Política y gobierno

1968, origen de la fobia de AMLO al Estado Mayor

1968, origen de la fobia de AMLO al Estado Mayor

El uso de la efeméride cobra sentido pues proviene de Juan Ramón de la Fuente, uno de los mejores rectores de la UNAM en el último medio de siglo, después del movimiento que terminó bañando en sangre la Plaza de las Tres Culturas

Asegura nuestro futuro embajador en la ONU que el triunfo arrollador de Andrés Manuel López Obrador es una especie de la culminación del movimiento estudiantil ocurrido hace 50 años, en 1968.

Es probable. El uso de la efeméride cobra sentido pues proviene de Juan Ramón de la Fuente, uno de los mejores rectores de la UNAM en el último medio de siglo, después del movimiento que terminó bañando en sangre la Plaza de las Tres Culturas.

Pero también porque De la Fuente logró recuperar a la UNAM de la pandilla del Mosh que la mantuvo secuestrada en tiempos de Ernesto Zedillo, sino porque logró ascenderla en nivel académico en el ranking mundial, pero sobre todo porque en 2006, cuando Andrés Manuel López Obrador intentaba evitar la toma de posesión de Felipe Calderón al sentirse defraudado en las urnas, consiguió mantenerla en calma a pesar de que profesores, trabajadores y alumnos eran mayoritariamente perredistas.

De la Fuente no sólo recibió a desayunar en la Rectoría de la máxima casa de estudios a López Obrador, sino que fue mencionado como posible encargado de la política interior en el gobierno del entonces perredista, e incluso hubo quienes especularon que, en caso de que Calderón no llegara a tomar posesión, el rector sería presidente interino.

Hubo quien se atrevió a poner en boca de Diego Valadés la afirmación, pero en entrevista con IMPACTO el eminente jurista desmintió haber especulado con el nombre de Juan Ramón.

Lo cierto es que para De la Fuente, el movimiento estudiantil es origen del que lleva a López Obrador al poder. Si es así, quizás encontremos en este elemento y no en la austeridad, la fobia del presidente electo al Estado Mayor Presidencial, pues conforme a la leyenda urbana el entonces secretario de Gobernación, Luis Echeverría, sugirió a Gustavo Díaz Ordaz que disparara sobre el Ejército en Tlatelolco.

Fue por cierto Echeverría quien incorporó a una camada de jóvenes en su gobierno como desagravio a la juventud dolorida del movimiento. En su campaña, en la Universidad Nicolaíta, en Morelia, guardó un minuto de silencio por las víctimas, incluyendo a policías y soldados.

Con José López Portillo, Jesús Reyes Heroles logró sacar de la clandestinidad a los movimientos de izquierda y les abrió las puertas del Congreso. Desde entonces muchos de aquellos líderes no han salido del presupuesto, siguen pasando de una cámara a la otra.

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