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¿Revocarán mandato de AMLO el Covid 19 y la crisis económica?

Nos guste o no su manera de gobernar o su proyecto de nación, lo cierto es que López Obrador pone de cabeza a la oposición política de a tiro por viaje. Ayer se la aplicó otra vez al proponerle adelantar la revocación de mandato. La dejó echando espuma de la rabia, si nos atenemos a su airada reacción.

Cuando la reforma constitucional por él propuesta era discutida por el Congreso en junio del año pasado, PAN, PRI, MC, PRD y fuerzas emergentes como México Libre, de Felipe Calderón, se opusieron férreamente a que la consulta revocatoria se llevara a cabo el día de las elecciones federales intermedias (6 de junio de 2021), como el Presidente lo proponía para abatir costos, según su razonamiento.

El argumento opositor –razonable en opinión de quien esto escribe– era que al aparecer en la boleta el nombre de AMLO, en aquel momento con una aprobación sin precedente, induciría el voto a favor de Morena y de la intención de refrendar su mayoría legislativa. Fueron por cierto Calderón y el panismo con el que rompió tras la fallida aventura electoral de su esposa Margarita Zavala, quienes más operaron en contra de la propuesta presidencial.

La reforma constitucional, aprobada a finales del año pasado, finalmente transitó sin que se aceptara la concurrencia de ambos procesos (elecciones y revocación). La consulta revocatoria se realizará “durante los tres meses posteriores a la conclusión del tercer año del periodo constitucional”, establece el artículo 35, fracción IX, numeral segundo de la Constitución; esto es, en marzo de 2022, si nos atenemos al procedimiento establecido en los numerales primero, tercero, cuarto y quinto.

Con la inseguridad sin ceder y severos cuestionamientos a su gestión sanitaria y económica por el Covid 19, la aprobación de López Obrador ha caído 20 puntos en un año (Mitofsky), mientras que en Twitter proliferan hashtags como #RevocaciónDeMandato y #AMLOseVA.

El propio Calderón tuiteó el domingo, tras deslindarse de iniciativas que rompen con el orden constitucional (salida de algunos estados del Pacto Fiscal e impago de impuestos de grupos empresariales), que su partido irá por quitar a Morena la mayoría en las elecciones federales de 2021 y por la revocación del mandato en 2022, porque “ese es el camino, no hay otro”.

Si tal es el camino ¿por qué no andarlo antes?, parece que fue la reflexión que hizo López Obrador ayer en la mañanera, al proponer que se modifique nuevamente la Constitución para que la revocación de mandato se realice el día de las elecciones federales del año entrante.

Ya no aplica el argumento de que la hoy menguada aprobación presidencial induzca el voto a favor de Morena. Por el contrario, lo desalentaría y, por lo tanto, favorecería a la oposición. Entonces ¿qué les molesta tanto? No, por cierto, que sea otra maniobra distractora en plena pandemia y con el país en vilo, como dicen Calderón, Kuri y Cortés. Ese, en todo caso, es su propio distractor. Lo que les enfurece es que mató toda su narrativa contra la consulta revocatoria como un instrumento democrático viable que daría salida a la confrontación política, para dar paso a un gran acuerdo nacional con el que se enfrente eficaz y solidariamente a la pandemia y a sus ominosas consecuencias económicas y sociales.

Estos personajes son políticos profesionales y como tales no tragan fuego. Por eso deben preguntarse en privado ¿de dónde saca AMLO tanta confianza para someterse cuanto antes a una consulta revocatoria en medio de una de las peores crisis que ha enfrentado el país? ¿Qué le hace creer que su mandato será avalado cuando en cualquier conversación pública, privada o virtual de las clases medias y altas crece el consenso contra su gobierno y se asegura que vive en un país que solo existe en su cabeza?

La respuesta que la oposición no acepta es que esa es la visión de una de las dos partes de un México herido de muerte por la desigualdad. La otra, que no deja de apoyar a AMLO, es esa a la que están dirigidos sus programas sociales, esa que hasta ahora es la principal beneficiaria de las medidas tomadas para enfrentar la profunda crisis económica que ya deja ver la pandemia. No sé si sea la estrategia correcta o, como otros dicen, el camino al precipicio. Ya el tiempo lo dirá y la historia juzgará.

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Ciudadano por México

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