Nuevo León

Están saboteando el AICM – El Financiero

Ha pasado casi un año desde que inició la implementación del rediseño del espacio aéreo para el Valle de México, con la intención de favorecer a Santa Lucía.

Sin embargo, se implementó sin tener clara la operatividad que tendrá Santa Lucía y cómo se modificará con ello la operatividad del AICM.

Pareciera que, en lugar de agarrar el toro por los cuernos, lo agarramos por la cola.

A lo largo de estos meses se han documentado acercamientos entre aeronaves, que gracias a sus sistemas anticolisión y la pericia de los pilotos, se evitaron los posibles accidentes.

De hecho, el sábado y ayer, vía Twitter, les informé de los dos incidentes más recientes, que ocurrieron en el mismo día con sólo una hora de diferencia…

Los accidentes que pudieron ser…

El 13 de enero, alrededor de las 10:35 am, el vuelo 137 de Volaris se aproximaba al AICM procedente de Villahermosa, mientras que el 423 de Aeromar había despegado del AICM con destino a Zihuatanejo. Cinco minutos después, aproximadamente a las 10:40 am, ambas aeronaves se encontraron al noreste de Cuautla, entre 15 mil y 16 mil pies, acercándose más de la distancia permitida, lo que originó un incidente que requirió una instrucción de viraje al vuelo de Aeromar para evitar un mayor peligro. Ojo, los sistemas anticolisión de ambas aeronaves marcaron la alerta.

El mismo 13 de enero, aproximadamente una hora después, a las 11:57 am, en el mismo lugar se volvió a presentar otro incidente prácticamente igual. En esta ocasión se vieron involucrados el vuelo 855 de Aeroméxico Connect (en las comunicaciones piloto-controlador se identifica como Costera) procedente de Veracruz, con destino al AICM, y el 403 de Aeromar, que cubría la ruta México-Acapulco. Ambas aeronaves, en una repetición del incidente anterior, se encontraron al noreste de Cuautla, donde nuevamente fue necesario instruir al avión de Aeromar a efectuar un viraje para evitar un mayor acercamiento.

En este último incidente tengo parte del audio de las comunicaciones piloto-controlador, donde, con voz alterada, el controlador le indica al AM855: “Costera 855, ascienda de inmediato a uno siete mil pies, tiene tráfico a las 12, tres millas”. Sin embargo, Costera 855 no responde, por lo que el controlador vuelve a decir: “Ocho cinco cinco”; en ese punto el piloto de Costera responde: “855 uno siete mil”, y el controlador, con voz aún más alterada, repite: “De inmediato, tiene tráfico tres millas adelante, cruzando trayectoria uno seis mil pies”.

Este tipo de incidentes nos demuestra la falta de capacitación y conocimiento del nuevo equipo de controladores. Ojo, escribí “nuevo”, donde además estos nuevos controladores no sólo son recomendados, sino que no cuentan con conocimientos para ser controladores y mucho menos supervisores de Seneam, lo que puede ocasionar accidentes donde se pierdan vidas.

Es una irresponsabilidad, y hasta pudiera ser un delito, darle este tipo de puesto a gente que no tiene los conocimientos, y lo mismo es aceptarlos, eh. Dónde estarán mañana los responsables si un incidente se llega a convertir en accidente. Víctor Hernández, te hablan.

¿Y los responsables?

Pero todo esto parece no importarle al director de la Agencia Federal de Aviación, el comandante de la Fuerza Aérea Carlos Rodríguez, y menos aun al degradado Jimmy Pons, ahora como subse de Transporte de la SCT. Ambos serán los responsables de permitir que esta situación se siga presentando, ocasionando serias dudas sobre el manejo regulatorio y de supervisión sobre la aviación.

No olvidemos que, resultado de esa apatía y hasta desprecio por tomarse las cosas en serio, es como llegamos a que México perdiera la categoría 1 de seguridad aérea con Estados Unidos. Y que nueve meses después la SCT haya sido incapaz de recuperarla, lo que ya le ha costado cinco puntos de participación de mercado a las aerolíneas mexicanas Aeroméxico, VivaAerobús y Volaris, frente a las estadounidenses American Airlines, United, Delta, Southwest, JetBlue, Spirit y Alaska, entre otras.

Y por cierto, cómo olvidar la responsabilidad de Carlos Morán Moguel, otro funcionario degradado, ahora como director del AICM, que tiene como única responsabilidad limitar artificialmente las operaciones del aeropuerto para forzar por decreto la capacidad y empujar a que las aerolíneas muden operaciones al aeropuerto de Santa Lucía y con ello darle viabilidad al proyecto. Porque ya lo dijo la Sedena hace unos días, el Aeropuerto Felipe Ángeles, o mejor conocido como del Mamut, no será rentable para México hasta 2026, si bien nos va.

¿A poco usted cree que las aproximaciones fallidas, los tiempos de espera en calles de rodaje y plataforma de desembarque, el trato en los filtros de seguridad y los tiempos de despegue son gratuitos? ¡No sea malpensado! Seguro es obra de los conservadores, de esos neoliberales, que quieren causar desorden y descontento entre pasajeros y aerolíneas en el AICM.

Y no es por meterles más miedo, pero nunca antes habían pasado los aviones por tantas colonias de la CDMX, y lo peor del tema es que, en lugar de ponerse las pilas y entender la gravedad del asunto, están buscando quién está filtrando la información. Es más, el general Rodríguez Munguía, titular de la Agencia Federal de Aviación, ya también dijo que los aviones no chocan, sino se repelen, emulando a Rioboó. Ojalá no tengan que tapar el pozo con el niño muerto…

Por lo pronto, queda un mes para que el Aeropuerto Felipe Ángeles inicie operaciones, y como las certificaciones internacionales no son por decreto, y estamos degradados a categoría bananera por la FAA, vuelos internacionales ni aterrizarán, ni despegarán de dicho elefante… ah, no, perdón, mamut blanco.

Ah, y ya les contaré la historia Pánico en la torre de control de Toluca, protagonizada por la ahijada de… sí, acertaron, del nepotismo de Víctor Hernández, de Seneam.

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