Un nuevo dilema en la escuela: cómo introducir la inteligencia artificial | Ciudadanos | La Voz del Interior

La irrupción de la inteligencia artificial (AI) en el aula es la discusión que este año comienza a encenderse con fuerza en las escuelas. Es sabido que los niños, niñas y adolescentes la utilizan a diario sin saber cómo funciona ni quiénes están detrás de la generación de estas herramientas con las que pueden entretenerse, comunicarse y, también, sacar ventaja en actividades escolares, tareas y evaluaciones tradicionales. A partir de este año los docentes tendrán un abanico de capacitaciones para conocer sobre la IA y ponerse a tono con el potencial y los desafíos pedagógicos y éticos que supone su utilización. ¿Cómo usarla? ¿Cómo dar los primeros pasos? ¿De qué hablamos cuando hablamos de IA en la escuela? La discusión se está dando en todo el mundo y cada vez hay más expertos opinando sobre la cuestión. La Organización de las Naciones Unidas para la Cultura, las Ciencias y la Educación (Unesco), por ejemplo, sostiene que la incorporación de herramientas de este tipo en las aulas supone ventajas y riesgos. En este sentido, el organismo internacional señala tres líneas de trabajo: aprender con la inteligencia artificial, aprender sobre la inteligencia artificial y prepararse para la inteligencia artificial. Marcos Gómez, doctor en Ciencias de la Computación de la Facultad de Astronomía Matemática Física y Computación (Famaf) de la UNC, cuyo trabajo doctoral está relacionado con la enseñanza de la Ciencias de la Computación en las escuelas, dice que la inteligencia artificial -que hoy forma parte de cualquier conversación- es usada por los estudiantes para resolver ciertas actividades y tareas. “No veo tan necesario el uso de IA en el aula como una herramienta sino más bien creo que es necesario pensar en el desarrollo de un ciudadano crítico”, plantea el profesor, investigador en la UNC y consultor en la Fundación Sadosky, donde es responsable del desarrollo de materiales didácticos, propuestas curriculares y cursos de formación para la enseñanza de la Ciencias de la Computación en las escuelas. Gómez subraya que el uso de la IA, al igual que el aprendizaje de computación en las escuelas, es fundamental para que el alumnado comprenda cómo funciona y participe de las discusiones del mundo de hoy. “Se repiten mucho los discursos de los pocos dueños de las herramientas de IA que nos dicen que es una solución mágica y que nos ahorra tiempo. Pensar sólo en el uso de la IA en el aula no es suficiente para poder discutir el resultado de estas soluciones mágicas”, opina el experto. Desde su perspectiva sí es muy importante que los chicos y las chicas sepan cómo funcionan los dispositivos o las aplicaciones de IA que utilizan y adviertan que en la creación de estas herramientas intervienen personas al igual que ocurre en cualquier desarrollo computacional; y que sepan que la IA también comete errores. “Se confunde mucho esta idea de lo artificial con que no hay personas por detrás. Es importante que desde la escuela uno pueda romper esa caja negra, este pensamiento mágico y pueda comenzar a reflexionar sobre el funcionamiento”, plantea Gómez. Qué creen los estudiantes Los resultados de una investigación realizada por un equipo de la Fundación Sadosky hace dos años, que recogió opiniones sobre las creencias de los estudiantes secundarios respecto a la IA, mostraron que en su gran mayoría los adolescentes que participaron del estudio pensaban que las personas no forman parte de los desarrollos de estas soluciones, que prácticamente no se equivocan y que resuelven las tareas mejor que las personas. Gómez insiste en que es importante que el alumnado vea que en el proceso de creación de estos modelos se elige un conjunto de datos (imágenes o textos, según el problema a resolver) que son seleccionados por seres humanos o que forman parte de nuestra historia, que contienen y replican sesgos y estereotipos. Es decir que ese modelo -en base a los patrones que encuentra en esos datos- replica de cierta forma, el comportamiento y las opiniones de las personas, sus prejuicios. “Desde mi perspectiva, más que el uso de la inteligencia artificial trataría de ver cómo funciona”, insiste Gómez. Agrega que existe un gran número de herramientas para enseñar los conceptos fundamentales de la IA, igual que ocurre con la programación, y de esta manera los chicos y chicas pueden vivenciar el proceso de entrenamiento y ver de cierta forma cómo una persona elige el conjunto de datos con el que entrena el modelo y cómo, al momento de hacerlo, se puede reflejar la opinión personal. También