Política y gobierno

AMLO y el poder del pueblo

Al nuevo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) le gusta rodearse de fotografías de sus héroes históricos. Pero en un video que publicó el 30 de octubre, contó con un nuevo accesorio. En una mesa junto a él destacaba un libro llamado ¿Quién está a cargo aquí?

 El político claramente quería enviar el mensaje de que solo responde al pueblo, no a los mercados financieros o a los inversionistas que se tambalearon al abandonar el proyecto del nuevo aeropuerto. 

La decisión se produjo después de una consulta popular que organizó el nuevo gobierno. Pero el subtexto del escenario fue: “Yo soy”.

 Fue la primera muestra de la democracia participativa que AMLO prometió en campaña. Pero tenía tiempo, que se oponía al proyecto.

Los inversionistas quedaron horrorizados a pesar de las promesas de pagar en su totalidad las obligaciones financieras. “Hay un cambio en el país. Tenemos que dejar que la gente sepa que ahora hay otro México”, dijo López Obrador. “No voy a ser solo decorativo”.

Un gran poder concentrado

 El sábado pasado, Andrés Manuel López Obrador asumió el poder en México, con la oportunidad de centralizar una gran cantidad de poder bajo su mando durante el sexenio. El presidente controla las dos cámaras del Congreso y puede poner su sello de manera inmediata en el Banco de México (Banxico), donde surgieron dos lugares en la junta de Gobierno.

 Los mercados financieros podrían ser su sacrificio inaugural, con el tipo de cambio, las acciones y los rendimientos de los bonos todavía se recuperan para llegar a los niveles que tenían antes de la consulta sobre el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM).

En este momento, el peso está en su punto más débil en varios meses; el mercado financiero se contrajo y los rendimientos de los bonos a 10 años se encuentran en su nivel más alto desde 2010. 

López Obrador desestimó la consternación de los mercados y dijo a los inversionistas que las consultas populares llegaron para quedarse. “Imaginen al estado mexicano… subyugado por los mercados financieros”, dijo a los medios, mientras confirmaba que abandonaría el proyecto del aeropuerto diseñado por Norman Foster.

 “¿Quién está a cargo? ¿No son los ciudadanos? ¿No es la democracia?”, preguntó. “Esto es lo que estamos cambiando”, dijo AMLO. El poder político sin obstáculos en un país con instituciones débiles y una gran popularidad convencieron a AMLO de que los mercados también deberían estar sujetos a su voluntad.

2,200 mdd
de bonos del gobierno fueron eliminados por los inversionistas extranjeros en octubre.

La cruda realidad 

La luna de miel se detuvo incluso antes de que comenzara su mandato. Los empresarios y los inversionistas, al principio, se tragaron los temores de que AMLO representaría un boleto de ida al 1970, del poder centralizado, o una pendiente hacia la ruina al estilo venezolano.

A pesar de la insistencia de AMLO, similar a la de Donald Trump, de poner primero las preocupaciones nacionalistas, los inversionistas se sintieron cómodos con sus promesas de prudencia fiscal, esperando que abandonara algunas de sus propuestas más populares.

 El nombramiento de Alfonso Romo, el jefe de gabinete, y la presencia de Carlos Urzúa en la Secretaría de Hacienda, los tranquilizaron. Incluso aplaudieron las promesas de erradicar y pacificar un país, donde la tasa de homicidios subió a niveles históricos en el gobierno de Enrique Peña Nieto.

Se estableció el nuevo acuerdo del TLCAN —hoy T-MEC— con Estados Unidos (EU) y Canadá, y con una economía en expansión, el gobierno parecía estar bien establecido En su lugar, AMLO se arrinconó al prometer que no aumentará la deuda y que recortará los impuestos en la frontera con EU, lo que impulsará el crecimiento y la creación de empleos. 

