El amor infinito y el Big Data en el mundo del deporte

Cuando definimos el amor que sentimos por un hijo, no utilizamos modelos cuantificables, métricas finitas ni valores exactos. De nuestro interior emanan sentimientos como el cariño, dulzura, afecto, acompañamiento, predilección…, todos ellos atributos que nos inducen a que ese amor es infinito.

El análisis masivo de datos tiene como objetivo descubrir tendencias en base a la descripción de realidades, la inferencia de pronósticos o la detección de patrones que se repiten, permitiendo a los técnicos tomar decisiones con el fin de alcanzar un objetivo determinado.

Los análisis big data se han convertido en ventajas competitivas en las diferentes manifestaciones de la actividad físico-deportiva. 

En el caso de los gestores deportivos podemos dar respuesta a cuáles son los periodos de máxima ocupación de los centros, que bono es el más vendido en cada periodo anual, o cuál es la relación de actividades que produce mayor satisfacción entre nuestros usuarios-prosumidores.

Del mismo modo, conocemos cómo fluctúa la facturación mensualmente, examinando factores condicionantes que influyen sobre la misma: acciones de marketing, altas, bajas, monitores, seguridad e higiene, etc.

En el caso de la alta competición se ha visto beneficiado el rendimiento mediante el uso de herramientas de alto valor tecnológico. Los mapas de calor mediante geolocalización asociados a comportamientos tácticos permiten a los entrenadores generar múltiples variantes en sus planes de partido optimizando la productividad de sus equipos. Dichos recursos permiten conocer en deportes individuales que probabilidades de lesiones tiene un deportista ante una carga de trabajo o cual es la estrategia preferente de un director deportivo durante una vuelta ciclista.

En el ámbito de la salud el análisis masivo de datos nos permite conocer los efectos de un tratamiento-programa de ejercicio físico sobre determinadas patologías o disfunciones ayudándonos de este modo a seleccionar la metodología mas eficientes o

las cadenas cinéticas preponderantes por cada ejercicio, también con los dispositivos inteligentes somos capaces de asignar a cada sesión gastos calóricos promedios en función de la intensidad de ejecución valorada con escalas de borg.

La llegada de este tipo de análisis a los eventos deportivos nos lleva a conceptos como “smart stadium”, estadios de presente y futuro, donde espectadores disfrutarán de repeticiones de jugadas, métricas de jugadores, comida en sus propias butacas desde la app de su equipo…, pero también de la evolución de los eventos participativos donde se podrá reservar plaza de parking, conocer que vestuarios y duchas están disponibles o vivir la experiencia de saber cual es tu posición competitiva en directo.

Finalmente, las sesiones de Educación Física tampoco quedarán al margen de estos nuevos procedimientos, para la valoración de aspectos condicionales y coordinativos.  En la detección de talentos asociados a una práctica deportivo o para mejorar aspectos funcionales y metabólicos en nuestros escolares.

La red de Homo connectus del deporte debemos aprender a interpretar miles de datos, a gestionarlos mediante nuevas técnicas o a tomar decisiones basadas en información veraz y dinámica. 

Y no dudes Carla, mi big data personal siempre da el mismo resultado, amor infinito.