puede suceder que sin querer el proceso de entrenamiento refleje un patrón no esperado y que, al fin, genere un sesgo en base a esa información y perpetue inequidades existentes de género o raza, por ejemplo. A partir de esa reflexión, dice el especialista, es posible analizar el uso de otras aplicaciones de IA. Por caso, se puede tratar de pensar cómo funciona el Chat GPT también, por supuesto, entrenado con datos generados por personas. “En base a saber cómo funciona es posible analizar las aplicaciones de inteligencia artificial que se usan o están de moda y ser críticos con respecto a los resultados o las respuestas que nos dan estos modelos”, aporta Gómez. De esta manera, se desvanece la visión de que la IA es infalible para preguntarse si el resultado que arrojó la herramienta de inteligencia artificial es correcto. “Hay que formar usuarios críticos de la IA, que puedan entender cómo funciona para después cuestionar los resultados de las aplicaciones que están utilizando”, plantea Gómez. Los límites éticos Luis Sujatovich, doctor en comunicación social e investigador de la Universidad Siglo 21, dice que la IA propone, al menos, tres desafíos a la educación: la procedimental, la conceptual y la ética. Explica que la procedimental es la más abordada y supone formar a los sujetos para que puedan hacer un uso integral. “Esta dimensión es importante, pero debe complementarse con la conceptual. Es decir, establecer para qué puede servir, cómo debemos aprovecharla para que nuestra construcción de sentido sea más amplio, crítico y sustentado”, dice Sujatovich. Para el experto hay tres elementos que requieren atención en la escuela y la formación docente: poner en tensión el sentido común que arrojan sus resultados, especialmente en los desarrollos ligados al lenguaje (“basta hacer preguntas para comprender que sus resultados son sólo una recopilación de información”, sostiene), la persistencia del filtro burbuja y la urgente necesidad de plantear los límites éticos de su utilización. Ampliar el pensamiento Para Cecilia Martínez, doctora en Educación, profesora de la UNC y profesional de Conicet, hay que tener claro qué paradigma de aprendizaje subyace a la herramienta de IA y a la actividad que propone el docente. Es decir, si permite desarrollar sólo el bajo nivel cognitivo (repetir, identificar, memorizar) u operaciones mentales de alto orden (crear, pensar soluciones, diseñar, evaluar, valorar). “Atravesando las operaciones mentales del bajo y alto orden está el modo de aprendizaje colaborativo”, plantea Martínez. Indica en este sentido que el constructivismo social de Vigostky sostiene que aprendemos con otros. En esa línea, ese otro también puede ser el Chat GPT, por ejemplo. La experta considera que la AI es una tecnología que debe enseñarse en la escuela con el fin de ampliar el pensamiento y conocer porqué, cada vez más, la vida de los ciudadanos está atravesada por decisiones que toman los algoritmos. Martínez recuerda que pese a que es necesaria la capacitación, los docentes no sólo vienen introduciendo tecnología digital sino que interactúan en la vida diaria con ella. “Necesitamos formarnos específicamente en enseñar con la lA, en qué implica, qué límites tiene la inteligencia artificial. Es decir, necesitamos comprender cómo funciona”, subraya. “La IA es sin duda una tecnología que permite procesar datos que humanamente no podemos”, señala Cecilia. Agrega que también es necesario pensar desde la psicología educacional, desde la didáctica y desde una concepción democratizadora del currículum (distribuir saberes para cerrar brechas; en este caso la brecha digital) para potenciar aprendizajes con IA. La clave es la formación y el acompañamiento de los educadores en un área donde los expertos en la disciplina, en el mundo en general, no se quieren dedicar a la docencia. Materiales para docentes La Fundación Sadosky ofrece materiales para docentes con la perspectiva de que se comprenda cómo funciona la inteligencia artificial. Se puede consultar: https://repositorio.curriculum.program.ar/?order=ASC&orderby=date&view_mode=cards&perpage=12&paged=1&fetch_only=thumbnail%2Ccreation_date%2Ctitle%2Cdescription&fetch_only_meta= En este link hay un buscador de material didáctico de Ciencias de la Computación: https://repositorio.curriculum.program.ar/ En estos enlaces, las secuencias didácticas específicas de IA: https://repositorio.curriculum.program.ar/wp-content/uploads/tainacan-items/55/2975/CU_S1_001.pdf https://repositorio.curriculum.program.ar/wp-content/uploads/tainacan-items/55/3750/CU_S1_008.pdf

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