilizantes».

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FAO revela aumentos históricos

Tal ha sido la perturbación que la guerra en Ucrania ha propiciado en el mercado de los alimentos, que en marzo el Índice de Precios de los alimentos de la FAO dio «un salto gigante» que lo llevó a su nivel más elevado desde 1990, cuando se creó este indicador que monitorea los precios de los principales bienes de consumo en el mundo.

En concreto, el índice subió 12.6 por ciento con relación a febrero, siendo los aceites vegetales, los cereales y la carne los grupos de alimentos que alcanzaron en marzo nuevos máximos históricos en sus precios, así como los productos provenientes del azúcar y los lácteos.

El problema es que Rusia y Ucrania son fuertes proveedores de alimentos en el mundo. Moscú además es el segundo mayor exportador de petróleo y el primero de gas natural.

«Estos acontecimientos (las fuertes alzas de los alimentos y energía) han comenzado a agitar el fantasma de la estanflación. Los responsables de formular políticas deben aprovechar todas las oportunidades para elevar el crecimiento económico en sus países y evitar tomar medidas que causen daños a la economía mundial”, advirtió el Banco Mundial.

Solo en los precios de la energía se espera que estos aumenten más del 50 por ciento este año con relación al 2020, para medio ceder en el 2023 y 2024, según los pronósticos del organismo, que indica que en el caso de los productos agrícolas y los metales suban casi un 20 por ciento. Se moderarán en los siguientes años, pero seguirán elevados, alerta.

«Según las proyecciones, los precios de los productos básicos se mantendrán muy por encima del promedio quinquenal más reciente. En caso de que se prolongue la guerra o se apliquen sanciones adicionales a Rusia, los precios podrían subir aún más y mostrar más volatilidad de lo que se prevé en la actualidad», indica el Banco Mundial.

¿Por qué subieron los cereales?

De hecho, el Índice de precios de los cereales de la FAO subió en marzo un 17.1 por ciento, al situarse en promedio en 170.1 puntos, el más elevado jamás registrado. «El aumento de este mes obedeció a una subida repentina de los precios mundiales del trigo y los cereales secundarios, impulsada en gran medida por las perturbaciones relacionadas con el conflicto de las exportaciones de Ucrania y, en menor medida, de la Federación de Rusia».

«La probable pérdida de exportaciones de la región del Mar Negro agravó la ya escasa disponibilidad mundial de trigo. La preocupación sobre la situación de los cultivos en los Estados Unidos de América también contribuyó a que los precios mundiales del trigo subieran marcadamente en marzo, disparándose en un 19.7 por ciento», indicó la FAO.

El maíz, la cebada y el sorgo también reportaron récord en sus precios. «Las expectativas de una reducción significativa de las exportaciones de maíz de Ucrania, uno de los principales exportadores, además de los elevados costos de la energía y de los insumos, contribuyeron a un aumento intermensual del 19.1 por ciento de los precios mundiales del maíz», según la FAO. Solo el arroz dio sosiego a un mercado tan agitado como el de los cereales.

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Al respecto, el Banco Mundial advierte que los precios del trigo aumentarán este año 40 por ciento y alcanzarán un máximo histórico en el 2022. «Esto ejercerá presión sobre las economías en desarrollo que dependen de las importaciones de trigo, en especial las que provienen de Rusia y Ucrania».

Petróleo a más de 100 dólares

La producción agrícola se ve afectada también por las alteraciones en los precios del petróleo, situación que se agrava por las perturbaciones en la logística del comercio mundial. Al respecto el Banco Mundial dijo que espera que el barril de Brent promedie este año los 100 dólares, algo no visto desde 2013, lo que equivale a un incremento del 40 por ciento comparado con el 2021.

Para el 2023 este se moderará hasta llegar a los 92 dólares, aún por encima de los 60 dólares observados en promedio en el último quinquenio. «Adicionalmente, las proyecciones indican que los precios del gas natural (europeo) llegarán en 2022 al doble de los de 2021, mientras que los del carbón serán un 80 por ciento más altos, ambos en máximos históricos».

De hecho la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés) en su más reciente análisis advirtió que de acá hasta septiembre los precios de las gasolinas y el diésel seguirán elevados, por lo que los consumidores pagarán los carburantes más caros de los últimos dos veranos. Debe saber que el mercado de los combustibles en EE. UU. es de referencia clave para Nicaragua.

