Durante la gira del Real Madrid por Estados Unidos, un servidor estaba presente, hubo un runrún que se paseaba con cada entrenamiento y partido de los hombres de Ancelotti. La pérdida de la dupla goleadora Benzema-Asensio había dejado huérfano al ataque blanco y el no fichaje de un delantero top (o eso dice la gente que no considera a Joselu uno de ellos) dictó sentencia antes de que la temporada se iniciase. El Real Madrid no tenía gol… y así iba a ser muy complicado conquistar títulos. 11 jornadas después (9 de LaLiga y 2 de Champions) el conjunto blanco ha alcanzado un doble liderato digno de estudio.
La exploxión goleadora de Jude Bellingham y los goles de Joselu, esos que el Madrid había perdido al no contar entre sus filas con un futbolista de sus características, han permitido que los hombres de Ancelotti gobiernen la tabla goleadora del fútbol español. El pichichi es para el inglés, que ya lleva 7 goles, y el segundo puesto para el español, que comparte el escalón con Morata y Take Kubo. A la fiesta blanca en la visita de Osasuna al Santiago Bernabéu se apuntó Vinicius para regalar un tanto y una asistencia. Un futbolista vital para las aspiraciones del conjunto blanco… y que deja una misión a Ancelotti, recuperar a Rodrygo, la figura que completa el nuevo tridente del madridismo.
10 goles de Jude en el Real Madrid… con tan sólo 19 disparos. Difícil de explicar la eficacia del inglés cada vez que se acerca al área rival. Su tranquilidad en los metros finales ayuda, pero no solo vale con eso. Su confianza está por las nubes, una que le permitiría seguir marcado goles aunque el portero rival tuviese que defender una portería de fútbol sala. Porque Jude encontraría el hueco para alojar el balón en el fondo de la red. Y es que el centrocampista inglés, que ha recuperado la extinta posición del 10 en el conjunto blanco, tiene unos datos que le sitúan en la cima dedicada a los goleadores de todo el mundo. Suma más de un gol por partido… por cada dos golpeos que ejecuta. Números difíciles de encontrar en el fútbol actual.
Así las cosas, el madridismo, que siempre ha podido disfrutar de grandes goleadores en su escuadra, siente que con Jude Bellingham pueden ir por Europa para pelear contra cualquier equipo como cuando asaltaban los flotas enemigas a base de facturas firmadas por Rául, Cristiano Ronaldo, Benzema. Con un inicio arrollador, parece que el 5 se ha empeñado en ‘robar el sueño’ de Cristiano Ronaldo, uno que pasaba por estar siempre en la cabeza de los aficionados blancos cuando la falta de puntería asolaba al equipo. Trabaja, asiste, anota, recorre infinidad de kilómetros y tiene un carisma único. De celebración en celebración… y tiro porque me toca (no muchos tiros porque Jude no los necesita).
En su primera temporada en La Castellana, Jude Bellingham ha conseguido enamorar al madridismo con una facilidad impropia para un futbolista de tan sólo 20 años. Sus extraordinarios números desde su llegada al Real Madrid, que solo pueden ser comparados con los de Cristiano Ronaldo, le han convertido en un futbolista indescifrable, una pieza multiusos que le sirve a Ancelotti para aportar aliento y piernas en el centro del campo… y una versión de asesino del área que le ha llevado a liderar el apartado ofensivo del equipo. Un chico para todo que se ha transformado en el guía del Madrid. Y ahora, quiere mirar a los ojos del portugués para ‘robarle’ galardón que lleva años en poder del 7: la celebración más icónica del mundo.
Del “siiiiuuuuuuu” de Cristiano Ronaldo, a los brazos abiertos en forma de cruz de Jude Bellingham. El centrocampista inglés ha patentado una celebración que se realiza allá por donde pasa el 5 del Real Madrid. “Papá, como Bellingham”, suelta un joven aficionado blanco a su padre mientras le toma una fotografía con la silueta del Bernabéu de fondo. Y es que en los aledaños, si uno levanta un poco la cabeza, se pueden ver casi las misma postura de Jude por metro cuadrado que aficionados tomándose fotos con una pose normal. “La empecé a hacer en Birmingham y desde ahí la he continuado pero no tiene un porqué. Es un orgullo que los niños me imiten“, asegura el mejor embajador posible de la ciudad inglesa. Todo el mundo quiere ser Jude y su celebración va camino de convertirse en una de las más ejecutadas del mundo del fútbol.
Dicen que en el fútbol, la improvisación no es buena consejera… menos cuando uno habla de Carlo Ancelotti. El entrenador italiano es capaz de recibir tres ingredientes y crearte con ellos un menú digno de una estrella michelín gracias a su sabiduría. Porque la experiencia siempre es un grado y si a ello le sumamos una inteligencia única para explotar las cualidades de sus futbolistas, el resultado final tiene la aprobación de una ceja que sube hasta donde nadie esperaba.
El entrenador italiano puso sus servicios, una vez más, a disposición del Real Madrid, y de un problema serio en la eje de la zaga, Ancelotti se ha sacado un futbolista ‘nuevo’ tras una reconversión después de 192 partidos como profesional. Tchouaméni cumplió con nota en su debut al lado de Rüdiger gracias a unas cualidades que destacó en la previa el técnico. “Tiene aptitudes defensivas, es muy bueno en los duelos… Lo que hace bien en defensa como pivote, lo puede hacer como central”. Dicho y hecho. El 18 ganó las batallas aéreas, y eso que se enfrentó a Budimir (uno hueso duro de roer), disfrutó en la salida de balón… e incluso salvó al equipo en el minuto 33 con un corte providencial cuando Rubén García quería filtrar un peligroso pase de la muerte. Además, la fórmula de Camavinga como único pivote funcionó a las mil maravillas y el resto de piezas, una vez más, siguieron remando en la misma dirección.
El Real Madrid se divirtió en el Santiago Bernabéu en una bonita tarde de fútbol. Las 16:15h de un sábado siempre ha sido una buena hora, más cuando acompaña la temperatura, y los aficionados blancos se agolparon en el estadio para firmar la mejor entrada de la temporada: 70.900 espectadores. Y en la fiesta blanca hubo tres invitados especiales que quisieron regalar un tanto que debería enseñarse en las escuelas. Máxima belleza… y explotación de todos los recursos.
La jugada la inicio Tchouaméni, que levantó la cabeza y filtró un perfecto balón a Vinicius. El brasileño, que se había soltado después de su tanto, la bajó a las mil maravillas y aguantó lo indecible para terminar asistiendo a Joselu. Y es que esto es lo que pide el madridismo al 7, que sea egoísta cuando deba serlo… y que se asocie con sus compañeros cuando se lo pida el cuerpo. El delantero español aprovechó el regalo y puso el 4-0 con un disparo cruzado que superó a Sergio Herrera.
Antonio Rüdiger se metió en problemas… en el peor momento posible para el Real Madrid. El central alemán vio la cuarta amarilla tras una falta innecesaria sobre Torró en el minuto 40 cuando trataba de robar el esférico tras una presión alta. En el horizonte, el conjunto blanco tiene dos salidas ligueras de suma importancia: Pizjúan y Montjuic. Así las cosas, de ver una tarjeta amarilla frente al Sevilla, Rüdiger se perdería el Clásico… y Ancelotti tendría que volver a ingeniárselas para visitar al eterno rival.
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