La depresión en un padecimiento que cada vez se ha vuelto más visible para todos y se ha buscado la manera de combatir sus efectos y no estigmatizar a quienes lo sufren, pues lo que se requiere es apoyo y contención.
Existen diversos tipos de depresión, casi siempre dadas por ciertos sucesos o condiciones, por ejemplo la depresión posparto, la que surge cuando una persona cercana muere, la inherente al entorno social y la conocida como depresión navideña.
La depresión navideña es una forma de vivir la temporada decembrina en la que se considera que las cosas no están bien e influyen algunos factores para que exista:
-Al terminar un año, se termina un ciclo que no siempre ocurrió como lo planeamos en enero: no bajamos los kilos que queríamos, no se obtuvo algún logro personal, etc.
-La publicidad nos hace considerar que es una época de reconciliación, de familias unidas, de regalos y de poder adquisitivo inmenso. Y no es así. Hay muchos factores que no coinciden con esa idea y al creer que todos los demás sí tienen un entorno como el que se ve en los medios, existe descontento, tristeza, insatisfacción.
-Para quienes vivimos en países con clima cálido y exposición al sol, la época decembrina implica un cambio pues el ambiente se torna más frío y hay menos tiempo de luz solar, lo que también influye en el estado de ánimo.
-Los cambios de vida como el fallecimiento de alguna persona, cambio de lugar de residencia, falta de empleo, etc.
-Hábitos adictivos con alcohol, drogas, tabaco, comida, entre otros.
-Apatía o enojo constante y marcado ante las celebraciones de la temporada.
-Tristeza profunda por la ausencia de personas.
-Tomar distancia de los seres queridos.
-Frustración por lo que se considera que los demás tienen y tu no tienes.
-Pensamientos de negatividad o amargura.
-Nostalgia excesiva por lo vivido en otras épocas.
Cuando se trata de algo dado por la temporada, es decir, que no sea en personas ya diagnosticadas con depresión trastorno bipolar u otro padecimiento, hay algunos consejos que se pueden seguir para no sentir depresión en la temporada navideña.
-Evita creer en las fantasías navideñas de familias eternamente felices, piensa que son sólo estrategias de marketing para aumentar las ventas.
-Crea tus propias tradiciones navideñas: lo que vaya acorde con tus posibilidades y las formas de convivencia de tu familia, es lo que necesitan para celebrar las fiestas.
-Date permiso de extrañar: si alguien cercano falleció en el año, date la oportunidad de extrañarle de manera natural, el hecho de que sea Navidad no quiere decir que tengas que estar 100 por ciento feliz, es normal extrañar a las personas sin que esto represente una crisis emocional cada vez que le recuerdes.
-Evita actividades que te generen estrés como ver a personas que no quieres ver, comprar regalos excesivos que luego te generen deudas, no te cargues de compromisos sociales.
-Realizar alguna actividad distinta puede ayudar: ofrecerte como voluntario, labores de caridad, conocer nuevos lugares, tener experiencias nuevas.
-Reflexiona sobre lo que crees que es la Navidad, más allá de tus creencias. Pensar en que significa la época para ti, te ayudará a darle eco en la forma en que celebras.
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