Ayhan Kose, director del Grupo de Perspectivas del Banco Mundial, dijo que «el consiguiente aumento de los precios de los alimentos y la energía está generando un alto costo humano y económico, y probablemente frenará los avances en la reducción de la pobreza. La suba de los precios de los productos básicos exacerba las presiones inflacionarias, ya elevadas en todo el mundo».

John Baffes, economista sénior del Grupo de Perspectivas del organismo financiero, dijo que los precios históricos que se observarán en los alimentos tendrán «efectos indirectos duraderos. El marcado aumento de los precios de los insumos, como la energía y los fertilizantes, podría dar lugar a una reducción en la producción de alimentos, en particular en las economías en desarrollo. La merma en el uso de los insumos afectará la producción y la calidad de los alimentos, lo que a su vez influirá en su disponibilidad, en los ingresos rurales y en los medios de subsistencia de los pobres».

¿Por qué está subiendo el aceite?

A nivel mundial, la FAO reporta que hay precios récord en los aceites vegetales de girasol, palma, soja y colza. «Las cotizaciones internacionales del aceite de girasol aumentaron de forma sustancial en marzo, impulsadas por la disminución de los suministros para la exportación en medio del actual conflicto en la región del Mar Negro».

Entretanto, los precios de los aceites de palma, soja y colza también subieron marcadamente, como consecuencia de la creciente demanda mundial de importaciones tras las perturbaciones del suministro de aceite de girasol.

«Además, mientras que los valores mundiales del aceite de palma recibieron un estímulo adicional a causa de la persistente escasez de la oferta en los principales países productores, los precios del aceite de soja se vieron sostenidos por la preocupación acerca de una disminución de las disponibilidades exportables en América del Sur. Evidentemente, los valores volátiles y más elevados del petróleo crudo también empujaron al alza los precios internacionales de los aceites vegetales», según la FAO.

¿Por qué están subiendo los lácteos?

En los lácteos hay aumentos acumulados por séptimo mes consecutivo. «Los precios de los productos lácteos mantuvieron su tendencia al alza, respaldados sobre todo por la creciente escasez en los mercados mundiales como consecuencia de que la producción lechera en Europa occidental y Oceanía fuera insuficiente para satisfacer la demanda mundial».

En marzo subieron especialmente la mantequilla y las leches en polvo por más demanda de estos productos de los mercados asiáticos, y por la elevada demanda interna en Europa occidental. El queso subió por una situación de escasez de la oferta debido a la fuerte demanda interna en Europa occidental.

¿Por qué está subiendo la carne?

En el caso de la carne también hay precios históricos. Según la FAO, en marzo los precios de la carne de cerdo registraron el aumento mensual más acusado desde 1995, a causa de la escasez de la oferta de cerdos de matanza en Europa occidental y a una subida repentina de la demanda interna con motivo de las próximas festividades de Pascua.

«Los precios internacionales de la carne de aves de corral se reforzaron, impulsados por la disminución de los suministros en los principales países exportadores tras los brotes de gripe aviar, así como por la imposibilidad de Ucrania de exportar carne de aves de corral en medio del actual conflicto. Los precios de la carne de bovino también se reforzaron, al persistir la escasez de la oferta de ganado listo para el sacrificio en algunas de las principales regiones productoras, mientras que la demanda mundial se mantuvo elevada», indica.

¿Por qué está subiendo el azúcar?

Y finalmente, los precios del azúcar se enrumbaron por el camino del alza, tras experimentar descensos en los últimos tres meses. Esto se debió, según el organismo, «al aumento pronunciado de los precios internacionales del petróleo crudo, que reforzó las expectativas sobre un mayor uso de caña de azúcar para producir etanol en el Brasil en la próxima campaña».

«Los precios mundiales del azúcar recibieron un estímulo adicional a raíz del continuo fortalecimiento del real brasileño frente al dólar de los EE. UU., que tiende a limitar las ventas de los productores debido a la menor rentabilidad en moneda local. Sin embargo, la buena marcha de la cosecha y las perspectivas favorables para la producción en la India, uno de los principales exportadores de azúcar, contribuyeron a suavizar el alza de los precios e impidieron mayores aumentos mensuales», concluyó.

En ese contexto, el Banco Mundial instó a los gobiernos a «actuar con prontitud a fin de minimizar los perjuicios para sus ciudadanos y la economía mundial. Se los exhorta también a diseñar programas de protección social focalizados, como los de transferencias monetarias, de alimentación escolar y de obras públicas, en lugar de establecer subsidios a los alimentos y los combustibles».

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