Política y gobierno

De buenas intenciones está hecho el…

La decisión del Pueblo mexicano en las elecciones de julio pasado tendrán consecuencias, pero ojalá sean las que compró para votar por el cambio, porque otra decepción podría dañar, para siempre, la esperanza de millones. No soy de los esperanzados, pero sí participo de quienes otorgan el beneficio de la duda a quienes se ve y se siente bien intencionados.

La historia del país avala el rencor social, la decisión de agarrarse de lo que fuera para deshacerse de los políticos del sistema establecido, la opción de creer en AMLO, todo junto resultó en un tsunami político que dejó fuera a los partidos tradicionales para empoderar a un Movimiento con sólo 4 años de vida, encabezado por un político viejo, fiel representante pero renegado del sistema, primero ganó el derecho de participar como candidato y, con él, la jefatura de gobierno del DF, luego enfrentó un juicio político que lo puso al nivel jamás soñado para participar en 3 elecciones a la presidencia, capitalizando toda desilusión social hasta quedarse con ella.

No importó hablar de acuerdo a lo que cada quien quería oír, igual decía acá una cosa y allá otra, nadie comparó nada, los pleitos entre las tribus que lo siguen tampoco desalentaron a nadie, la suma de todos, incluidos fieles representantes de lo más odiado tampoco fueron objeto de rechazo, los encontronazos entre sus propios representantes y aliados pasaron por encima de toda lógica. Al final nada restó ni dividió, ganó como nadie lo hizo jamás.

El asunto es que el ofrecimiento es de tal envergadura que no cabe ni en el sexenio ni en el presupuesto. Por una parte no subirán los impuestos, más bien irán a la baja, con ejemplos como los anunciados en la frontera Norte y lo que podría ser la zona libre del istmo de Tehuantepec, 30 mil millones para Oaxaca, 110 mil para jóvenes aprendices y estudiantes, 10 mil para una refinería, 10 mil para damnificados del 16 de septiembre, miles para el tren maya, miles para duplicar la pensión universal, seguidos de un largo etcétera.

El primer ofrecimiento, el más y mejor vendido, fue terminar con la corrupción, seguido de la impunidad y la inseguridad, una utopía creer que a partir del primero de diciembre ya no conviviremos con ese flagelo, ni los demás, iniciando cuando con su sólo ejemplo, los demás deberán seguirlo. Los cambios en las leyes para que el peculado, los delitos electorales, entre otros, sean delitos graves, las correcciones en el camino de transición sobre casi todos los temas bandera de la campaña, como señales de humildad para corregir o de ignorancia y mentira, de ahora o de antes, no importa, el tema es seguir con el dulce a los oídos según la audiencia.

En Tabasco, ya en la gira de agradecimiento dijo, el día 8 del mes que terminó ayer que la Reforma Energética fue un engaño y un tema de corrupción, pero ayer ante un importante grupo de empresarios petroleros dijo que “no se trata de culpar a nadie, o decir que fracasó la Reforma Energética. Agregó, no vamos a generar esas polémicas, esos debates. Se trata de ver hacia adelante y rescatar, fortalecer la industria petrolera y eléctrica nacional”. Éste entre otros temas, porque el de la Reforma Educativa parece ser el único que caerá de todas las reformas peñanietistas, dejando los demás en el anecdotario vacío.

Mientras esperamos el inicio de una nueva era, los que están por irse arreglan lo más que pueden de sus pendientes, entre ellos el caso Duarte, el de Veracruz, el de ‘La Coneja’, de Chihuahua, ambos con apariencia de triunfo contra la corrupción, pero el primero resuelto en un juicio abreviado ridículo, el segundo mal llevado y peor resuelto mediante interferencia y enfrentamiento entre poderes. Padrés y Borges sueñan con algo similar, lo cual dependerá de cuáles cartas tengan debajo de la manga, porque si no las tienen no habrá oportunidad de negociar. Duarte el de Chihuahua, quien mejores fortalezas posee frente a las cabezas del sexenio que termina, sigue libre, pero supuestamente perseguido, habrá que tener paciencia, dos meses, para darnos cuenta de si le alcanzan para una salida, ni modo que nos puedan sorprender.

Es lo único que queda en la mente y en el corazón de muchos mexicanos, a los que no les importa que suelten a unos, dejen arreglada la salida de otros, que echen borrón y cuenta nueva en los casos pendientes, que los dejen ir impunes, porque lo único que quieren es comenzar de nuevo, si puede decirse así cuando AMLO entre a Palacio para empezar a gobernar, después lo hará para vivir en un rinconcito pequeño sin causar molestias, aunque será hasta que ‘el Benjamín’ termine la primaria.

Los futuros estudiantes y aprendices están ansiosos de recibir el primer depósito, los que tienen la pensión universal ver duplicado ese depósito, los extorsionados en las aduanas cada día de Dios decidirán pagar impuestos y los vistas, jefes y comandantes, dejar la corruptela, seguidos de un país ávido de cambios. ¿Usted también está listo para su parte? ¿O se ríe, como muchos?

Pd.- Dios es muy grande, tan grande que nos sentó a su diestra, al tiempo que su hijo vive en cada uno, pero sin nuestra parte, de nada sirve ante el libre albedrío que no cede, como nuestro amor por la carne y las cosas de este mundo.

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http://eldiariodechihuahua.mx/Opinion/2018/10/01/de-buenas-intenciones-esta-hecho-el/

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