Ciudad de México

Christmas Home Alone in CdMx

Son las cuatro de la mañana y siento que me falta el aire. ¿Será que es un síntoma de Covid? No quiero ser una cifra más de quienes han fallecido en esta pandemia.

Mi respiración es profunda, constante pero no suficiente, el oxímetro indica 93 de Sp02 y 73 de PRbpm. Estoy bien supongo, pero no puedo dormir. Puede ser la altura.

Llegamos a la Ciudad de México para pasar las Christmas hace una semana, pero el reciente cambio a semáforo rojo vino a estropear los planes de reunirnos en familia. No podremos ver a los cuñados y sobrinos.

Mientras la Rosa María muere por tener la cena con sus hermanos y sobrinos, las reglas cambiaron, nadie quiere contagiarse de Covid, a pesar de las sugerencias de la sana distancia, uso de gel antibacterial y hasta de cubrebocas. Esto sí que duele.

Se pone sensible y no puede evitar llorar un poco ante la impotencia de la situation, esta Navidad del 2020 nos vino a poner en la máuser a todos.

“Es mejor guardarnos y estar sanos en este año, que ya habrá muchos para celebrar”, alguien dice por ahí y pos ni modo. Sabio consejo.

Tampoco podremos ver en la Nochebuena a Didier, su hijo, porque trabaja todo el día en la border, como miles de paisanos que llenan los puentes internacionales acá en Reynosaville.

Estábamos a punto de visitar los malls de acá, para presumir mis pijamas de Bob Esponja, como lo hace la raza acá cuando va por un café Andatti del Oxxo, pero ya no se pudo.

No podremos visitar el Zócalo, el Templo Mayor, la Basílica de Guadalupe, Perisur, Oasis Coyoacán, Antara, caminar por las tiendas nice de Polanco, si acaso podré comprar un esquite a escondidas, una bolsita de semillitas de girasol o un camote delicioso de los vendedores que pasan por ahí.

Si no se prepararon con los regalitos de estos días, tendrán que ir a Soriana o a La Comer a comprar a la carrera para preparar lo que se pueda, como cuando jui a City Market, una super tienda nice de acá que te piden contestar una encuesta on line por medio de un código QR con preguntas sobre tu contacto con el mentado Coronavirus.

Seguramente la gente honesta contestará que sí tiene Covid, pero que de todas maneras quiere ir a comprar unos panes con arándaros o un plato de romeritos para la cena.

No abundaré en esta ocasión de los villancicos con memes sobre el encierramiento, pero si quieren entretenerse busquen por YouTube, como no hay nada que hacer en esta temporada decembrina, miles de brodys quieren ser tendencia y verse muy novedosos, tratando de ocultar su depresión navideña.

Pero bueno para mis tres lectores les daré el gusto y con la música de Luis Aguilé, ahí les va, pero tendrán que cambiar algunas líneas:

“Tú que esta noche no puedes, dejar de recordar
quiero que sepas que aquí en mi mesa para ti no (no, no, no) tengo un lugar
por eso y muchas cosas más
no vengas a mi casa esta Navidad,
por eso y muchas cosas más:

quédate en tu casa, sí en tu casa, esta Navidad”.

Ya lo de la Susana Distancia y lo del cubrebocas y el gel antibacterial ya se los han retachado, ya estarán hartos de que se lo digan: a cuidarse que nada les cuesta primos: Feliz Navidad, que lo del encierramiento no será eterno.

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