Ciudades del futuro Política y gobierno

Una mentira molesta mucha gente. Dos elefantes molestan mucho más.

No podía fallarnos, el rey del antisemitismo volvió a las andadas. Evidentemente los pocos días que no desparramó sus mentirosas acusaciones antisemitas, debe haber sido simplemente porque estuvo meditando mucho para juntar elementos en su campaña de desprestigiar a Israel, algo que le insume mucho tiempo y desgaste mental, pero que no hemos logrado tener ninguna pista del motivo de su paranoia.

No vamos a analizar todas las falsas acusaciones y malintencionadas falacias, nos detendremos en unas pocas, que con eso ya es suficiente para que quede muy claro que el señor Luis E.Sabini Fernández se dedica casi exclusivamente a ensuciar a la única democracia existente en todo , y jamás habla de lo que sucede en otros países del globo. Es una fijación enfermiza que debería tratarse con profesionales de la psiquiatría.

Dice su artículo: “EL PALESTINO: HOMO SACER DE LA BIBLIA SIONISTA”

Como acostumbro a escribir sobre lo que sé –algo que no todos hacen- y si bien estudié varios idiomas, el latín no estaba incluído, tuve que averiguar el significado de esas palabras. Según Google es “hombre sagrado”, una figura del Derecho Romano arcaico.

Acá me quedo sin entender el porqué del título. En principio, desconozco que exista una “biblia sionista”, sí conozco la biblia original respetada por cristianos y judíos, y el “nuevo testamento” que es la ampliación o segunda versión de la religión cristiana.

De cualquier forma, en esos libros que algunos consideran los más vendidos y menos entendidos, se habla de muchas cosas, pero de “palestinos” ???

Prosigue el señor Sabini: “Cuando se llevó a cabo el “Acuerdo del siglo”, en 2020, atendido y firmado por Donald Trump, Jared Kushner, Beniamin Netanyahu y David Friedman, buscando una “solución final” a la cuestión palestina, los palestinos fueron, oh paradoja, los grandes ausentes. No se les invitó: Expresamente no se los invitó. Reafirmando que las negociaciones se hacen entre “gente como uno”.

Para que se entienda mejor nuestro asombro, me pregunto por qué cuando dos (o más) países que no tenían relaciones diplomáticas, a instancias de un tercero que quiere lograr regularizar esa situación, se reúnen y firman un acuerdo, precisan que intervenga un invitado que nada tiene que ver con el tema. Los famosos “acuerdos del siglo” fueron un logro de la administración Trump norteamericana, y en dos años hemos visto enormes logros que van desde convenios de cooperación en economía, agroindustria, tecnología, o sea mejorar el presente y futuro de ambas partes.

Como pequeño detalle, en dos años, más de 400.000 ciudadanos israelíes fueron de paseo a Emiratos Arabes Unidos, se abrieron los cielos para las compañías aéreas de ambos países (incluso Arabia Saudita) abaratando enormemente el costo de los viajes entre  y Asia Oriental. Turistas israelíes pasean con total libertad por países musulmanes (los del acuerdo) y lo mismo turistas musulmanes pasean por Jerusalem visitando entre otras la mezquita de ElAqsa.

Eso se llama paz y progreso. Los palestinos no fueron invitados; si el presidente de Colo Colo de Chile quiere pactar un partido con Peñarol de Montevideo, tiene alguna obligación de invitar a las conversaciones al Rey Pelé o al presidente del cuadro de fútbol Chacarita?.

Es estúpido el argumento, pero se le puede agregar que ese “pueblo palestino” que no es tal sino un pequeño grupo de dirigentes fanáticos y enriquecidos con la guerra y el terrorismo, que hasta hace dos años ejercían presión sobre los ricos países musulmanes, y esa presión ya no tiene efecto, por lo que el “problema palestino“ pasó a ser de los palestinos, y es que sus cabecillas pueden perder las fuentes de sus enriquecimientos personales. Entre otras cosas quedó registrada la frase de un gobernante de los países del Golfo (musulmanes) que afirmó que los palestinos “están acostumbrados a morder la mano que les da de comer”. Está todo dicho.

