No habría ser humano de no haber libros, así de indisoluble es la relación entre la humanidad y sus letras. El ser humano del siglo XXI es resultado del libro. Las exploraciones y descubrimientos, la ciencia y la tecnología, la religión, la filosofía, la democracia, los derechos humanos…, todo se desarrolló gracias al libro, el gran transmisor de información de nuestro mundo.
La historia de la especie humana comenzó hace decenas de miles de años, cuando desarrollamos la capacidad de crear conocimiento. El nacimiento de la civilización, hace unos seis mil años, está marcado por la capacidad de dejar por escrito ese conocimiento. Y el mundo moderno, ese en el que aún vivimos y se transforma frente a nuestros ojos, inició cuando el conocimiento comenzó a estar al alcance de todos, gracias al desarrollo y la difusión del libro.
Somos la sociedad del conocimiento, y éste lleva 500 años divulgándose a través de los libros. En el siglo XV la imprenta dio origen al libro, la masificación del libro dio origen al autor profesional, y de ahí nacieron los Derechos de Autor, que generaron una gran revolución de la creatividad y la inventiva humana, pues de pronto, tener ideas y generar conocimiento se convirtió en una forma de ganarse la vida.
Con la imprenta nació el autor profesional, el ser humano que dedica su vida a la creatividad, la investigación y la transmisión de conocimiento, sea científico, filosófico, religioso, político, social, etc. Sin autores y sus derechos no habríamos tenido a Galileo, a Newton y a Einstein, no habría un Rousseau ni un Voltaire, ni un Cervantes ni un García Márquez.
Desde 1996, la UNESCO promulgó la celebración el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, para promover la lectura, la industria editorial y la protección de los Derechos de Autor. La fecha elegida fue el 23 de abril, ya que ese día, pero de 1616, murieron dos gigantes de las letras: Miguel de Cervantes y William Shakespeare. Esas fechas resultaron no ser exactas, aunque el día coincide también con el nacimiento o muerte de otros grandes de la literatura, como Inca Garcilaso de la Vega o Vladimir Nabokov.
La humanidad se transformó con el libro, y siempre, algún libro, ha sido pieza fundamental en la transformación de cada uno de nosotros. Festejar al libro es celebrar al autor, y buen momento para reflexionar sobre el respeto que merecen los Derechos de los autores, que son la mente creativa detrás de las historias, de las ideas, del conocimiento y de las letras; son el alma de los libros, y por lo tanto del mundo moderno.
Vivimos la máxima revolución después de la imprenta: la era del formato digital, que hace posible que el conocimiento de la vuelta al mundo de forma inmediata, pero que también pone en riesgo la existencia misma del autor, al no respetar su propiedad intelectual como capital de trabajo y fuente de ingresos y forma de existencia.
Celebremos la era de la inmediatez del conocimiento, pero no caigamos en la trampa; La humanidad es lo que es porque hay personas que dedican toda su vida, esfuerzo y trabajo a generar los conocimientos que nos han hecho lo que somos. Esa es la importancia del autor. Es por ello que en países de todo el mundo han nacido Sociedades de Gestión Colectiva que velan por los Derechos de Autor y el acceso legal a la cultura, en el caso de México es CEMPRO, el Centro Mexicano de Protección y Fomento de los Derechos de Autor, que lleva más de 20 años trabajado por los autores y el conocimiento que generan.
Si comprendes la importancia de los libros y los autores en tu propia vida y la de la especie humana, comprenderás la importancia de respetar los Derechos de Autor en este mundo sin límites ni fronteras. Celebremos el conocimiento, a los autores, y a los libros.
Si tienes cualquier duda estamos a tus órdenes en CEMPRO
Centro Mexicano de Protección y Fomento de los Derechos de Autor.
http://cempro.com.mx/sitio/
JUAN MIGUEL ZUNZUNEGU
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