AMLOMETRO

Alemania, presidente AMLO; que López-Gatell vea a los alemanes y deje a los laboratorios hacer pruebas

El Financial Times describe la situación del coronavirus en Alemania como una anomalía: “altas tasas de infección pero pocas muertes”.

¿Cuál es la explicación? La había ya leído en otros medios globales: “las pruebas generalizadas pueden explicar las bajas cifras de mortalidad en un país que está resistiendo la tendencia en Europa”.

√ “Según datos de la Universidad Johns Hopkins, había 13,979 infecciones por coronavirus en Alemania el jueves por la tarde, más que en cualquier otro país, excepto China, Italia, Irán y España. Al mismo tiempo, Alemania solo había registrado 42 muertes”.

√ “La vecina Francia, por el contrario, informó 9,058 infecciones y 243 muertes. España tuvo 17,395 infecciones y 803 muertes. Los Estados Unidos, el Reino Unido, Italia e incluso Corea del Sur muestran tasas de letalidad significativamente más altas que Alemania”.

Hay debate sobre ello en Europa y se han planteado distintas explicaciones:

√ “Que el brote aún se encuentra en una etapa relativamente temprana”.

√ Que la edad promedio de los afectados ha sido más joven que en otros países.

Pero lo cierto es que la explicación más convincente está en la gran capacidad en Alemania para realizar pruebas: pueden hacer más de 160,000 pruebas por semana, “y eso se puede aumentar”, dijo al FT Lothar Wieler, del Instituto Robert Koch.

Ni siquiera Corea del Sur, que ha sido el ejemplo de nación que realiza pruebas por decenas o cientos de miles, tiene tanta capacidad como Alemania.

Desde luego, en ese país no cantan victoria y se preparan para que las cosas se compliquen. Es lo correcto, prepararse para lo peor siempre es adecuado. Pero, al mismo tiempo, hacen lo más inteligente: además de promover el aislamiento social y equipar hospitales, realizan pruebas y más pruebas.

En México, contra toda lógica, el jefe de la estrategia sanitaria, Hugo López-Gatell —especialista con reconocimiento global— no está de acuerdo con hacer más pruebas. Lo ha dicho en varias mañaneras:

Lo que hemos explicado repetidamente es: esta prueba no es una prueba para uso clínico, una persona que tenga los síntomas, que tenga la enfermedad, no sirve de nada saber si es positivo o negativo.
¿Por qué razón?
Porque la atención médica de una persona con COVID, la enfermedad que produce el nuevo coronavirus es exactamente igual se sepa que tiene o que no tiene el virus, porque no existe en el mundo entero y muy probablemente no existirá a lo largo de la epidemia un tratamiento específico, un medicamento que aniquile al virus.
Hugo López-Gatell, jefe de la estrategia contra el coronavirus

Nadie duda de la capacidad académica del doctor López-Gatell, pero en el tema de las pruebas lo suyo parece necedad. Ayer dijo que ya dos hospitales privados aprobaron los requisitos para realizar las pruebas que detectan el coronavirus, Centro Médico ABC y Hospital Ángeles, y regañó a dos laboratorios que saben hacer con calidad su trabajo —Biomédica y El Chopo— y que con toda razón se habían quejado de que el gobierno no les permite realizar las pruebas.

Los gobiernos estorban muchas veces: esta es una de ellas. No hay duda.

No se trata de pruebas excesivamente sofisticadas, cualquiera lo sabe, pero si lo fueran los mencionados y otros laboratorios y hospitales mexicanos privados podrían realizarlas sin problemas: expertos y equipos les sobran para eso y mucho más.

En Monterrey existen centros de salud privados de excelencia, como los hospitales San José —del Tecnológico de Monterrey, que tiene una de las facultades de medicina más exigentes del país— , Muguerza y Zambrano Hellion. ¿No pueden realizar la prueba, algo que para sus técnicos resultaría sencillo? ¿El doctor López-Gatell, chilango, olvidó mencionarlos porque no sabe que existe todo un país más allá de la Ciudad de México? Hay que ver hacia afuera del vecindario, señor doctor, no vale la pena el provincianismo. Porque en Guadalajara también hay grandes hospitales y laboratorios privados, lo mismo que en Puebla, en Tijuana, Mérida, Torreón, etcétera.

Como han dicho algunas personas con sentido común, si el problema es controlar el número de casos y los precios de las pruebas, que se apliquen la Secretaría de Salud y la Profeco. Pero que ya dejen a la gente buscar por sí misma si está infectada o no. Para que cada quien, con el diagnóstico en la mano, se aísle, busque al médico, consiga medicamentos, oxigeno o lo que necesite para curarse.

El que pueda hacerlo por su cuenta, que lo haga: hasta se ayuda a un sector salud que debe sobre todo atender a la gente más necesitada.

Es mala idea en estos casos esperar a que a los burócratas se les pegue la gana determinar quién sí tiene capacidad analítica y quién no. ¡Se sienten dioses! A algunos funcionarios de estilo modesto de vida, pero que se sienten los únicos sabios, cabría aplicarles aquello que dice el presidente AMLO a cada rato: “fantoches”.

Ya no debe pasar que se muera un sospechoso no confirmado de coronavirus y nuestro sistema de salud no sepa si debe sumarlo o no a la estadística porque no se le hizo la prueba confirmatoria a tiempo. Sé que López-Gatell no quiere ocultar información, pero su terquedad en el tema de las pruebas no ayuda a nadie.

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