Chiapas

AMLO da la bienvenida a la ingobernabilidad

“La mayoría de la gente se engaña mediante una doble creencia errónea: cree en el eterno recuerdo (de la gente, de las cosas, de los actos, de las naciones) y en la posibilidad de reparación (de los actos, de los errores, de los pecados, de las injusticias). Ambas creencias son falsas. La realidad es precisamente al contrario: todo será olvidado y nada será reparado. El papel de la reparación (de la venganza y del perdón) lo lleva a cabo el olvido.”

MILAN KUNDERA

“Si a mi un encuestador me preguntara que cual es el mayor problema que enfrenta Costa Rica, yo diria que es la ingobernabilidad.”

ÓSCAR ARIAS

Intencionalmente o no, el proceso de sucesión adelantado ha ocultado —o al menos minimizado— los problemas de la nación, siendo uno de ellos la ingobernabilidad en algunas partes del país. Y es que siempre es más divertido y esperanzador escuchar a los que quieren “llegar” y no tanto a los que están o van de salida. Atender a los que “ahora sí” nos sacarán adelante; los que supuestamente terminarán de fraguar la 4t y acabarán con la violencia.

Sin embargo, esa terca realidad, la que no obedece a los “otros datos”, nos receta un país en llamas (con mayor ahínco estos pasados meses, semanas y días). Unas cuantas jornadas en las que el país ha sufrido coches bomba donde fallecieron policías, un periodista asesinado y otro desaparecido, el incendio provocado en un mercado matando a nueve personas, una alcaldesa departiendo con el narco, una patrulla que explotó y, por qué no, autopistas bloqueadas.

¿Le seguimos? Enfrentamientos en los Altos en Jalisco, ataques a fiestas con muertos en San Luis Potosí, Chiapas en ebullición.

Pero Guerrero se lleva el “sobresaliente”. Partiendo de la polémica reunión de la alcaldesa de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández, con Los Ardillos, pasando por los ataques al transporte público, los bloqueos a la Autopista del Sol, el robo de un vehículo de alto impacto “Rhino” a las fuerzas del orden, el asesinato de tres taxistas, terminando por la perspectiva de que solo está empezando el horror.

La gobernadora Evelyn Salgado compartió en sus redes que estaba instalada una mesa de diálogo y que se había logrado la normalización de la situación en la entidad. Eso es falso. Su estado no puede contar ni siquiera con la actuación adecuada y en suficiencia de las fuerzas del orden.

AMLO, quien presume de conocer la historia de México, debiera recordar que Guerrero es un pueblo muy bravo y que ahí han comenzado terribles revueltas de impacto nacional.

No es nada bueno lo que estamos atestiguando.

Con la detención de dos líderes criminales de la antes mencionada banda delictiva, la furia del crimen organizado se soltó. Los Ardillos, en represalia, detuvieron a 13 funcionarios del gobierno estatal, movilizaron a más de tres mil personas, forzaron su entrada al Palacio de Gobierno.

Llamativa fue la ausencia tanto de la gobernadora Evelyn Salgado “La Torita”, como de su padre, el senador Félix Salgado. La Cuarta Transformación presume ser el régimen de las mujeres pero, cuando se les requiere, no actúan.

En el colmo del paroxismo, la cabeza del poder Ejecutivo federal, que debiera buscar la manera de salvaguardar el Estado de derecho y proteger a la población, les dijo a los habitantes de Chilpancingo que dejaran a los criminales solos (vaya, que no les hicieran caso). Valdría la pena saber si podrán hacerlo sin que les incendien sus viviendas o los maten, porque lo que no se da cuenta López Obrador es que precisamente para ignorar a estos grupos criminales se requiere la certeza de la protección gubernamental. Nadie, ni municipio ni estado ni federación garantizan eso.

Para mostrar el nivel de violencia surrealista que atraviesa el país, la alcaldesa de Chilpancingo le dijo al líder del grupo criminal que el gobierno federal no la toma en cuenta en la estrategia de seguridad del país.

Por su parte, Adán Augusto, exsecretario de Gobernación —y quien quien estuvo encargado de la política interna del país—, dentro de lo que son sus actividades de gira corcholatera, prefirió cancelar su visita a Chilpancingo y guardar silencio sobre la nula actuación de la alcaldesa o de la gobernadora.

Existe una carta-amenaza (al momento nadie ha negado su existencia o su autenticidad) redactada por Cártel del Sur junto con Los Rojos dirigida a la gobernadora Evelyn Salgado, donde le recuerdan lo que ella había pactado y lo que iría a suceder si no cumple los acuerdos. ¿Los mismos Rojos que tuvieron que ver con la desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa? Terrible.

Para minimizar todos los acontecimientos antes narrados, La Jornada, periódico cuasi oficial de la 4t, llamó “revuelta” a lo que ocurre en tierra guerrerense. Presenta como natural que una alcaldesa se reúna a desayunar con capos del narco, haciendo tiempo para despotricar en contra de los “ineptos” de los gobiernos estatal y federal, así como la fallida estrategia contra la inseguridad. La escena, además de surrealista, muestra que la “autoridad” busca el poder del narco para quejarse… Chilpancingo es una bomba de tiempo.

Algunos aducen que se provocan acciones desestabilizadoras, tal como se ha hecho en Venezuela, para echar mano de las Fuerzas Armadas y asegurar la continuidad del ejército en las calles a “petición” de la población. Hay quienes ven un pueblo enardecido, olvidado por sus gobernantes, protegiéndose de unos delincuentes mientras se apoyan en otros. Unos más ven la herencia de los abrazos y la imposición de incondicionales como gobernantes. Y no falta el miope que diga que todo esto es culpa de la oposición y tiene por intención golpear a los gobiernos cuatroteístas.

Cualquiera sea la lectura, el común denominador es evidente: el país sufre de una ingobernabilidad que no quiere reconocer la autoridad. Guerrero es una muestra de ello. “El tigre” está suelto y anda hambriento.

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