Arte navideño en las iglesias rurales | Noticias El Día de Soria

Las iglesias de nuestros pueblos, ahora semivacías de fieles, atesoran unas obras de arte que, a veces, pasan desapercibidas para sus habitantes por la fuerza de la costumbre de verlas habitualmente desde antaño. En este periodo navideño en el que proliferan felicitaciones acompañadas con reproducciones de pinturas de artistas famosos cuyos cuadros cuelgan de las paredes de las más importantes pinacotecas del mundo, merece la pena echar un vistazo a nuestras humildes iglesias donde, a buen seguro, descubriremos pinturas o detalles escultóricos alusivos al acontecimiento de la Navidad que estamos celebrando estos días y cuya riqueza artística es digna de su puesta en valor para el conocimiento general.

A modo de ejemplo me permito citar dos templos de mi zona de las Vicarías: Se trata de la iglesia gótica del siglo XV de Ntra. Señora de la Muela de Monteagudo de las Vicarías y la parroquia de Ntra. Señora del Mercado de Serón de Nágima. El retablo del altar mayor de la Iglesia de Monteagudo de estilo neoclásico es todo un conjunto artístico de primer orden. Está formado por varios cuadros esculpidos en bajo-relieve entre los que destacan por su belleza y dinamismo dos que representan, respectivamente, el Nacimiento de Cristo y la Adoración de los Magos.

En el caso de la iglesia de Serón nos hemos fijado en uno de los altares de la capilla lateral que alberga la imagen de la Patrona la Virgen de la Vega. Los dos cuadros a ambos lados de la Virgen representan las mismas escenas bíblicas del Nacimiento y los Reyes Magos, solo que en este caso son dos pinturas sobre tabla. Este altar estuvo ubicado antaño en la ermita situada a unos dos kilómetros del pueblo. La ermita fue objeto de robos y expolios en diversas ocasiones por lo que se tomó la decisión de trasladar definitivamente la imagen gótica de la patrona desde la ermita a la parroquia, junto con el altar en el que hoy en día se expone en una capilla lateral de la iglesia de Serón. Estamos ante un altar cuya antigüedad se aproxima a los tres siglos y con unos cuidados de conservación nulos. Aun así, llama la atención la maestría del pintor que plasmó las pinturas sobre tabla.

Desde estas líneas invito a los vecinos de los pueblos a que escudriñen en los detalles de los altares de sus iglesias y ermitas y, a buen seguro, encontrarán obras de arte dignas de ser tomadas en consideración. Esta época de pandemia que obliga a las separaciones y distanciamientos entre personas puede ser adecuada para admirar y valorar en solitario nuestro patrimonio artístico rural y sentir el sano orgullo por el valioso legado de nuestros antepasados.

 José Antonio Alonso

 Serón de Nágima