La nacionalización española de  es muestra de severos conflictos en la visión ideológica del expresidente de , si bien es cierto que hace algún tiempo había señalado el desapego del estricto modelo neoliberal, al adoptar la nacionalidad ibérica de la Madre Patria, da al traste con un cúmulo importante de ideas respecto de la modernización mexicana. Como gobernante, Salinas generó una de las filosofías prominentes para catalizar el desarrollo de México y aproximarlo a  de Norteamérica, como expresidente y persona, la opción por la naturalización española termina por demostrar que la modernización mexicana, como la española, sencillamente es imposible.

La primera pregunta que generó la adopción de la nueva nacionalidad de Salinas, fue ¿Por qué ? En estricto sentido, la hispanidad niega el neoliberalismo. Carlos Salinas, como Mario Vargas Llosa, aspiran al liberalismo en un sentido utópico pues las decisiones concretas que los representan terminan acomodándose al medioevo europeo antiliberal. Si Salinas, como Lorenzo Zavala, hubiese adoptado la nacionalidad norteamericana; a pesar de ser también calificado como un traidor a México, al menos hubiera sido congruente con el pensamiento económico político que defendió a lo largo de su sexenio. El pensamiento tecnocrático del salinismo se forjó en Harvard, no en el camino de Santiago; pero, en fin.

La decisión de Salinas de rastrear su ascendencia española y promover la adopción de la identidad ibérica, lo asemeja mucho a José López Portillo. Por cierto, una de las administraciones donde participó y fue tomando forma el proyecto del Grupo de la Secretaria de Programación y ; y si Jolopo, siendo el presidente más culto que ha tenido el país terminó siendo una de las administraciones más enloquecidas en la trayectoria del sistema político mexicano, ¿CSG terminará siendo un tecnócrata franquista numerario del Opus Dei? La españolidad es sinónimo de fracaso, y quizá por ello ni el presidente más nacionalista ni el más preparado, sirvieron para nada.

La adopción de la españolidad por Salinas de Gortari, bautiza de error el proyecto neoliberal, reconoce que es imposible la modernización mexicana y avala las ideas de Samuel Huntington respecto de la inútil asimilación mexicana a la cultura occidental. Salinas reconoce la inercia y poder de la camorra española para pertenecer a la impunidad oligárquica.

España, como América Latina, esencialmente es antiliberal. De que entonces pueda evidenciarse la fachada que fue el neoliberalismo. La gran tragedia mexicana ha sido el no poder construir una ruta intermedia entre España y Estados Unidos, las dos referencias de desarrollo que se ofrecen históricamente. México nunca será como los Estados Unidos, pero es un craso error seguir la ruta del fracaso español.