Fue el Estado: ‘huachicol’ para todos…

En lo del huachicol ya no debe haber eso de que es el pueblo bueno y empobrecido el que hurta combustibles. No podemos seguir siendo tolerantes en este asunto porque corremos el riesgo de convertirnos en una sociedad totalmente permisiva. Una sociedad demagógica que inculca a sus niños, adolescentes y jóvenes que sí, que está bien robar gasolina para consumir una parte y vender el resto en el mercado negro.

No estudies, mijo, no te esfuerces en desarrollarte en tu profesión, yo te pongo un changarro de huachicol, sobornamos a alcaldes, policías estatales y federales, si hace falta a marinos y soldados, compramos complicidades en el sindicato petrolero y en Pemex, y ya, te compras tu troca y tus relojes y luego me mantienes de viejo, ¿va? Tú tampoco te ocupes, mija, tú llevas la contabilidad del business y nos sacas una buena contribución marginal con lo que aprendiste de finanzas en el ITAM, princhipesa, para que luego adquieras tu Alfa Romeo y tus bolsas Gucci, bebé, y luego nos vamos a Europa por tu vestido y financiamos tu boda bien fifí.

¿Adónde hemos llegado? Resulta que entre algunos políticamente correctos ahora los huachicoleros son como Robin Hood. Asumo que con todo y sus actividades paralelas, como la trata de personas, la esclavitud sexual, ¿cierto? No importa, al fin que ellos patrocinan las fiestas del pueblo, los festejos de las quinceañeras, las pachangas del Día de la Madre. Todo lo malo que hay en México es culpa del Estado, así que hay que ajusticiarlo hurtando sus combustibles. ¿Debemos tolerar y ver con buenos ojos a extorsionadores y secuestradores también, porque ellos igualmente provienen del sufrido pueblo que es sabio y guadalupano y que no tuvo más opción que delinquir para salir de la marginación?

¿En qué momento ser de izquierda y progresista supuso avalar conductas criminales? A mí no me inculcaron eso ni recuerdo haber leído semejante insensatez, pero sí veo comentaristas en las redes sociales y observo a no pocos políticos y a algunos periodistas dizque progres hacer una gran cantidad de malabares argumentativos para justificar lo injustificable. El oprobio santificado, antes en la corrupta república priista, hoy en la purísima nación morena, pasando por los santuarios de ignominia perredistas, panistas y verdes.

Y la decencia, ¿dónde se nos perdió? Los huachicoleros y sus cómplices que los resguardan en poblados de Puebla, Veracruz, Hidalgo, Guanajuato, Tamaulipas, Jalisco, donde sea, muchedumbres que se benefician de sus saqueos, son criminales. Punto. Esto no es de izquierdas y derechas, es de leyes, que son el tímido intento de las sociedades para que sus ciudadanos se comporten decentemente, en vez de actuar como hordas salvajes. O qué, ¿saquéemos todos juntos los trenes, las pipas, los ductos hasta ordeñar por completo ese ente malévolo que es el Estado? ¿Debemos conmiserarnos de asesinos y sicarios que torturan, masacran y ejecutan gente y luego despedazan y disuelven cuerpos, porque también forman parte del pueblo oprimido?

El jueves pasado Pemex informó que las tomas clandestinas de combustible han aumentado 262 por ciento este sexenio: son 40 mil lugares donde criminales y pobladores han establecido sus puntos de extracción. Repito: 40 mil sitios, que no son otra cosa que madrigueras delictivas. Este año ha sido el peor: 8 mil 742 casos hasta julio pasado, 50% más que en el mismo periodo de 2017.

Espero que no lleguemos al punto de justificar monstruos, como el misógino feminicida y caníbal del Estado de México…

jpbecerra.acosta@milenio.com
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