Por Armando Zúñiga Salinas, Presidente Coparmex CDMX / Grupo IPS.

Llegó el día cero y fue sobresaliente. La #MarchaPorLaDemocracia fue un éxito rotundo. La caminata del Ángel de la Independencia al Monumento a la Revolución dejó a flor de piel el sentimiento de decenas de miles de mexicanos que gritaron #YoDefiendoAlINE.

Sin importar estratos sociales, los ríos de gente se apoderaron de una de las avenidas más hermosas del país para manifestar su rechazo a la Iniciativa de Reforma enviada por el Ejecutivo, en abril de este año, al Congreso de la Unión.

Una sociedad que se volcó en las calles con una sola voz que coreaba un apoyo decidido al Instituto Nacional Electoral. Expresión que esperamos marque un antes y un después en la participación ciudadana.

Los conteos hablan de que caminaron en #DefensaDelINE 250 mil personas, otros, que la cantidad llegó a los 850 mil. Ello, sin considerar que por lo menos en otras 50 ciudades del país se replicó el ejercicio. La voz de los ciudadanos se hizo sentir en todo el país.

Sin lugar a duda, un reconocimiento a todos los ciudadanos que nos manifestamos de forma pacífica para dejar en claro que las instituciones que tanto han costado construir a la sociedad están por encima de gobiernos de cualquier color.

Ya lo dijimos con anterioridad e insistimos: a menos de dos años de que finalice la actual administración, no es momento de que se modifique, cambie o reforme el sistema electoral que ha demostrado con creces su eficacia en el ejercicio libre del voto. Sistema que cuenta con las herramientas suficientes para garantizar el respeto a la voluntad popular que se expresa en las urnas.

Por ello, nos sumamos a lo dicho por José Woldenberg, México no puede volver a una institución electoral alineada con el gobierno, incapaz de garantizar la necesaria imparcialidad de todo proceso electoral.

No queremos regresar al pasado porque lo construido permite elecciones auténticas, piedra angular de todo sistema democrático.

A cerca de 30 años desde que surgió el INE, México no puede destruir las destrezas y el aprendizaje de los profesionales, sus conocimientos adquiridos y el compromiso de los funcionarios que integran los servicios civiles de carrera.

Veamos datos reales. ¿Cree usted, amable lector, que un solo organismo del Gobierno podría ser capaz de organizar adecuadamente, por ejemplo, el trabajo realizado en el 2021, donde los institutos estatales registraron 275 mil 424 candidatos locales? La verdad, es casi imposible.

Tan sólo falta saber que, como lo dijo Woldenberg el domingo, desde la última reforma electoral en 2014, se han disputado en los estados y la Ciudad de México 55 mil 336 cargos de elección popular, entre ellos, 55 gubernaturas, 93 legislaturas y cinco mil 932 ayuntamientos, sumado a la elección presidencial del 2018.

El INE es patrimonio de todos y cada uno de los mexicanos porque hemos sido parte de su historia y es hora de defender la democracia y nuestros derechos políticos sin negociar uno solo de los avances obtenidos.

El sistema democrático que actualmente tenemos en el país es una obra colectiva y su defensa es responsabilidad de todos y cada uno de los ciudadanos que conformamos esta gran nación.

Fundado en 1990, el Instituto Federal a Electoral (IFE 1990- 2014), Instituto Nacional Electoral (INE 2015- actualidad), ha organizado con certeza las últimas cinco elecciones para elegir al Presidente de la República.

Siempre bajo fuego no tan amigo de todos los partidos políticos, la máxima institución electoral del país ha sabido sortear y avanzar en un entorno complicado.

¿Qué sigue?

Creemos que hay que lograr que La #MarchaPorLaDemocracia sea un verdadero punto de inflexión y para ello, tenemos como ciudadanos por lo menos tres retos que enfrentar en el futuro inmediato.

El primero, organizarnos y vertebrarnos para defender nuestras instituciones, asegurar la autonomía del Instituto Nacional Electoral y ampliar las libertades ciudadanas. En ello, no hay que perder de vista que el próximo año se deberán elegir a nuevos consejeros electorales; hemos de seguir el proceso para que en sus cauces prevalezca el profesionalismo y la transparencia más allá del interés de los partidos o del gobierno.

El segundo, en términos futboleros, dar marcaje personal a los diputados y senadores de todos los partidos que nos representan en el Congreso de la Unión, gracias al voto que les dimos en las pasadas elecciones, para que salvaguarden nuestro sistema electoral, tanto en lo que corresponde a lo establecido en la Constitución como en las leyes secundarias.

Tercero, evitar la polarización social, las descalificaciones y la desacreditación que impide el diálogo constructivo, como bien lo ha señalado Coparmex nacional y sus centros empresariales.

Con razones y argumentos defendamos la democracia y sus instituciones.

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Ciudadano por México

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