El renacimiento evocador del Museo del Ferrocarril de Asturias

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Un museo del tren puede ser un lugar frío e imponente. Las máquinas sin contexto quizá no transmitan demasiado. Cuando al estudio de diseño Atipo le llegó el encargo de hacer un cartel promocional para el Museo del Ferrocarril de Asturias, los referentes comunicativos antiguos del lugar iban muy en esta línea. “Eran unas fotos oscuras y descriptivas con 4 fotos de trenes sin más”, explica Ismael González, cofundador del estudio gijonés.
El brief inicial era simplemente crear un póster que pudiera lucir en las mupis de los principales centros urbanos de la zona. Atipo aprovechó la ocasión para hacer algo más evocador a la altura de estas locomotoras grandiosas. “En vez de resumirlo en una imagen lo dividimos en siete imágenes diversas ilustradas”.
Los carteles son sencillos, coloristas y huyen del artificio. Hablan de los distintos modelos de locomotora que puedes encontrar en el museo. De sus chimeneas salen formas rectangulares y circulares en vez de humo.

Lo que empezó como un sencillo póster promocional puede que se convierta en algo más. “Estamos en conversaciones con el museo para hacer toda una línea de merchandising basado en esta imagen”, añade González. De paso, ha cosechado una portada en Behance.
“A veces cunde la idea de que un museo es algo que abres y de que la gente vendrá, pero tiene que ser algo más que eso. Es un lugar vivo en el que las máquinas todavía se mueven, en el que puedes ir con mayores en plan nostálgico para que te cuenten cómo viajaron en esos trenes en su infancia”.
Atipo ha rescatado a las locomotoras de la oscuridad y las ha devuelto a un lugar donde merecen estar: en la memoria colectiva de los asturianos.

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Un museo del tren puede ser un lugar frío e imponente. Las máquinas sin contexto quizá no transmitan demasiado. Cuando al estudio de diseño Atipo le llegó el encargo de hacer un cartel promocional para el Museo del Ferrocarril de Asturias, los referentes comunicativos antiguos del lugar iban muy en esta línea. “Eran unas fotos oscuras y descriptivas con 4 fotos de trenes sin más”, explica Ismael González, cofundador del estudio gijonés.
El brief inicial era simplemente crear un póster que pudiera lucir en las mupis de los principales centros urbanos de la zona. Atipo aprovechó la ocasión para hacer algo más evocador a la altura de estas locomotoras grandiosas. “En vez de resumirlo en una imagen lo dividimos en siete imágenes diversas ilustradas”.
Los carteles son sencillos, coloristas y huyen del artificio. Hablan de los distintos modelos de locomotora que puedes encontrar en el museo. De sus chimeneas salen formas rectangulares y circulares en vez de humo.

Lo que empezó como un sencillo póster promocional puede que se convierta en algo más. “Estamos en conversaciones con el museo para hacer toda una línea de merchandising basado en esta imagen”, añade González. De paso, ha cosechado una portada en Behance.
“A veces cunde la idea de que un museo es algo que abres y de que la gente vendrá, pero tiene que ser algo más que eso. Es un lugar vivo en el que las máquinas todavía se mueven, en el que puedes ir con mayores en plan nostálgico para que te cuenten cómo viajaron en esos trenes en su infancia”.
Atipo ha rescatado a las locomotoras de la oscuridad y las ha devuelto a un lugar donde merecen estar: en la memoria colectiva de los asturianos.

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