Propósito 7: autodeterminación

El mundo entero se aparta

                cuando ve pasar a un hombre

                que sabe a dónde va.

                Antoine de Saint-Exupéry.

La autodeterminación es la capacidad o el proceso de tomar las propias decisiones y controlar la propia vida. La Teoría de la Autodeterminación, de los sicólogos Edward Deci y Richard Ryan, sugiere que las personas están motivadas para crecer y cambiar según sus necesidades sicológicas innatas, la teoría identifica tres necesidades universales: de competencia (el yo puedo hacerlo), de conexión (yo soy importante para mí y para los demás) y de autonomía (el yo elijo).

La Teoría de la Autodeterminación vincula la personalidad, la motivación humana y el bienestar. Postula que hay dos tipos principales de motivación, la intrínseca y la extrínseca, y que ambas influyen en quién y cómo somos; la motivación intrínseca es lo que nos mueve voluntariamente hacia ese ser ideal que queremos alcanzar de nosotros mismos y la motivación extrínseca es aquello que nos mueve hacia lo que queremos lograr a partir de esa proyección social: reconocimiento, beneficios económicos, aprobación, etcétera.

Sin embargo, de éstas, la motivación intrínseca es más importante a corto, mediano y largo plazo porque se trata de hacer coincidir, a través del actuar decidido y claro, nuestra realidad con nuestros deseos, con cambios pertinentes y transformaciones oportunas. Se trata de hacer coincidir el cómo y el quién soy hoy con la persona que quiero llegar a ser. La autodeterminación se basa en ese catálogo de valores y principios que sustentan nuestras decisiones, elecciones y acciones; es el vivir de forma coherente con lo que sentimos, pensamos y actuamos; es dirigir nuestra voluntad hacia el camino que libremente hemos elegido.

Y podría parecer sencillo, pero para muchos no lo es tanto, algunos ponderan las motivaciones externas sobre las internas, algunos prefieren, sin miramientos, adaptar sus valores y sus principios a la motivación externa, al pertenecer, al encajar, al tener… y cada quien que elija lo que mejor convenga a su vida, pero que no se sorprenda… quien no pueda determinar cómo quiere vivir en sí mismo, difícilmente podrá determinar libremente cómo vivir ahí afuera. Hace falta una dosis alta de amor propio, de fortaleza y de concientización para dejar de vivir al arbitrio exterior e indagar, profundamente, dentro de nosotros mismos y obtener eso que se necesita para alcanzar la verdadera felicidad, la libertad y, por supuesto, la autodeterminación.

Por eso hoy lo invito a hacer esa introspección y a decidirse, a despejar las incertidumbres, las dudas y las injerencias del entorno y a elegir, por usted, lo que desea para su vida.

La autodeterminación es el camino más seguro hacia su autonomía y hacia ese sentimiento de plenitud que todos necesitamos en nuestra vida. La satisfacción más profunda se obtiene una vez que nos damos cuenta que tenemos dominio sobre nuestra persona y sobre las determinaciones que exigen los desafíos que se nos presentan, una vez que asimilamos nuevas experiencias y, sobre todo, ahí donde elegimos construir, con un sentido propio y único, nuestra vida.

Elíjase y elija rodearse de todo aquello que es lo mejor para usted, deseche todo aquello que no le representa un crecimiento y que, por el contrario, lo detiene e irrumpe en su evolución. Elija a partir de lo que está convencido, a partir de lo que cree y siente, elija a partir de lo que su mente y su corazón le dicten y sobre aquello que le permita destacar sus puntos positivos, lo que le permita sentirse creador, hacedor y dueño absoluto de su propio destino. Como siempre, usted elige.

¡Felices motivaciones, felices elecciones!