Procesos contra exfuncionarios deshonestos, para estigmatizar al corrupto: AMLO – Proceso Portal de Noticias

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Los nombres de exfuncionarios públicos implicados en presuntos hechos delictivos, como  Tomás Zerón, Genaro García Luna y Emilio Lozoya, volvieron a aparecer en la conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador como ejemplos de lo que ya no tiene cabida en México.

Desde Zapopan, Jalisco, una de las entidades más golpeadas por la violencia, el mandatario subrayó que la actuación de esos exfuncionarios públicos, que ahora se encuentran en el banquillo de los acusados, sólo es una muestra de que antes el régimen estaba “podrido”,

Recordó que Tomás Zerón, extitular de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), encabezó una tortura en el caso Ayotzinapa; que el exsecretario de Seguridad Pública (SSP), Genaro García Luna, “tenía acuerdo con una de las bandas criminales”, y que Emilio Lozoya aceptó sobornos de empresas.

Por eso, dijo, su gobierno no sólo ha emprendido procesos judiciales en contra de exfuncionarios deshonestos, que incurrieron en “hechos abominables”, como los saqueos, sino para que también que se estigmatice al corrupto.

“La llegada (a México) del señor (Emilio) Lozoya va a ayudar mucho. Lo mismo el caso de este señor Zerón, ¡imagínense, un jefe de policía dirigiendo una tortura, o un secretario de Seguridad ligado a un grupo delincuencial, en qué país vivíamos”, se preguntó.

Y añadió:

“¡Cuánto daño le hicieron al país con eso! De ahí las deudas, de ahí que no alcance el presupuesto, de ahí sobre todo la desigualdad monstruosa del país, porque la causa principal de la desigualdad es la corrupción política”.

Lo importante ahora es, acotó, el proceso de “purificación de la vida pública. “Que nunca más impere la corrupción”.

Que el pueblo decida si quiere que conteste a críticas

En la conferencia, López Obrador habló abundó también sobre la propuesta que hicieron un grupo de intelectuales y periodistas en un desplegado de prensa.

Ahora resulta, dijo, que “escritores y periodistas añoran el regreso a esa podredumbre. Están en su derecho porque vivimos en democracia”, pero aclaró que quien tiene la última palabra, el que va a decir que quiere hacia delante, es, sin duda, el pueblo.

“¿Quién va a decidir? El pueblo, de manera libre va a decidir qué quiere hacia adelante como quiere labrar su destino”.

El mandatario pidió incluso a su vocero, Jesús Ramírez, que leyera el manifiesto de los intelectuales en el que invocan a la pluralidad.

Y confesó que, a pesar de su resistencia a “bajar a la arena político-electoral por respeto a la investidura presidencial”, decidió responder en uso de su derecho de réplica. Además, añadió, es bueno el debate democrático.

“Si me involucran voy a ejercer mi derecho de réplica o ¿creen que no debo hacerlo? sería bueno preguntarle a la gente si me tengo que quedar callado. Para mí va a esta difícil, porque siempre digo lo que pienso, pero a lo mejor eso también se pone a consideración de la gente, y si me recomienda que no responda, no lo haría”.

Soy el presidente más atacado

López Obrador señaló también que, sin temor a equivocarse, es el presidente más atacado en los últimos cien años.

Pero aclaró que eso es un timbre de orgullo porque quiere decir que su gobierno avanza.

“Soy el presidente electo de México de mayor edad en la historia. Fíjense como cambian las cosas, al presidente Adolfo Ruiz Cortines, le decían el viejito, ya ven como a mí también me dicen así que ya estoy chocho que ya estoy chocheando. Bueno pues no era un jovenazo, don Adolfo Ruiz Cortines en comparación con mi persona, él entró más joven a la presidencia”, indicó.