Por

Mary Anastasia O’Grady

Como para aclararlo, la dictadura militar de Cuba condenó rápidamente la acción de los Estados Unidos. El general muerto también fue llorado por el grupo terrorista narcotraficante Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, miembros de la dictadura venezolana y redes de poder iraníes en Brasil, Perú, Argentina, El Salvador y México.

Se ha perdido un héroe de la criminalidad hemisférica, y los gángsters están tristes. También podemos estar preocupados. Ha sido un error dejar sin respuesta las incursiones de Irán en la región durante las últimas dos décadas. Si el final de Soleimani es el comienzo de una política estadounidense más fuerte hacia Teherán, es una buena noticia para América Latina.

Irán juega un largo juego en su esfuerzo por socavar el liderazgo de Estados Unidos y expande su influencia en todo el mundo. En el hemisferio occidental, el Ministerio de Inteligencia del régimen ha tomado la delantera al establecer “centros culturales” en muchas áreas urbanas, desde donde puede difundir propaganda, hacer proselitismo, radicalizar los conversaciones y reclutar locales como espías.

Pero la recopilación de inteligencia tiene un propósito más profundo, que es apoyar las operaciones que siguen. Aquí es donde entraron Soleimani, el jefe de la Fuerza Quds de Irán.

La fuerza maneja asignaciones extranjeras para el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, participando en una guerra asimétrica a través del tráfico de armas, así como asesinatos y ataques contra objetivos enemigos. En otras palabras, exporta terrorismo.

El terrorismo iraní en América Latina comenzó antes de que Soleimani se hiciera cargo de la fuerza en 1998. El bombardeo de la Embajada de Israel en Buenos Aires en 1992 mató a 29 personas; El bombardeo de 1994 del centro cultural judío conocido por sus iniciales en español como AMIA, también en Buenos Aires, cobró 85 vidas. Finalmente, los investigadores atribuyeron ambos ataques a Hezbolá, actuando como un agente iraní.

En el nuevo milenio, Irán ha ampliado su alcance operativo. Hay razones para creer, por ejemplo, que el asesinato en 2015 del fiscal federal argentino Alberto Nisman fue una operación respaldada por Irán. Nisman había estado investigando un supuesto encubrimiento argentino del papel de Irán en el atentado de la AMIA. En vísperas de una audiencia en el Congreso argentino, donde estaba programado para entregar sus hallazgos, fue encontrado muerto en su departamento.

La entonces presidenta Cristina Kirchner, sospechosa de orquestar el encubrimiento, rápidamente lo calificó de suicidio. Pero los fiscales habían encontrado que Nisman había sido asesinado por un intruso misterioso.

El Sr. Nisman, quien se le asignó el caso de bombardeo de la AMIA en 2005, fue un problema para Irán. En mayo de 2013, publicó un  informe de  500 páginas  sobre las actividades encubiertas de Teherán en la región. Sostuvo que un intento de bombardeo en 2007 en el Aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York fue una operación planeada por Irán desde Guyana y terriblemente similar al ataque contra la AMIA. Su informe especifica que células terroristas similares operan en toda la región.

Irán ha hecho avances aún mayores en Venezuela porque Hugo Chávez, como protegido de Fidel Castro, abrazó la revolución iraní y sus actividades terroristas.

El ministro de industrias y producción nacional de Venezuela, Tareck Zaidan El Aissami Maddah, hijo de un padre sirio y una madre libanesa, ha sido  el hombre  clave en la expansión de los lazos comerciales y militares con Irán. Venezuela también está acusada de entregar identidades falsas a los agentes de Medio Oriente para que puedan viajar por la región como venezolanos.

Los nombres de quienes envían sus condolencias por la muerte de Soleimani no son tan interesantes como los de quienes no lo hicieron. El dictador nicaragüense Daniel Ortega,  un aliado cercano de Teherán  , ha estado notablemente callado al respecto, al igual que el Sr. El-Aissami.

Evo Morales, el ex presidente de Bolivia que renunció en noviembre y ahora vive en Argentina, también ha mantenido la cabeza baja. En julio, el Sr. Morales  cortó  abiertamente  a  Irán durante una visita a Bolivia del ministro de Relaciones Exteriores, Javad Zarif.

Los dos países firmaron un memorando de entendimiento para la transferencia a Bolivia de nanotecnología iraní, que tiene usos nucleares. Cuando abrió el primer “centro nuclear” de Bolivia en 2016, el entonces Viceministro de Energía, Silverio Chávez,  reconoció a los  “amigos del presidente Morales en Irak e Irán” por haberle dado “esta idea”.

Teherán también estaba buscando fuentes de litio y apoyo en las Naciones Unidas. Bolivia esperaba hacerse con algunos drones iraníes; Antes de irse, Zarif pronunció un discurso en una universidad pública para alabar la profundización de los lazos entre los dos países.

Una fuente de inteligencia confiable me dice que Irán se ha estado acercando a México desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador asumió el cargo hace 13 meses. Eso se ajusta al patrón Soleimani y es algo de lo que preocuparse. El final de la mente maestra terrorista es un mensaje para aquellos en la región que albergan sus redes.

Escriba a O’Grady@wsj.com

Fuente: https://www.wsj.com/articles/soleimanis-latin-america-terror-11578863631?emailToken=884c489fbef37a6fee676fbd7f9b9f03Y18o1KMcLIDQsPe/HysU0GmpFxeBe+rwdinq+ucBMUXtzVktlkTSXnHkrhF23o6FtWIP6eJnpvjgiBgSE5XaaQ%3D%3D&reflink=article_whatsapp_share