El peor crecimiento sexenal desde MMH – El Financiero

Esta semana, el Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero, que preside el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, actualizó su balance de riesgos y analizó los retos que se enfrentan en la coyuntura actual.

Sobre los factores internos, advirtió que persiste el riesgo de una debilidad mayor en el consumo e inversión internos.

También alertó de potenciales afectaciones en las calificaciones crediticias soberana y de Pemex, “si bien esto último se ha mitigado ante medidas para mejorar la recaudación tributaria y los mayores precios del petróleo”.

En la misma semana, la agencia Moody’s dijo que ve poco probable una mejora en la calificación crediticia de México en un futuro cercano y apuntó que la necesidad de apoyo recurrente y sustancial a Pemex está erosionando la fortaleza fiscal del país.

A eso se agregan otros retos como una menor inversión y perspectivas de crecimiento económico limitado, en un entorno de debilitamiento del marco institucional.

De acuerdo con la agencia, los indicios de que el crecimiento económico a mediano plazo probablemente se estabilice en un nivel inferior a 2 por ciento, ejercerán una presión a la baja sobre la calificación de México.

Moody’s califica a México en Baa1, pero con perspectiva negativa desde abril de 2020. Tendría que haber tres revisiones a la baja para que la calificación soberana perdiera su grado de inversión en la escala de esta agencia.

Aun así, la calificación soberana se encuentra sujeta a riesgos, entre los que destacan los provenientes por la vía de Pemex, que ciertamente pueden considerarse más acotados.

Durante las primeras semanas de marzo, el secretario de Hacienda realizó una gira a Nueva York y Londres para reunirse con representantes de bancos y fondos de inversión, agencias calificadoras y organizaciones no gubernamentales, entre otros.

En la gran manzana y el sector financiero británico, Ramírez de la O se encontró con preocupaciones sobre el crecimiento de México, pero también con el reconocimiento al gobierno por su compromiso con la responsabilidad fiscal, como pilar de la estabilidad económica.

Desde la perspectiva del secretario de Hacienda, la salud de las finanzas públicas, con un manejo prudente de la deuda, contribuirá a posicionar al país como un lugar estratégico para recibir más inversiones.

Es obvio que si persisten niveles bajos de inversión, el crecimiento de la economía mexicana en el mediano plazo se mantendrá en torno a 2 por ciento, claramente insuficiente para hacer frente a los desafíos del país.

El reto de México es romper la inercia de bajo crecimiento que ya mostraba antes de la crisis causada por la pandemia de covid-19.

En la encuesta que levanta el Banco de México entre especialistas del sector privado, publicada este viernes, las expectativas de crecimiento del PIB para 2022 disminuyeron de 2 a 1.8 por ciento entre febrero y marzo, mientras que para 2023 y 2024 se redujeron de 2.1 a 2 por ciento en cada caso.

Si se cumplieran las proyecciones de los analistas para el periodo 2022-2024, México tendría un crecimiento promedio anual en el sexenio del presidente López Obrador de sólo 0.4 por ciento, el más bajo en una generación.

La inevitable comparación es con el gobierno de Miguel de la Madrid, de 1983 a 1988, cuando el crecimiento promedio de la economía mexicana fue de 0.1 por ciento anual, según los datos sobre el PIB, con cifras originales del INEGI.

En su libro A la mitad del camino, AMLO plantea una “nueva meta de 2 por ciento anual en el sexenio”, que estaría en línea con lo que creció la economía durante el ‘periodo neoliberal’, de 1983 a 2018, del que siempre quiere marcar distancia el presidente.

Los “Pre-Criterios 2023″, documento enviado este viernes por la Secretaría de Hacienda al Congreso de la Unión, confirman que, aun con los optimistas escenarios económicos, es inviable un crecimiento de 2 por ciento promedio anual durante el sexenio.

A falta de crecimiento, durante los próximos 30 meses, que son los que restan de la administración de AMLO, las prioridades deberían estar en mantener la estabilidad económica, preservar la confianza de los inversionistas e instrumentar políticas internas que generen certidumbre para aumentar la inversión productiva.

Lamentablemente, reformas como la que se discutirá próximamente en la Cámara de Diputados en materia energética no sientan las bases para el crecimiento en los siguientes años.