Sigue el señor Sabini: “Cuando se llevó a cabo el “Acuerdo del siglo”, en 2020, atendido y firmado por Donald Trump, Jared Kushner, Beniamin Netanyahu y David Friedman, buscando una “solución final” a la cuestión palestina, los palestinos fueron, oh paradoja, los grandes ausentes. No se les invitó: Expresamente no se los invitó. Reafirmando que las negociaciones se hacen entre “gente como uno”.Esta decidida ignorancia o vacío diplomático revela que pasado ya casi siglo y medio (tiempo del conflicto de tierras en Palestina entre sionistas ocupando y palestinos oriundos resistiendo el despojo), el conflicto no ha variado un ápice el papel y el significado de los “actores” en juego: los palestinos no existen.”

Parte de una falacia (alguien podría llamarlo error, viniendo de quien viene no lo creo ni error ni desconocimiento), en el “acuerdo del siglo” no se buscó una solución al conflicto palestino, se buscó una normalización de relaciones diplomáticas y económicas entre varios países, los palestinos no tenían arte ni parte. Pero si la Administración Palestina y/o el Hamas hubieran tenido interés en intervenir, lo habrían solicitado. En su lugar lo que hicieron fue declarar que quienes hacen las paces con Israel son “traidores”.

Después el experto en antisemitismo Luis E. Sabini Fernández hace un tipo de alquimia, metiendo en una bolsa lo que países europeos hicieron cuando conquistaron colonias en América y Africa, algo que no tiene nada que ver con el problema de los palestinos, otros actores, otras épocas, otros motivos, otras culturas. Eso nos recuerda al mal galardonado libro de Galeano, que luego tuvo que declarar que era novelístico, fantasioso, y no histórico, pero nunca aclaró que mentía hasta en su apellido, porque nunca se firmó Eduardo Hughes.

En su atrevimiento, sin duda por no tener una sola prueba de lo que asevera, el señor antisemita dice: “Pregúntesele a ciudadanos israelíes qué opinan…”

Sí señor Sabini, pregúntele, no invente respuestas. Pero pregúntele a ciudadanos israelíes judíos y no judíos, drusos, cristianos, musulmanes (esos palestinos como usted los llama). Pregúntele a los musulmanes que viven fuera de las fronteras israelíes, a los que viven hacinados en campamentos de refugiados en Líbano, Siria, Jordania y otros. Pregúnteles con qué gobiernos preferirían vivir, con Mahmud Abbas, Hamas, Hezbolla, o tal vez con el gobierno democrático de Israel.

Por algo se desesperan para lograr permisos de trabajo en Israel, por algo los países como Líbano, Siria, Irak, Irán, Yemen, Turquía y tantos más son polvorines que explotan a diario.

Además me permito recomendar al señor Sabini que ya que demuestra conocimientos de Derecho Romano, que lea los conceptos legales concretos de las palabras que utiliza como “territorios ocupados”, “territorios conquistados”, “quienes son oriundos de la zona”, “racismo”, “apartheid”.

Debo mencionar que estoya de acuerdo con que la población palestina está “desgajada, reprimida, despojada, abusada.” Pero solamente la que vive bajo gobiernos musulmanes, los que viven bajo el gobierno israelí tienen todos los derechos, son felices, entre ellos hay profesionales universitarios, miembros del Parlamento, de la Suprema Corte de Justicia, ministerios, incluso miembros del seleccionado israelí de fútbol que acaba de lograr entrar en el grupo “A”.

La canción infantil utilizada para el título continúa: tres elefantes molestan mucha gente, cuatro elefantes molestan mucho más.

Antisemitas y elefantes, siempre molestan, pero los elefantes son animales con sentimientos positivos, algo que dudamos en los antisemitas.

 

 

Fuente: Diariojudío.com

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