Una dulce y recia abuelita que actuaba en la Época de Oro del Cine Mexicano se convirtió en la azucarada imagen de un chocolate de mesa: Sara García, hija de españoles y originaria de Orizaba, Veracruz, quien cuentan que se quitó los dientes a los 39 años por la actuación y desde la década de los 70 ha aparecido brindando con tazas chocolateras.
Sara García nació el 8 de septiembre de 1895. Su vida estuvo llena de pérdidas: ella era la única que sobrevivió de los 10 hijos matrimonio de Isidoro García y Felipa Hidalgo Rodríguez; además, cuando era niña quedó huérfana.
En 1900, Isidoro murió de un derrame cerebral, en ese entonces Sara contrajo tifus, su madre se contagió y falleció. Esa fue la misma enfermedad que años más tarde también le quitaría a la actriz a su hija Fernanda, en 1940.
Sin embargo, Sara tuvo como familia a todo el país: fue la ‘abuelita’ en la ficción de las estrellas del cine mexicano, como Abel Salazar, Pedro Infante y Víctor Manuel Mendoza en Los tres García.
Sara y Pedro se tenían tanto cariño que él le llevó serenata cada Día de las Madres a su casa en la calle Enrique Rébsamen en la colonia Narvarte (CDMX), sin falta, hasta el día de su muerte. Le cantaba siempre la misma canción, ‘Mi Cariñito’, con la cual la despidieron en su funeral.
García es llamada la ‘Abuela de México’ o la ‘Abuelita del Cine Mexicano’. La voz popular dice que 1934, cuando tenía 39 años, adquirió ese protagónico eterno cuando se retiró 14 dientes para conseguir el papel principal de la obra Mi abuelita, la pobre.
“Por entonces, Sara vivía detrás del mercado de San Juan. Para probar su personaje, decidió salir vestida de viejita para ir al teatro Ideal, resultando tan buena su caracterización que, según la leyenda, hasta le ayudaron a cruzar la calle y subir a las aceras”, describe Fernando Muñoz en Sara García, una biografía que escribió de la actriz.
En una entrevista en De Primera Mano, su compañera de escenarios, la actriz Ana Martín, dijo que en realidad ella no se quitó la dentadura, sino que tuvo una infección y quedó mal, por lo cual le tuvieron que retirar los dientes y lo aprovechó para sus personajes.
Su primer papel de abuela en el cine fue en Allá en el trópico (1940) y luego ya no dejó de serlo, con sus interpretaciones hasta telenovelas… y en la publicidad de un chocolate que persiste a la fecha.
Para 1973, ya cuando Sara García era la eterna abuelita mexicana, la fábrica de chocolates La Azteca la llamó para poner su rostro en su empaque de chocolate de mesa, en esa época en realidad ya era de la tercera edad: tenía 78 años y anunciaba que era “requetebueno” y con “sabor a la antigüita” en comerciales de televisión.
La Azteca nació en Veracruz, una fábrica que fue fundada en 1919 por los hermanos González Barragán en Orizaba, aunque para 1929 se trasladó a la Ciudad de México. La empreza también producía Carlos V, Tres Coronas, El Popo, Morelia Presidencial y Escudo de Orizaba.
Chocolate Abuelita comenzó a venderse en 1939, antes de Sara, en su empaque original se observaba a otra mujer con un chal rosa, cuentan que era una familiar de los hermanos González Barragán.
En 1973 La Azteca eligió a García para ser la nueva imagen, ya que no solo era la abuelita del cine mexicano, sino que también era orizabeña como la marca.
Según su sitio web, “Sara García se convierte en la cara de Chocolate Abuelita al ser un ícono mexicano que representa los atributos más importantes de la personalidad de la marca: apapachadora, cálida, hogareña”.
En 1995, Nestlé compró las marcas de chocolates La Azteca, incluso ese que anunciaba Sara García, en su página explican que producen la marca Abuelita en las fábricas de Toluca, Estado de México.
Según el Museo del Objeto del Objeto (MODO), “cuentan las antiguas generaciones, que desde entonces el sabor de los chocolates en México cambió”.
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