A falta de laboratorio de Química… buena es la realidad aumentada

Esta herramienta, que lleva a los jóvenes a sumergirse de una manera más didáctica en la clase de química, a la vez que identifican los elementos del entorno, fue diseñada por la profesora Aura Marcela Rodríguez González, magíster en Enseñanza de las Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales.
Entre las moléculas (compuestos orgánicos) que pudieron identificar están el pentanol y el alcohol. A partir de la observación de las figuras se podía explicar los enlaces o carbonos presentes.
La carencia en zonas rurales de recursos para realizar prácticas de laboratorio motivó a la profesora Rodríguez a crear una herramienta que les permitiera a sus estudiantes de grado 11 aprender sobre las moléculas químicas, debido a la necesidad de acercar a los jóvenes de una manera más efectiva a estos términos.
También aprovechó su experiencia del curso de Administración de Sistemas Informáticos que realizó en el SENA. Así fue que le dio vida a la aplicación móvil de realidad aumentada para la enseñanza de química.
En su investigación declaró que la integración de estas aplicaciones en un proceso de aprendizaje adaptativo y accesible permitiría presentar contenidos programados según las necesidades de los estudiantes, de manera que puedan interpretar contenidos y relacionarlos con el mundo real.
La aplicación se creó con el sistema Unity, utilizando recursos académicos gratuitos para el sistema Android y convertir el celular –con el que cuentan algunos estudiantes– en herramienta de aprendizaje. Además se creó un espacio colaborativo con quienes no tenían estos dispositivos, explicó la docente.
En tercera dimensión
Aunque ya se dio un primer paso, la docente aclara que con esta aplicación –que está en fase de desarrollo– buscaba analizar como influía la realidad aumentada en el proceso de aprendizaje y espera que en el futuro más personas tengan acceso a esta aplicación de forma gratuita.
“Inicialmente el problema era identificar conceptos químicos que son muy abstractos y que a veces el estudiante, aunque se haga una gráfica, fórmula o diseño de la molécula en el tablero, pierde el hilo conductor de estos compuestos que son útiles en la vida diaria”, añadió la docente.
Sostuvo además que como en la zona rural se usan mucho estos compuestos orgánicos –en herbicidas o combustibles, leña, gasolina o gas propano–, la idea era encaminar a los estudiantes a que pudieran ver de cerca estos compuestos usando las tecnologías de la comunicación en información, al tiempo que se aprovecha el recurso de tener un dispositivo móvil.
La docente Rodríguez, licenciada en Biología y Química, explicó que diseñó unos marcadores, es decir tarjetas físicas; cuando se descarga la aplicación, se fija la cámara del celular sobre estas y las imágenes se reflejan en tercera dimensión.
Para la docente, los resultados de enseñar por medio de la herramienta fueron significativos. Los estudiantes, por su parte, mostraron asombro, ya que en estas zonas apartadas se desconocen muchas aplicaciones de la tecnología, y se avanzó en el aprendizaje, pues se les mostraban figuras que reconocían en el entorno y que podían identificar fácilmente.
“Fue interesante porque ellos identificaban lo que veían dentro de esta realidad, las moléculas ya eran tangibles, podían observar una imagen a color con todos los detalles; girarlas y observarlas, algo que en las zonas tan apartadas es un poco inaccesible”, concluyó la docente.
Las expectativas con este proyecto es que más personas interesadas lo tomen como base y puedan continuar con el desarrollo, advierte la profesora Rodríguez, para quien el conocimiento es de vía libre y en temas de tecnología se debe permitir que se innove y se aporte a la sociedad.