“¿Dónde conseguirá el dinero para los proyectos?”, pregunta un exfuncionario. “En el peor escenario, podría obligar a los fondos de pensiones a invertir en proyectos estatales, ese es el peligro y sería un desastre”, agrega. Según Banxico, los inversionistas extranjeros eliminaron 2,200 mdd de bonos del gobierno en octubre, y los gestores de fondos reportaron más ventas masivas desde la decisión del aeropuerto en Texcoco. 

Las presiones se multiplican: El T-MEC enfrenta un camino difícil en el Congreso de EU, y aunque el petróleo solo representa 17% de los ingresos del presupuesto de México, la caída de los precios le dará al nuevo gobierno menos margen fiscal para maniobrar.

 La preocupación del mercado se acentuó cuando el senador de Morena, Ricardo Monreal, presentó el proyecto de ley para eliminar las comisiones bancarias que provocó el desplome de las acciones de los bancos.

Los grandes riesgos 

Luego de las dos consultas realizadas, el presidente anunció en primicia en el programa con Asucena Uresti en Milenio que la tercera será el 21 de marzo, para la aprobación de la consolidación de las fuerzas policiales en una nueva guardia nacional, bajo el control militar.

 “No es que el nuevo gobierno no entienda los mercados”, dice Valeria Moy, CEO de México ¿Cómo Vamos ? “Pero no le importa”. López Obrador quiere dar una lección a los mercados, pero él mismo se enfrenta a una prueba decisiva: el 15 de diciembre, su gobierno debe presentar el presupuesto 2019. 

Prometió hacer recortes para reasignar recursos a dos programas sociales emblemáticos, becas para los jóvenes y pensiones para las personas mayores. Pero los riesgos van en aumento: la calificadora Fitch puso a México en un panorama negativo después de la decisión del aeropuerto.

 El analista de riesgo de Moody’s, Jaime Reusche, dice que la consulta fue una “señal negativa para las inversiones a largo plazo en el país, lo que podría desalentar la inversión en el mediano plazo y desacelerar el crecimiento económico”. AMLO mantiene que su gobierno no gastará de más. “Pero qué tan creíbles son los objetivos de ahorro”, pregunta Luis Arcentales, codirector de economía para LATAM de Morgan Stanley.

​El nuevo presidente prometió un superávit primario de 1% del Producto Interno Bruto (PIB) para el próximo año, así como no tener una nueva deuda ni aumentos en los impuestos o los precios de la gasolina. Es una tarea difícil, dice Arcentales.

 “Si utilizamos supuestos para el peso, los precios del petróleo y la producción de crudo, no podemos llegar a esa cifra de superávit, asumiendo que mantenga el endeudamiento en 2019, que en 2018 fue de 2.5% del PIB”. Su creencia de que puede haber un déficit fiscal hasta de 1% del PIB, podría tensar aún más la confianza de los mercados. 

El Dato.
17%
de los ingresos del presupuesto representa el petróleo en México.

AMLO tal vez no busca complacerlos, pero tampoco está en una misión suicida. El nombramiento del economista Jonathan Heath para ocupar un asiento en la Junta de Gobierno de Banxico, también fue bien recibido. Y demuestra su compromiso con la independencia del banco central, al nombrar al economista Gerardo Esquivel para ocupar la otra vacante. No obstante, el nombramiento de un consejo asesor de empresarios, tal vez llegó demasiado tarde para reparar la confianza de los inversores.

 “Si el presupuesto no está firmemente anclado, es posible que su credibilidad no dure mucho”, dice un economista cercano a AMLO. Palacio Nacional será la nueva oficina del presidente. Está construido en lo que era el palacio de Moctezuma. “Con tanto poder legítimo a su disposición, ¿por qué recurrir a consultas y decir que la gente habló? Puede pasar por alto las instituciones e imponer lo que quiera”, dice Walter Molano de BCP Securities.

 AMLO dice que la gente puso su destino en sus manos: planea un referendo de revocación de mandato en 2021. Pero podrían ser los tres años más difíciles.

Source

http://www.milenio.com/negocios/amlo-y-el-poder-del-pueblo

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