Celebrar el fracaso

“Por el bien de todos, primero los pobres” es una frase que Andrés Manuel López Obrador plagió de la campaña de Enrique González Pedrero para gobernador de Tabasco en 1983.

Sobre todo, es una frase, un buen eslogan. Una frase falsa, pero llamativa. Presumió el presidente en su quinto Informe de Gobierno que más de cinco millones de mexicanos habían salido de la pobreza, pero en el decil más bajo, el de la pobreza extrema, según Luis de la Calle, “la ausencia de éxito en la disminución de la pobreza se dio en los grupos más marginados, en aquellos que mayores dificultades tienen de participar en la economía moderna” (“México, clasemediero y aspiracionista”, Letras Libres 22.Ago.23). Fracasó este gobierno en sacar a los más pobres, que en México son los indígenas, de su condición de pobreza. Tanta retórica gastada en los pueblos originarios para terminar el sexenio con un fracaso en el combate contra la pobreza.

Para López Obrador, la pobreza “no es un asunto personal, es un asunto de estrategia política”. Afirmó el presidente: “ayudando a los pobres uno va a la segura, porque ya se sabe que cuando se necesite defender la transformación se cuenta con ellos” (La Jornada, 4.Ene.23).

Si consideramos la atención a los más pobres como estrategia política, el fracaso de ésta es notable porque no mejoró la condición de aquellos que viven en la mayor marginación. Llamativamente: el acceso a los programas sociales es sensiblemente menor entre la población que vive en extrema pobreza. Por el bien de Morena, el voto de los pobres. “Desarrollo con justicia”, siempre y cuando el presidente determine qué es justicia. La economía moral se resume en el control político de la economía con el objetivo de alcanzar una mayor concentración de poder.

La propaganda oficial afirma que se debe celebrar el éxito de la política económica. Una frase vacía. Para mí el humanismo mexicano son los más de 800 mil muertos debido a la implantación de una pésima estrategia de combate al Covid; el humanismo mexicano son los 50.4 millones de mexicanos que no cuentan con servicios de salud. Gracias al humanismo de nuestro presidente, la expectativa de vida bajo su gobierno pasó de 74 a 71 años.

Más que la fortaleza del peso y el aumento de los salarios mínimos, la disminución de la expectativa de vida de los mexicanos exhibe con crudeza el fracaso del modelo económico que aplicó el presidente.

Tras la lectura detenida del quinto Informe no encontré algunos elementos que podrían servir para comprender en qué consiste —si no en el combate contra la pobreza extrema— la economía de la transformación, la economía moral, que son los siguientes:

Los millonarios mexicanos de antes ahora son más millonarios, y han surgido nuevos millonarios al amparo del poder, como Lomelí el farmacéutico jalisciense; el dueño del grupo Vidanta; los amigos de los hijos del presidente; etcétera. Capitalismo de compadres.

El análisis de la encuesta del Coneval que hizo Luis de la Calle demuestra que el aumento en el ingreso de los mexicanos creció: sólo el 16 por ciento se debió a los programas sociales, 6.0 por ciento a las remesas y el resto gracias a la fuerza laboral mexicana, liderada por los grandes, medianos y pequeños empresarios. Pero en el quinto Informe no se agradece el esfuerzo de los empresarios, ni se les menciona.

La economía moral ha favorecido a los militares. Para alejar el fantasma de golpe de Estado militar que comenzó a sondearse luego de la liberación de Ovidio Guzmán, se procedió a maicearlos. Se favoreció a 13 militares de alto rango para reconstruir el AIFA, se les depositaron cifras millonarias en sus cuentas personales; desde esas cuentas los militares contrataban y pagaban discrecionalmente. El gobierno decidió reservar por cinco años esta información “por seguridad nacional”. A la cúpula militar se le encargaron las obras emblemáticas —para enriquecerla y volverla cómplice—, se le otorgaron las aduanas, los puertos, ahora los aeropuertos y una línea de avión.

En mayo de 2019 se declaró desierta la convocatoria para presentar los proyectos de construcción de Dos Bocas. A las cuatro empresas extranjeras que presentaron sus opciones —por superar éstas los 8 mil millones de dólares y los tres años de construcción que solicitó el gobierno— se les informó que estaban muy arriba de lo que en costo y tiempo quería López Obrador. El gobierno se haría cargo de la construcción. Hasta la fecha se han gastado 17 mil millones de dólares y lleva más de cuatro años sin poder producir una sola gota de gasolina. Corrupción e ineficacia, los dos sellos distintivos de la cuatro té.

A la economía sostenida con el intercambio comercial con Estados Unidos y con las remesas que nos llegan de allá (10 por ciento de las cuales provienen del narcotráfico), a la economía que ha disminuido la expectativa de vida de los mexicanos, le llama la propaganda presidencial “economía moral”. Forma parte del “humanismo mexicano” que, si nos atenemos a los hechos, consiste en no hacer nada por los más pobres y reducir el número de años de vida de los mexicanos.

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